En opinión de: Alejandro Galina.
Al menos eso es lo que percibimos actualmente, aunque si hablamos estrictamente, se consume vino en México desde hace ya algo de tiempo; sin embargo, se viene gestando desde hace algunos años un cambio radical en la cultura del vino en nuestro país. Este cambio es desarrollado por un sector muy joven que esta interesado en esta ancestral bebida.
La zonas vitivinícolas empiezas a crecer y algunas comienzan a emerger con propuestas interesantes, las cuales rompen con el esquema de lo establecido, y el día de hoy quisiera compartirles una en particular: San Miguel de Allende.
Si, como lo escucharon, este pequeño pueblo mágico que se ha consolidado como uno de los principales centros de turismo del país (y recientemente nombrado a nivel internacional como el mejor lugar para vivir en el mundo), no solo por su belleza colonial y pintorescas calles que pueden eludir a cualquier postal de belleza espectacular, ni tampoco a lo que viene sonando y desarrollándose desde hace algún tiempo en cuanto a gastronomía, con propuestas como “El moxi” de Enrique Olvera o “The Restaurant” del buen Donnie Masterton, sino por el fantástico mundo del vino.
Existían algunas bodegas pequeñas con propuestas diferentes Vinícola “Dos Buhós” y Vinícola “Toyan”, que en su momento eran eso propuestas diferentes y que recientemente he visitado notando una asombrosa mejora (en las debidas proporciones de gente que inicia y que utiliza una tendencia orgánica) en sus producciones. “Cuna de tierra” es otra de esas propuestas que dejaron de ser eso propuesta y se han consolidado, mejorando año con año su calidad y permitiéndonos notarlo en la copa.
Más recientemente surgieron propuestas ligadas a viñedos y a un sector económico alto como “Viñedos San Miguel” y “La Santísima Trinidad”; esta última con un gusto exquisito, tanto en su propuesta como en instalaciones, me parece que su dueño, Erick ,esta consolidando un proyecto con un alcance que, bajo mi perspectiva, es mucho mayor al que el hubiera apostado. Increíble combinación entre el polo y el viñedo: muy digno de visitar.
No puedo dejar de mencionar como especialistas que a los enófilos lo primero que les brinca es la geografía, y admito que a mi también; sin embargo, también expongo que si bien no encontraremos un vino de extraordinaria calidad por las condiciones naturales si podremos encontrar vino de calidad, aunque para obtener esta calidad se requiere el doble de esfuerzos o más que en cualquier otro lugar con otro “terroir”.
Imaginen esa combinación de factores: una ciudad espectacular, con una alta cocina espectacular y con lugares que producen esta bebida tan particular que llamamos vino.