La frescura de un vino la podremos ver en un aspecto en especial, ese es la acidez.
En el momento que tomamos un vino y sentimos salivar, es la acidez; en algunos casos es más fuerte que otros. En caso de blancos y tintos jóvenes encontraremos la acidez más marcada que en otros vinos.
Todo vino la tiene; es parte de las características necesarias para lograr un buen envejecimiento.
Sin embargo, en algunos casos será más en armonía o tendrá un mayor nivel.
¿Esto es malo?
No.
A menos que sea en exceso, lo cual puede ser un defecto. Pero no siempre es el caso.
Hay vinos que dentro de sus características está que tenga la acidez marcada sin necesidad de tener una guarda.
Por ejemplo, los vinos que son verdejo, algunos tempranillo serán de una gran acidez.
Vinos blancos del Rhin también serán de acidez más notoria.