¿Estás listo? La época de vendimias ya está y las fiestas se ponen a lo grande con todos los participantes que poco a poco van a dar lo mejor de sus vinos y sus añadas.
Súbete a pisar las uvas.
Quita el “guácala” de tu expresión. Es una experiencia única que vale la pena: sentir como se rompen las uvas bajo tus pies. Eso no va a ser un vino, no lo vas a tomar en próximos años y es simple entretenimiento (del bueno, del sano, del que ya olvidaste, como jugar en el lodo).
Lleva mucha agua.
Prepárate. Es obvio que vas a tomar mucho vino y por ende, lo necesario es tomar mucho agua. Recuerda que es un vaso de agua por una copa de vino. Las reglas en este caso y por salud, son para no romperse.
Rompe el ahorro.
Ya sea que estés consiente o no, esto va a pasar: gastarás más de lo previsto. Las botellas corren, conocerás gente que también ama el vino, convive, conbebe y comparte.
Conductor designado… pagado.
Lo más inteligente que puedes hacer es pagar el viaje completo: alguien que te lleve y te regrese a un lugar de destino donde estés sano y salvo. Aunque vayas con conductor que quedó en no tomar (y que según él no le gusta el vino… ajá), lo más probable es que pruebe, y pruebe, y pruebe… Evítalo.