Cada uno de estos ejemplos te ayudarán a enfriar tu botella y por ende, el líquido. Debes entender que aunque va a ser más rápido, no va a ser cosa de segundos, pues puede que el envase se congele, pero el líquido tardará un poco más.
1. El trapo mojado.
Tomas un paño, una servilleta de papel y lo mojas. Tienes que acomodarlo alrededor de la botella y meterlo al congelador. No más de 10 o 15 minutos, ahora mete la botella al refrigerador. En menos de 20 minutos tendrás el contenido frío.
2. La cubeta de hielos con sal.
En una cubeta, hielera o balde pondrás la botella en medio y rodearás con hielo. Agrega sal primero y después agua a ¼ del hielo.
Si no es espumoso, puedes mover la botella como si fuera un molinillo, pero suavemente.
3. Aire comprimido.
Una botella de aire comprimido puede salir muy frío si volteas el envase (del aire).
Te dejamos un ejemplo.