Hablando con el enólogo entiendes que el punto del vino es compartir, disfrutar un buen momento y lo más importante: “Es muy fácil acostumbrarse a lo bueno”.
De vinos Santa Helena hablamos de una viña tradicional con 75 años y que ha buscado el rendimiento óptimo para cada varietal, al plantarla en las zonas de mejor producción de acuerdo a cada uva.
Y lo mejor: son vinos de costo accesible que permiten puedas conocer cada uno de ellos.
¿Qué conocimos?
Primero al enólogo: Mauricio González, quien trabaja con Vinos Santa Helena.
En segundo, probamos los vinos, Santa Helena tiene en México los Varietales, vinos con identidad propia que permiten maridajes sencillos, comidas únicas y largas pláticas. Si eres una persona que inicia en el mundo del vino, no tienes mucha experiencia o buscas algo sencillo para la tarde, esta es la opción.
Chardonnay.
Encontramos aromas a piña, manzana verde, hierva reciñen cortada, algo de vainilla suave al final; es de una acidez media baja, llena en boca y con un toque ligeramente amargo y muy sutil que nos va a permitir hacer maravillas al momento del maridaje.
Si piensas en lugares cálidos, como la playa o Cuernavaca, este es el vino: maridajes que van desde ensaladas hasta un pie de limón frío.
Carménère
Aromas a fresa, frambuesa, frutos rojos, frambuesa, pimienta y más que van evolucionando mientras lo dejamos en copa.
Es una acidez media, taninos verdes pero llenos. Duración media en boca.
Es la última uva en cosechar, lo cual permite todas estas características.
De maridaje podemos usar pizza, pasta, pollo al pastor o rostizado, bistec a la mexicana, quesadillas y garnachas de verduras (quesadilla de champiñón, por ejemplo).
Merlot.
Los frutos rojos y u poco compotados presentes, sobre todo la cereza. Es herbal, aromas a eucalipto y tierra húmeda.
La acidez es media alta, con taninos verdes y más fuertes.
El maridaje va desde una pasta, a panuchos, enchiladas mineras, algo vegetariano como betabel o taos de Jamaica.
Cabernet Sauvignon.
Mermeladas en los aromas; freza, cereza; chocolate relleno de cereza es casi el recuerdo que viene en la copa. Herbal y algunos toques florales al final.
El maridaje vamos a hacer algo experimental, pero que sabemos funcionará:
Algo con chile pasilla, pipián, encacahuatado, gorditas de suadero, cordero al eneldo con papas y zanahorias; es más, hasta una buena barbacoa queda con este vino.