Guía breve y rápida para ayuda de meseros.
Como comensales, como dueños o como meseros, prácticas buenas y necesarias a la hora de un servicio de calidad sin importar de donde sea.
1. Higiene.
Lavarse las manos siempre, tener la ropa limpia. Nada peor que la atención en suciedad. Sí, sabemos que hay comida que cae y accidentes que pasan. Pero no es lo mismo la mancha de la sopa del día al cochambre de hace 3 meses en el mandil.
2. Respeto.
Y en esto nos referimos a todo: a tu trabajo, a la presencia de los demás y al tiempo. No es justo hacer perder el tiempo. Hemos tenido la mala fortuna de meseros que prefieren atender el teléfono (celular) a atender. Respeten al comensal (aunque este, en apariencia no sea merecedor de ese respeto, ya sea por grosería o desatendido). Independientemente de la situación, saluden, ofrezcan ayuda, sean atentos con las personas a quienes atienden y con quienes se trabaja.
3. Conocimiento.
Empecemos por partes, que este es muy largo.
El conocimiento va de la propia carta. En algunas ocasiones nos topamos con meseros que no saben ni que comida sirven, ni que vino tienen, ni que ingredientes lleva un platillo o cual es la sopa del día.
Realmente es necesario conocer lo que tiene el lugar: lo básico de lo que están haciendo.
Segundo: Depende como sea el restaurante, pero aprendan de vino, de comida, de gastronomía.
Desde lo básico en adelante: si hacer maridajes, que lleva un plato, como lo preparan, antecedentes gastronómicos (¿Sabían que las enchiladas suizas son rojas y de ahí el nombre por el queso que se pone arriba?), datos curiosos que les ayudarán al momento del servicio y cuando un comensal tenga preguntas.
El servicio: se ha dejado muy de lado el correcto servicio. Desde como servir, donde servir, cuando retirar los cubiertos, como dar la carta, dejar la cuenta.
Todo ese proceso, procedimiento y pasado es bueno recobrarlo.
4. Actualizarse.
Sabemos que mucho ha cambiado a partir de las normas sociales y convencionales, por ejemplo, dar la cuenta al hombre en caso de pareja, puede incluso ya ser mal visto por algunas personas.
¿En estos casos qué podemos hacer?
Para evitar caer en estándares sociales que para algunos pueden ser arcaicos o groseros, la recomendación es:
a) Dejar la cuenta en medio de la mesa: no dar preferencia en caso de que sea pareja o un grupo.
b) A quien pida la cuenta, darla. Es muy incómodo no querer cobrar a una persona por ser mujer. Y sí, sabemos que aún pasa. Y sí, es machismo que si no paga un hombre tomen esas actitudes.
c) Recibir el dinero a las mujeres. Va seguido de lo de arriba. Van dos personas a cenar o comer y ambas pelean por pagar la cuenta. Hemos visto en otras ocasiones que muchos meseros dicen “Que pague él, señorita, ya después se arreglan”.
¿Qué? ¿En serio?
No lo hagan, no digan ese tipo de comentarios; lo más correcto es decir que vuelven en un momento a cobrar. Y ya, no hagan más comentarios con los comensales al respecto, que entre ellos decidan.