Suele pasar que vamos a un lugar y sólo vemos los vinos que no conocemos… ¿es en serio? ¿Qué pasó aquí?
Pues bien, la recomendación para salir bien librado de este caso, es poder hacer el maridaje más básico, el más sencillo; ese que todos estamos acostumbrados.
Aquí unas líneas básicas para ordenarlos:
Maridaje vinos blancos con pescados blancos.
Maridaje vinos tintos con carnes rojas. Más tánico, más graso.
Beber vinos blancos antes que los tintos.
Beber vino seco antes que el dulce.
Beber vinos jóvenes antes que los añejos (que tienen más tiempo; ojo, esto no significa que esté “viejo”).
Combinar la riqueza e intensidad de los vinos con la riqueza e intensidad de la comida.
Maridar la acidez de la comida con la acidez de los vinos.
El sabor dulce de los vinos con el sabor dulce de las comidas (frutas, miel, almendras, comidas con pimienta).
Maridaje de comidas frías con vinos ligeros.