Ya es época de temporadas deportivas: ¡Americano!
Por lo cual viene esta recomendación de maridajes botaneros, por si les gusta el vino y no quieren olvidar sus alitas:
Destilando maridajes.
Si tienes a un amigo que no le gusta el vino (¿Quéeeeeee?) pero planeas hacer algo especial para esa persona, esta opción te va a dar buenas ideas sobre maridajes que puedes hacer con diferentes destilados.
¡Para disfrutar y consentir!
Si galletas, también vino.
En el constante intento de hacer maridajes donde algunos fracasan, las galletas han logrado salvarse para hacer un antojo: si no tenemos ponche y tampoco hay piquete, puede que una de estas opciones con vino les vengan bien en estas fechas navideñas.
¿Cómo hacer un buen maridaje?
El paraíso de la comida y la bebida tiene que ver con lograr un buen “lazo-puente”: la relación que van a tener y como logra que los sentidos se relaciones en armonía.
Si logramos ese punto y ese matrimonio entre lo que comemos y bebemos, tendremos un buen maridaje y aquí les tenemos algunas bases para lograrlo.
El vino con huevos.
¿Van a hacer un maridaje que incluya huevo?
Por ejemplo, una tortilla española (tortilla de patatas), huevos benedictinos, una hamburguesa que tenga un huevo estrellado y más opciones que pueden acomodarse.
¿Qué hacer? Es efectivamente uno de los ingredientes más complicados de poder maridar: por el sabor y la cantidad de grasa que este contiene.
Aparte sabemos bien que la parte blanca (clara) tiene un sabor muy diferente a la yema.
La opción con platillos más complicados son los espumantes: piensa en Champagne, cavas, seks y otras opciones que no necesariamente necesitan Denominación de Origen como estos.
Vinos rosados también pueden ser un acompañante para bocadillos de huevo o brunch.
Pizza y vino SIEMPRE.
Imagina saber siempre que pizza y que vino vas a querer: no tener complicación a la hora de elegir un vino.
Pues bien esta es la mejor manera que podemos ofrecerles para lograrlo.
Les dejamos este tabulador de pizzas: de acuerdo a los ingredientes podrán saber que vino pueden beber.
Las instrucciones vienen abajo. Son vinos aproximados que en pruebas si quedan. ¿Se animan?
Los no del maridaje.
En el afán de buscar expresar nuestro vino, olvidamos que algunas cosas no son, como estos maridajes que tienen su razón lógica para no existir por mucho que nos neguemos a aceptarlo.
Alcachofas.
El mundo entero nos dice que no: la misma alcachofa no quiere ser comida y somos necios: seguimos haciéndola, la preparamos y nos la comemos “gustosos” hablando de lo bueno que sabe –aunque realmente lo que nos gusta es la salsa o vinagreta que le acompaña-. La cinarina (un compuesto que tiene la alcachofa) va a “matar” nuestro vino. Sin importar que tan bueno, de gran calidad o corriente sea nuestro vino, el vino con la alcachofa no es una buena combinación. Nunca.
Espárragos.
Algo similar pasa con los espárragos. Podemos acompañarlo con otras bebidas y lo mejor es evitar que el vino sea una de ellas. Desde el agua hasta la cerveza pueden ser mejor complemento para platillos que tengas espárragos. O cambiar el sabor en boca con algo de carne o pasta antes de beber vino.
Menta.
Para postres, ensaladas y en comidas lo mejor es tener mucho cuidado y que no sea “fuerte”: el sabor de la menta tiene su poder y con el vino no va a ser buena idea. Piensa en lavarte los dientes y tomar jugo de naranja después: multiplícalo por 3 y eso es lo mal que sabrá con el vino.
Vinagre.
Otro anti maridaje. Por su gran contenido de ácido acético va a cambiar el sabor de todos los vinos: tintos, rosados, blancos, tranquilos o espumosos no son buena opción para el vinagre. Por lo mismo, mejor no las ensaladas.
Las alitas de los partidos.
Si eres fanático del americano y el vino, este es un buen momento de combinar los gustos:
(Nota, si preparas tus alitas, tenemos recetas aquí. Si eres vegtariano, tenemos una opción aquí).
Maridajes de carnes.
Imagina un enorme trozo de carne: el que gustes. Ahora piénsalo con vino y la combinación suena deliciosa.
Pues bien, la opción de vino por corte, puede ser la siguiente.
Decimos “puede ser” por la manera en preparar la carne, la cocción (o cocimiento, la RAE nos dice que es correcto) y el tipo de vino (si tiene barrica o algo más).
Esto es: carne roja con vino tinto.
¿Ustedes también se imaginan esta escena cuando leen Chianti?
La combinación de alimentos y vinos.
Aunque existen normal a seguir, realmente se trata de gusto personal: no hay normas estrictas y todo se puede lograr con competitividad entre el vino y la comida.