Muchas veces hemos visto que al decantar o trasvasar, se usa una vela. ¿La razón? Suena sencilla pero es muy práctica.
El punto de decantar es poder “abrir el vino”: que se desprendan los aromas y pueda evolucionar con el aire y demostrar todo lo que tiene.
Estos vinos no deben ser vinos jóvenes, pues ellos no necesitan esa cantidad de oxígeno; por lo cual, los vinos que se decantan o trasvasan tienen sedimentos que puedes evitar caigan con la vela.
De esta manera, se pasa “rápido” el vino sin la necesidad de que los sedimentos pasen y se conserve mejor el vino.
Esto es más que nada por estética, pues si tomamos sedimentos no pasa nada. No son nocivos ni cambian el sabor al vino.