Cuando te toca ser adulto y decides asumirlo, llega el punto donde debes dejar de gastar de manera innecesaria en comida.
Paso 1: Planifica.
Si tienes en cuenta tus planes de comida, podrás saber porciones, combinaciones, y de paso gastos. Al momento de planificar, harás un presupuesto y eso te ayudará a mantenerte en un margen. Si tienes cumpleaños o comidas, podrás estar listo para eso al tener tu plan de comidas. Esto te ayudará también a no desperdiciar.
Paso 2: Por temporada.
Compra productos de temporada: frutas, verduras e incluso por crianza (como pescado). Así aprovechas para que no sea costoso (a tu bolsillo, ni al medio ambiente).
Paso 3: Lleva tu lunch.
El llevar tu comida te va a servir a no hacer comida y ahorrar (revisa el plano 1).
Puedes tomar en cuentas el munchies del día: frutas, verdura picada, frutos secos y más. Esto te ayudará también a mantenerte sano.
Paso 4: Organiza tu despensa.
Todo lo que compres, debe estar en tu casa acomodado, de tal manera que visualmente sepas que tienes y donde se encuentra. Evitarás tirar comida y tu casa estará ordenada.
Paso 5: No existen las sobras
¿Sabías que nada se desperdicia en restaurantes? Lo mismo puedes hacer en tu hogar. Si no te terminaste el pollo rostizado, es la torta del día siguiente; si tienes aún milanesa, puede ser el sándwich del almuerzo. ¿Quedó pasta? ¡El antojo de media noche!
Las ideas se te irán presentando y desperdiciarás menos.
Evita comer fuera.
Disminuye las salidas por el cafesito y el tecito (puedes dar una caminada, invitar a tu casa, ir a un parque), evita la comida a domicilio (¿Ya viste cuánto pagas simplemente por que te lleven la comida?) y las salidas diarias.
Haz de comer fuera de tu casa algo especial: un cumpleaños, un desestrés de la semana o una cena romántica. No decimos que ya nunca más salgas, sólo que sea lo menos.
¡Y claro, cuando vayas, no gastes todo tu dinero!