¿Desaparecerán este año las copas de champagne? Esta era la pregunta que se hacía hace unos días Anne Krebiehl en un artículo publicado en la Revista Decanter, en el que se indicaba que para apreciar la magnitud y efervescencia de un vino espumoso, champagne o similar, la copa típica de champagne de toda la vida había quedado desfasada.
Incluso mencionaba la opinión de Jean-Baptiste Lecaillon, hablando de su Champagne Louis Roederer, en la que afirmaba que el estilo de champagne que ellos elaboraban necesitaba de una aireación para poder dar su mayor potencial, cosa que las tradicionales copas de champagne (flautas) no facilitaban, con lo cual cada vez estaban dando a probar más sus champagnes en copas de vino blanco. Indicó además que hace 25 años ellos ya habían diseñado sus propias copas, diferentes de las tradicionales, que permiten un mejor contacto del champagne con el aire cuando se sirven.
Hugh Davies, director general y enólogo de Schramsberg viñedos en California opina lo mismo. Las copas tradicionales puede que muestren mejor la efervescencia de un champagne, pero limitan los dos otros sentidos de una cata, la nariz y la boca.
Dominique Demarvill, bodeguero de Veuve Clicquot indica que “para dar a su vino la mejor oportunidad de brillar, idearon un vaso/copa combinando flauta esférica de Jamesse y su vaso de vino tinto.
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