El chispeante sabor de la pimienta que sella una lonja de atún recorre como cosquillas las papilas gustativas, el pescado está dentro de un pan artesanal y sobre una cama de aguacate con mayonesa al chipotle y coronado con poro crocante, la “Hamburguesa Tuna” llegó como alternativa para la temporada de Cuaresma.
La música suave que sirve de fondo en el restaurante Smokey´s Burguer House contrasta con el lugar que, con una decoración desenfadada, ofrece a los comensales la oportunidad de disfrutar alimentos en un ambiente relajado, lejos de convencionalismos, donde lo único que convoca es el amor a
la comida, en especial a las hamburguesas.
El sitio cuenta con una carta de 16 variaciones de hamburguesas de diversos tipos y colores; entradas, snacks y ricos postres, cuyos insumos abastecen proveedores mexicanos; se trata de un espacio amigable con los animales y, en la medida de lo posible, con el medio ambiente.
En ese sentido, la copropietaria del lugar, Mónica Ríos, detalló a Notimex que todas las bebidas se sirven sin popote, pues estos artículos tardan muchos años en degradarse; además, los platillos de quienes no tuvieron más espacio en el estómago se ponen para llevar en recipientes de fécula de maíz, los cuales son biodegradables.
En tanto, otro de los fundadores del restaurante, Ares Mejía, refirió que al menos 80 por ciento de los platillos de la carta se elaboran con ingredientes mexicanos, a excepción de los quesos, que son importados; además, los aderezos, las mermeladas, los pepinillos y las rajas se elaboran en la cocina del lugar.
El pan, que es esponjoso y consistente sin ser pesado, lo hornea un panadero de manera artesanal; la lechuga es hidropónica, producida en un huerto urbano de la delegación Iztacalco.
Entre algunos de los platillos que deleitan los paladares de quienes visitan ese restaurante desde hace cuatro años, destacan la “Hamburguesa de Portobello”, con queso de cabra y jitomates deshidratados para gustos vegetarianos; la “Pancho Mezcal”, con carne angus, queso suizo y salsa casera barbecue de mezcal, y la “Fig”, elaborada con mermelada de higo casera, queso brie y carne angus prime.
Además, crema de portobello con champiñones a la plancha, crutones con queso y cebollín picado y el “Chili Dog”, elaborado con salchicha de res en una baguette bañada en salsa de la casa con queso cheddar.
Entre los postres desfilan un pastel hecho a base de plátano y un dulce y muy ligero cheescake de caramelo.
A decir de los propietarios, en este espacio conviven los viejos parroquianos conocidos, familias y grupos de jóvenes que preparan sus gargantas para una noche de fiesta. Mejía expuso que “este es un espacio para que las personas se sientan tranquilas, cómodas, vestidas como quieran sin sentir presión social”.
Los platillos de la carta son permanentes, aunque se ofrecen dos variaciones de hamburguesas al año, la de atún en temporada de Cuaresma, que consiste en atún sellado con pimienta en una cama de aguacate, mayonesa de chipotle y poro dorado, mientras que en septiembre llega la “Hamburguesa Agustina”, que va preparada con una cama de crema poblana, carne, nogada y granada.
Ríos abundó que el lugar, ubicado en Avenida Revolución 1544, apoya al albergue Casa de Las Mercedes, donde viven niñas en situación de calle, o que fueron víctimas de trata de personas, por lo que cada 30 de abril cierran el restaurante al público en general y les ofrecen un festín de hamburguesas, papas, refrescos y música provista por la agrupación de rock mexicana Moderatto.