Abrir un vino para disfrutarlo; nosotros te damos unos tips para que sea más sencillo
Paso 1:
Que el vino esté bien cerrado.
Sobre todo, al momento de la compra, revisa el sello de seguridad (Esa capita plástica que viene sobre el corcho, tapón o rosca). Si lo ves en mal estado, lo mejor es no comprarlo.
Paso 2:
El estado del corcho.
¿Desde que tratas de abrirlo el corcho se rompe, no entra? a veces puede ser el material del corcho; en otros casos, que no se haya cuidado bien la botella y en lugar de estar horizontal, estuvo mucho tiempo vertical. Intenta que los rastros del corcho no caigan al vino.
Y si ya cayó…
Déjalo reposar unos minutos, a que se asiente el corcho y sirve con cuidado; en el peor de los casos, decantar un poco (Cuidado con los vinos jóvenes) puede ser la ayuda para el vino.
Paso 3:
Maridajes
Piensa qué quieres hacer para disfrutar ese vino. ¿Es para leer un libro, el periódico? ¿Vas a tener una cena? ¿como aperitivo? Actualmente es más sencillo encontrar los maridajes que quedan con tu vino, así como las recetas que más se te antojen. O si es sólo por amenizar la plática.
Paso 4:
La temperatura del vino.
En las etiquetas de la mayoría de los vinos, viene la temperatura ideal de servicio de cada vino. En caso de que no venga, no hay problema, puedes seguir nuestra tabla de temperaturas para el vino.
Otro factor:Con que metas una hora a máximo dos horas el vino blanco o espumoso al refrigerador, puedes lograr que esté listo para servirse; en caso de tintos, con un poco de tiempo, cerca de media hora, será más que suficiente.
Paso 5:
La copa ideal.
Es necesario servir los “tipos de vino” en su respectiva copa para apreciar al máximo sus características, sin embargo no es necesario que cada “Varietal” se beba en su tipo de copa.
Cada copa de vino sirve y ayuda a desplegar los aromas y cualidades de cada vino, en muchos casos, no tenemos las copas que van con cada vino; pero si es básico tener tres tipos de copa:
Los vinos envejecidos o tintos añejos van en copas amplias que la boca no sea grande, evitando así los aromas se pierdan.
La copa para un vino tinto tiene que ser de boca menos ancha y la base menos pronunciada que para un vino envejecido.
Los vinos blancos van en copas tipo “tulipán”
Una copa para un vino rosado debe ser –preferentemente- de medianas dimensiones y forma de campana.
La recomendación ideal es una copa de flauta para un vino espumoso, evitando que las burbujas del champán u otro espumoso se pierdan con rapidez.
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