La combinación de alimentos y vinos.

Aunque existen normal a seguir, realmente se trata de gusto personal: no hay normas estrictas y todo se puede lograr con competitividad entre el vino y la comida.


¿Principios básicos?

Existen y son los siguientes.
La compatibilidad va desde el vino con el alimento más fuerte del plato.

Evitar el vino con ensaladas por los aderezos.
En caso de que se haga, intenta con riesling o sauvignon blanc.

Equilibrio: a platos sencillos, vino sin complicación. Si es un platillo elaborado buscar un vino que haga juego.

Los platos grasosos y los salados con carnes blancas pueden ir con vinos blancos secos y de preferencia con crianza en barrica.

Grasos con carnes rojas con uvas tintas intensas: cabernet, merlot y syrah.

Mientras más cocida esté la carne, más potente el vino: mientras menos cocción, más jóvenes.

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