Clasificar el vino es una de las costumbres que todos los amantes del vino tenemos. Muchas veces pensamos que algunos son malos y los comparamos con lo que pensamos, es una mejor opción.
Dentro de esa comparación, se encuentra el Lambrusco, que muchas veces se piensa como un vino “sencillo” o “porque no sé tomar vino”, cuando realmente cuenta con una gran historia.
Para iniciar, el lambrusco cuenta con una denominación de origen: se hace en Emilia Romagna, es una de sus denominaciones de origen (Lambrusco Di Sobara y Lambrusco Grasparossa Y Castelvetro). También la uva lambrusca sorbara se cultiva en Lombardía.
Realmente es uno de los vinos con mayor apreciación por los conocedores de vino e incluso de los más vendidos a nivel internacional.
De hecho, de los vinos tintos italianos, es uno de mayor producción.
¿Cómo es?
Tradicionalmente tinto aunque encontramos versiones blancas y rosas.
Vino altamente frutal con zarzamoras, cerezas, fresas marcadas; de una alta gama de color rojo, morado y violeta.
Es un vino fácilmente reconocible y de una buena iniciación para los que quieren iniciar en el mundo del vino.
Se dividen en tres niveles de acuerdo al dulzor: isecco (seco), amabile (semiseco/dulce) y dolce (muy dulce).