Errores al tomar cerveza en casa.

El periódico El País tiene estos consejos para tomar una cerveza de manera correcta en casa; les dejamos 5 de los que encontramos más importantes, los demás los encuentran al final.

  1. Meter vasos o copas en el congelador es un asco. “Aunque esté limpio, siempre coge un poco de olor. A veces, hasta forma una ligera capa de hielo que te puede aguar la bebida y alterar su sabor. Yo no lo hago nunca”.
  1. El mayor error de la gente cuando se pone una cerveza en casa. “Casi nadie humedece la copa. Debemos coger una jarra de agua (mejor si es fría, porque atempera la copa) y llenar el recipiente. Luego, te la bebes o la tiras. Pero has dejado la copa fresca y la pared húmeda, para que la cerveza se deslice mejor y no pierda fuerza ni se descarbonate al servir. Yo creo que la gente sabe estas cosas, pero hay falta de rutina”.
  1. La corona de espuma es fundamental para que no se oxide la cerveza. “Debe medir 2 o 3 centímetros y protege la bebida del oxígeno, lo mismo que protegeríamos una sandía recién cortada para que no se deteriore. Esa crema debe permanecer hasta que nos terminemos la bebida. De ese modo, también, evitamos que se escape el gas carbónico. Con los sucesivos sorbos, el líquido va bajando y dejando esos anillos de espuma, que en el argot cervecero se llaman encaje de Bruselas”.
  1. Con la cerveza no casan bien las grasas de cerdo. “La grasa animal se queda en los labios y, al tocar la espuma, la mata. Hay cerveza para todo tipo de alimentos; para mí, una stout irlandesa negra con un queso fresco es un placer enorme. También, el maridaje con un poco de chorizo es espectacular. Pero, generalizando, es mejor tomar un poco de pan después de una rodaja, para que limpie la grasa de cerdo de los labios. Así, al llevarte la copa a la boca, la espuma sufre menos”.
  1. La tripilla cervecera es un mito. “La cerveza, con una media de 5 grados, es de las bebidas alcohólicas que menos engorda. Lo que hace crecer la tripita es lo que nos comemos y picoteamos mientras bebemos”.
  1. La cerveza se toma fría. “No todas las cervezas se toman a la misma temperatura, claro, pero en general se sirve fría. En verano o en invierno. Salvo si quieres catarla, porque los matices de calidad se distinguen mejor sin enfriar. Hay cerveza inglesa bitter que se sirve por bombeo desde los sótanos, donde maduran en barriles. Hay gente que dice que esa variedad se bebe caliente, pero tampoco es eso: en realidad, está a temperatura de ambiente en un sótano”.

Vía El País

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