Ada Stiker nos da su opinión gastronómica para disfrutar un buen vino de postre. 

El vino dulce, es un postre per sé, pero hay diversas maneras de tomarlo y acompañarlo. Aquí te doy mi opinión.

Los vinos de postre por su grado de azúcar tan elevado a veces los encuentro difíciles de maridar con postres, pero cuando los “casas” con el alimento propicio, la experiencia del sabor puede perdurar en la psique por siempre.

Así me pasó con un vino en  particular hace unos 6 años (lo recuerdo vívidamente), fue el momento en el que me di cuenta que el mundo del vino y de la gastronomía me habían atrapado.

Me perdí en el sabor dulce, ácido, fino y delicado de un vino dulce alsaciano de uva gewürztraminer (de Bodega Schlumberger) con el que ahora es mi maridaje perfecto: el queso azul. A la fecha es mi referencia y mi gran ejemplo de contrastes en la cocina, de maridajes opuestos que hasta ahora son mis favoritos.

Pero, ¿cuál es el momento ideal para el vino de postre?

Podríamos decir que al final de la comida justamente con una tartaleta de frutos, pastelería, helado etc. Parami particularmente es difícil después de hacer varios tiempos en la comida, pues entre entradas, ensaladas, sopas y platos fuertes ya no dejamos espacio y/o presupuesto… es más, no nos queda el paladar para disfrutarlo como se merece.

Yo quisiera proponer otro momento para el vino de postre, un momento en el que se le de su importancia, su valor.

Y es una propuesta de origen francés, un estilo parisino llamado “café gourmand” (es un café espresso con una degustación en miniatura de diferentes postres o “petits fours”) donde a media tarde tenemos antojo de tomar un cafecito o té acompañado de una buena plática con las amigas, inclusive hasta una juntita de negocios y este momento se puede convertir realmente en una experiencia gastronómica de una manera natural y sencilla pidiendo un vino dulce, un café y uno o más postres para compartir… ¡Inténtalo!

Y para hablar un poco de vinos, aquí les dejo mis recientes descubrimientos:

Tuve dos; y dos grandes sorpresas ahora que viajé a Argentina, Mendoza con la Bodega “La Rural” quienes elaboran la línea de vinos Premium Rutini.

Rutini vin doux (375ml) lo bueno viene en empaques pequeños:

Un vino dulce de cosecha tardía compuesto de uvas verdicchio (italiana) y semillon con un ligero toque de gewürztraminer. Los jugos los fermentan 15 meses en barricas de roble francés lo cual le aportará aromas y sabores a miel y vainilla. Este vino es ideal con foie gras, queso azul, camembert, brie, frutos secos y pastelería.

Encabezado de malbec

El vino encabezado de malbec proveniente de Tupungato, la finca de mayor altura por cierto un lugar espectacular donde la naturaleza logra estremecerte hasta el punto de lograr darte una sensación de paz. Este vino se cosecha al final de la vendimia para alcanzar el grado de azúcar deseado y su proceso de elaboración incluye una lenta fermentación para garantizar gran cantidad de extracción de color y aromas. Luego se detiene la fermentación al agregar aguardiente al vino y se añeja barricas nuevas de roble francés por 18 meses para persistir su crianza hasta por 20 años.

Espeso y de color violeta intenso con aromas a frutos negros y cacao amargo. Pruébalo con creme brulee, fondant de chocolate, pan dulce o por supuesto solo, pero con buena compañía.

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