Razones para no enfriar las copas.

Como ya vimos, las copas tienen que ser lavadas de manera especial. Para muchos, el jabón es una parte indispensable, pero no es una buena idea ponerlo, ya que las copas se pueden impregnar de aromas o al momento de catar, el jabón quede en copas y no se pueda catar de manera correcta.

Ahora bien, las copas no se enfrían por razones parecidas; vasos, copas y otros no deben ser enfriados.

Tampoco los vamos a tener en algún lugar caliente, debe estar en algún punto donde se queden a una temperatura constante y lo más “ambiente” posible (no menos de 10ºC y no más de 25ºC).

Alguna alacena que no esté muy cerca de la estufa u horno es una opción.

¿Por qué?

Pues bien, las copas si se enfrían, pueden incluso romperse (sobre todo el cristal); también los aromas que puede obtener del refrigerador.

Seamos honestos, por más que limpiemos la nevera, está tendrá aromas de los alimentos y del aparato en sí.

Entonces cambiamos la porosidad de la copa, no permitimos que el vino se exprese (con la posibilidad de un cambio muy brusco de temperatura).

Y ese enfriar de vino o cerveza será corto: sólo nos servirá para una copa o vaso.

¿Qué debemos hacer?

Enfriar el vino en una hielera especial. Si no tenemos hielera, usamos una jarra. Si no tenemos jarra, una cubeta.

Y ponemos agua fría, hielo y sal de grano. Ponemos la botella y la dejamos refrescar al menos 20 o 30 minutos, dependiendo de cuanto sea necesario.

Podemos usar un termómetro; si es externo, el líquido se encuentra 2ºC menos de lo que nos marca; si es interno, el número es tal cual.

Si no tenemos, con que sintamos la botella fresca si es tinto (joven) y un poco fría si es blanco o espumante.

Compartir

¿Por qué no decantar el champagne?

La decantación es para quitar sedimentos; en el caso de la champagne u otros espumosos, ya no los hay.

En un proceso llamado Remuage, se quitan todos los sedimentos que se quedan de las lías (las levaduras muertas que dan cuerpo y aroma a la champaña).
Este proceso se hace al poner las botellas en una tablas especiales llamadas “pupitres”, que permiten que vaya rotando la botella poco a poco hasta estar casi de cabeza, momento en el cual se congelan esas levaduras y se quitan.
Si nosotros decantamos la champaña, perderemos muchas de las cualidades que esta tiene, en especial las burbujas: la champaña es champaña gracias a esa efervescencia que se crea en una segunda fermentación en la botella.

Sí, podemos desprender partículas aromáticas que antes no encontrábamos, pero perderemos muchas cualidades que el espumoso tiene (no sólo el champagne, sino cava, prosecco u otro).
Lo mejor es usar copas especiales para servir nuestra champagne o espumante y así no perder ninguna de las cualidades que en él podemos encontrar.
Las copas que de momento se ha visto son lo mejor para el vino espumante son estas:

33357

(Entre blanco y de flauta)

Nota: Así como no es bueno decantar, tampoco beber de la botella…
Como crees que te ves:

Lo que realmente va a pasar:

Compartir

Disfrutar una copa de vino.

Es el momento de la tarde cuando llegas al hogar y quieres descansar.

 
Intenta con una copa de vino. Piensa en lo que más se te antoje… ¿ Blanco, tinto? Tal vez con un poco de queso; el que sea que tengas en casa; tal vez hasta unos tacos ¡Que importa!

No vas a dar cata y tal vez logres ese maridaje supremo; ese que todos quieren; algo diferente y especial.

Lo que quieras, lo que gustes.

Que si son tacos de pastor y le pones un vino tinto joven o un blanco con barrica. Que si vas por quesos y agregas las aceitunas que tienes para un tinto joven. Que tienes sobras de la tarde y hay carne asada o un corte de carne que mandaste traer con ese reserva.

¡Pastel de chocolate y va perfecto con ese cava que tienes en el refrigerador!


 

Date el placer de consentirte, no esperes que alguien más lo haga. No tienes esa necesidad; no lo sufras. Disfruta de ti, de un rato, de la comida, del vino.

Enfríalo, pon música o prende el televisor; sintoniza tu programa favorito o deja que Netflix te deje decidir por ti.


 

Y cuando el vino esté listo, cuando la vida sea un buen momento, sólo deja que pase: tu vino, tu casa, tu sillón, tu suelo. Tú en todo el esplendor con una copa de vino, dando amor a la persona que más has de querer, a ti.

Compartir

El proceso de despalillar.

Parte del proceso del vino incluye limpiar los racimos. En la actualidad, este proceso se hace en máquinas que sirven para separar el raspón, escobajo o palillo de la uva (el fruto tal cual).

Este proceso de desgranar las uvas se realiza principalmente en tintas al llegar al lagar (recipiente donde se prensa la uva).

Al quitar el raspón, se evitan sustancias astringentes y sabores herbáceos que aportan al mosto durante la fermentación.

Así es como sirven:

En algunos casos, no se realiza este proceso de despalillado, como pasa con los vinos de maceración carbónica; los Beaujolais Nouveau y algunos jóvenes en Rioja y Ribera del Duero.

Todo el material que queda (el raspón sin uvas), en la mayoría de los casos se usa como abono orgánico.

Compartir

La fruta como método lúdico.

¿Se han dado cuenta que los últimos tutoriales con referencias sexuales se usa fruta? O verdura.
La comida ha dado paso a explicar de otra manera otra de las necesidades del cuerpo humano: el sexo.
De manera divertida, incluso lúdica, nos muestran maneras en que el sexo se convierte en estadísticas cotidianas que incluyen comida. Y sí, aquí les dejamos tres guías al respecto:

https://www.youtube.com/watch?v=vrqYhFfEStk
https://www.youtube.com/watch?v=_hBuX4Xf_y4

Compartir

Tipos clásicos de copas.

Los estilos más clásicos de copas tienen nombre de región y vino de Francia y España. Son los vinos más emblemáticos y se hicieron copas que se adaptaran al estilo de vino, con lo cual poder resaltar las cualidades que del vino.
He aquí los ejemplos clásicos de las copas.
tipodecopas
 

Compartir

Sólo quiero probar vino.

No soy una persona que de vino y he aprendido a vivir con ello.

Me refiero a aprender: porque en mi familia toman vino; mis amigos, toman vino. Todo el mundo que he ido conociendo en la vida toma vino.

Esa es la palabra: Toman vino.

Saben saborear una copa, la disfrutan y en cada paso de la vida deciden que quieren o necesitan algo de vino.

Si es una fiesta, graduación, celebración, noche, tarde, comida, cena, almuerzo, lunch, brunch, picnic, salida social, con amigos, sin amigos: el vino es de cada una de las partes de estar con ellos.

Me he acostumbrado; me pueden preguntar lo que gusten de vino, no dudo poder saberlo. Entiendo cada término, cada parte y estructura del vino.

A veces tanto o más que aquellos que lo toman constantemente.

Mis amigos se juntan con mi familia; novias que han estado en casa para una copa.

Pero yo no.

Alguna vez lo hice, lo probé y no me agradó. Lo volví a hacer y tampoco pude.

Tal vez por la misma relación familiar, mis amigos siendo conocedores de vino, al igual que las parejas son un gran círculo que crece con el tiempo.

“Naco” es como me han llamado: no he podido encontrar un vino que sea para mi y el gran pecado familiar incluye cerveza.

En cada una de las reuniones antes citadas (la boda del primo, los XV de la prima, la graduación del hijo del amigo, el tío que se divorcia, la sobrina que se casa, el hermano que corrió el maratón, el perro que salió de la escuela para mascotas y sabe sentarse cuando dicen “sit”; el restaurante que abrieron en la esquina y más) todos con vino y yo, el raro, con cerveza.

De todo tipo: cerveza clara, obscura, artesanal o industrial. Pero cerveza.

Siempre quise probar vino y que me gustara; dejar de ser el corriente de la familia, el que no tiene el gusto del vino; el que estaba mal porque sólo los que buscan embrutecerse consumen cerveza –como me han hecho creer toda la vida-.

Y hoy llega a mi vida la novia, la última, camina por ese pasillo después de decirme que no, que no es naco, que no está mal. Que la cerveza no es mala. Con ella llego a la familia por una copa de vino y salimos por una cerveza.

Sigo sin aprender de vino más allá de lo técnico, pero ella es la parte práctica de esa teoría.

Compartir

Viñedo "emplea" patitos.

The Vergenoegd State es un lugar muy singular. Podríamos incluso llamar estos vinos como “ecológicos”; su mejor insecticida son una horda de patos que todos los días “trabajan” limpiando los viñedos.
Son más de 900 patos disfrutando las mañanas limpiando el viñedo. Y sí, los visitantes pueden ver como ayudan en el trabajo de campo.

Compartir

Las levaduras del vino.

Empezando por lo básico.

Las levaduras son organismo unicelulares clasificados como hongos y su importancia radica en que su capacidad de realizar la descomposición mediante la fermentación. En el caso del vino lo hacen por azúcares.

En la antigüedad, las diferentes culturas las usaban sin saberlo, ya sea para fermentación de panes o el vino. Esta idea cambió en el siglo XIX, gracias a Louis Pasteur, quien a mediados de ese siglo, mostró que la fermentación estaba hecha por levaduras, que consumían el azúcar para producir dos productos importantes: CO2 (el dióxido de carbono) y el etanol (alcohol).

Claro, también se producen más componentes químicos, pero son en menor cantidad, lo que da cualidades diferentes de acuerdo al tipo de levadura que usemos.

La fermentación viene de dos partes: las levaduras que son parte de la uva (cáscara, hojas, etc.) y de los agregados que el enólogo decida poner.

En el caso de los “naturales”, que ya se encuentran en la cepa, dan condiciones organolépticas al vino.

El enólogo, al momento de seleccionar las levaduras comerciales, debe tener en cuenta cada una de las propiedades o características del vino que se quiere producir, la temperatura de crianza de las mismas; la temperatura mínima es de 15ºC y un máximo de 40ºC

Compartir

El Juicio de París.

En 1973 se realizó una cata a ciegas con el propósito de demostrar la calidad de algunos vinos de California a un grupo de catadores de Francia.

En ese momento, era mundialmente reconocido el vino de Francia como uno de los mejores. Seamos honestos, seguimos con esos estigmas de que no hay mejor vino que un francés (aclaramos, no decimos que sean malos, ni mucho menos, pero ya encontramos de excelente calidad en todo sentido a nivel internacional).

La primer cata la organizó Steven Spurrier. Un británico experto en vinos, sobre todo franceses, académico, periodista y consultor en Decanter.


 

Su apuesta era hacer un concurso con vinos de California (USA), donde se realizó una cata a ciegas entre los vinos de cabernet sauvignon y Chardonnay; Steven Spurrier declaró que organizó todo para que ganaran los vinos franceses. Y sin embargo, las respuestas dieron un veredicto favorecedor a los vinos de California, que lograron superar en los comentarios a los vinos de Francia.

Este año se cumplen 40 años de la cata original, y cada 10 años se organiza una cata similar con el fin de conmemorar la primera y ver los cambios que se han llevado durante este tiempo.

Al respecto existe una película llamada Bottle Shock, película del 2008 donde se describe la competencia (y es protagonizada por Alan Rickman y Chris Pine).


Fotografía: RidgeWine

Compartir