Tienes una botella y no sabes como manejar los sedimentos: estos son 5 consejos muy prácticos para eso.
1. Revisa de donde es el vino.
Muchos vinos españoles, Italianos y algunos mexicanos o chilenos suelen tener mayor cantidad de sedimentos que otros vinos en el mundo. Si sabes que son vinos de guarda de la región de Ribera del Duero o Rioja, es normal que encuentres en ellos algunos.
2. No te espantes.
Ya viste que tu botella tiene sedimentos… No pasa nada; si los tomas no vas a morir y tampoco necesitas morderlos, sólo trágalos: es mentira que va a cambiar tu vino si los tomas o que sea de mala calidad por tenerlos.
3. En caso de duda, vela.
Si no estás seguro si tu vino tiene o no sedimentos, ponlo en contra de una luz: Unos segundos, en lo que ves si tiene o no. No más. Si lo haces mucho tiempo vas a perder tu vino. El calor no debe ser directo, sólo una rapidez de luz para ver si encuentras pozos o no en tu botella.
4. De pie.
Siempre debemos tener nuestras botellas acostadas, en especial si son con corcho. Pero una excepción a esa regla es cuando hay sedimentos y vamos a abrir nuestro vino. Un par de horas antes, máximo un día, dejamos nuestra botella de pie, para que los sedimentos bajen al fondo y al momento de servir, lo haremos despacio, sin mover mucho la botella para evitar que se “revuelvan”.
5. Decantar.
Esta puede ser una manera de matar dos pájaros de un tiro: decantamos (recuerden que este proceso no debe durar más de 10 minutos) para despertar nuestro vino y detener en el cuello los sedimentos que el vino tenga.