Es de rigor en un banquete al que concurran varios vinos un mínimo conocimiento de parte del anfitrión de cada una de las botellas que elegirá para acompañar los sucesivos platos. Para aquellos que no son expertos en el tema de los vinos, les dejamos algunas recomendaciones para el orden y acompañante de cada varietal.
Habrá que iniciar el paladar de los convidados con el menos exigente de los vinos, un fresco blanco de alta acidez y bajo grado alcohólico, como un vino verde portugués, un inocente sauvignon blanc, un frissante, o tal vez el más estimulante y menos reflexivo, un espumoso, el lujoso champagne francés o los no menos apreciables prosseco italiano o cava catalán.
Tales vinos vendrían bien con un cebiche de un pescado venezolano como róbalo, curvina o pargo. O acaso un carpaccio de pulpo o salmón.
Para un heterodoxo snack a base de encurtidos o acaso un plato de pasta al pesto o filetto di pomodoro, entre el entremés y el plato principal, bien vale un tinto joven, un merlot easy drinking.
Para entrar en materia, el plato central, que bien podría ser un rack de cordero oportunamente guarnecido, un tinto reserva o crianza.
Para los quesos, un late harvest no demasiado dulzón y algo ácido.
Para la fruta, un champagne demi-sec.
Y para cerrar con broche de oro cualquier velada, se puede abrir otra botella de demi-sec para el postre
Vía Informe 21.
1 comentario