Hablemos de los aspectos técnicos necesarios con el vino. Mientras todos estos aspectos sean cuidados, podremos hablar de un buen vino.
El terroir.
Todo el entorno del vino tendrá que ver con el producto final. Las características principales de ese vino vendrán de aquí: la frutalidad, la riqueza alcohólica, la astringencia y más vendrán desde este punto.
El proceso.
Si tiene azúcar agregado, si no lo necesitó: el tipo de fermentación o el proceso que va a llevar nos dará características diferentes.
El cuidado previo.
Desde el embotellado hasta que se encuentra en la tienda: si no tiene un correcto manejo, el vino bajará su nivel: mucha luz, exceso de manipulación y movimiento, demasiado tiempo de manera vertical –en caso de que sea un vino con corcho-, son factores que darán problemas al vino.
El cuidado en casa.
Desde que tenemos el vino en casa, tenerlo en buen nivel es lo que va a permitir que valga la pena: sin luz, que se encuentre el líquido en contacto con el corcho, con un nivel aceptable de humedad.
Todo esto va a permitir que tu vino tenga una buena calidad y puedas guardarlo el tiempo necesario para consumirlo: ya sea que te permita una guarda de 6 meses o los 10 o 15 años que se permitan.
Cada caso debes tenerlo aclarado: el tiempo que puedes guardar un vino depende de otros factores.
Como podemos ver, un buen vino no depende de las uvas que se usan de manera directa: no es que sea mejor un cabernet sauvignon por ser esa cepa: es todo lo anterior lo que influye a que el vino sea uno mejor.