¿Buscas un buen fin de semana? ¿Una salida rápida? ¡Bernal puede ser una de las mejores opciones! Ya sea la escapada en pareja, un viaje express con los amigos, disfrutar de unas micheladas o conocer lo mejor del vino, aquí encontrarás un plan para todos, incluido el paseo familiar.
Si el tercer monolito más grande del mundo no es una razón suficiente para visitar el poblado de Bernal, en Querétaro, tal vez lo sea su oferta gastronómica, arquitectónica o de turismo de aventura.
Perteneciente al municipio de Ezequiel Montes desde 1941, Bernal debe ser parte de los planes de quienes visitan el estado, ya que se ubica a tan solo 59 kilómetros de la capital de Querétaro, a 35 minutos de Tequisquiapan y a 58 kilómetros de Pinal de Amoles.
Bernal es parte esencial de la ruta del Queso y el Vino, se localiza entre cavas, viñedos, fincas y bodegas de esta bebida, además de que los lugareños se dedican a la fabricación de quesos de leche de vaca, cabra y oveja, mismos que utilizan para elaborar panes tradicionales.
Cerca de esta población, los visitantes pueden encontrar algunas vinícolas, como la Finca Sala Vivé, de Freixenet México; una de las más importantes de América Latina, la cual se ubica en la finca Doña Dolores, a solo 20 minutos de Tequisquiapan.
Freixenet se distingue por la elaboración de vinos a través del método champenoise (vinos espumosos), y cuenta con cavas enterradas a 25 metros de profundidad, donde se controla la temperatura y la humedad para la perfecta crianza de sus vinos.
Los recorridos se realizan de lunes a domingo de 11:00 a 16:00 horas, uno cada hora, y su ubicación es en el kilómetro 40.5 de la carretera San Juan del Río-Cadereyta, en Ezequiel Montes, Querétaro.
A 15 minutos de Tequisquiapan se encuentra otra de las vinícolas más visitadas e importantes de la región, La Redonda, que debido a su ubicación geográfica, es perfecta para el desarrollo de la vid.
Esta casa ofrece recorridos guiados todos los días, con un costo a partir de 75 pesos por persona, que permite conocer las cepas de uva, así como la enoteca del lugar, en donde se pueden catar y comprar vinos.
Aunado a los vinos, los quesos y la gastronomía del lugar, se suma el turismo de aventura, con una oferta que incluye opciones tales como ocho diferentes rutas establecidas para la escalada y el rappel en la Peña de Bernal.
Cada ruta ofrece un desafío diferente, por lo que hay opciones para todos los que gustan del deporte extremo, y una vez en la cima, la vista es perfecta para aquellos que gustan de la fotografía, o solo de disfrutar la belleza natural.
Bernal fue nombrado Pueblo Mágico en 2005 y es una de las puertas de entrada a la Sierra Gorda queretana, por lo que conjuga historia, cultura y naturaleza, además de que es una parada obligada para recorrer sus calles empedradas y sus coloridas construcciones de los siglos XVIII y XIX.
Las artesanías de la zona comprenden artículos de lana tejidos en telares con más de 100 años de antigüedad; mientras que la oferta hotelera es variada, desde hoteles boutique hasta pequeños hostales o casas en renta, con precios variados para todos los bolsillos.
Vía Notimex.