Los 200 “ Vinos Favoritos de la Mujer”.

La Asociación de Mujeres Amigas del vino conformada por empresarias, políticas, periodistas, escritoras, enólogas y científicas lleva a cabo este concurso de vino en España.

Esta fue la 5º entrega de los premios Los Vinos Favoritos de la Mujer, que tiene como objetivo difundir la cultura y el consumo responsable del vino, así como dar un mayor protagonismo a las mujeres que se encuentran en este mundo.

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IceWine de Canadá

¿Qué es el IceWine?
También conocido como vino de hielo, es un vino hecho con la uva helada con una alta concentración de azúcar.
Este vino se consigue dejando que la uva sobre madure y se cosecha hasta la primer helada. Esto logra un efecto: que el grano, al helarse, se expande y se rompe la cáscara de la uva.

Estos vinos muestran una riqueza y persistencia aromática más marcada, así como una mayor acidez. En estos vinos es normal encontrar aromas a papaya, lychee y piña.
En Canadá estos vinos se suelen elaborar con chardonnay, cabermet franc y vidal.
Los IceWine son recomendables como vinos de postre, aperitivos y acompañados con quesos azules.

La producción de vino de Canadá está regulada bajo la ley y reglamentarios de Vintners Quality Alliance (VQA), con estrictos estándares de calidad supervisados por inspectores desde el viñedo hasta la botella.
Estas reglas cubren variedades de uva, los procedimientos de la cosecha, la elaboración del vino y pruebas antes de soltar al mercado el vino.

Ninguna botella puede llevar el término vino de hielo a menos que sea certificado por la VQA.

De acuerdo con la Asociación Mundial de periodistas y escritores de vinos y licores, la bodega canadiense Peller Estates Winery tiene el cuarto mejor vino del mundo con su Riesling Icewine 2008.

El Niagara Icewine Festival es uno de los grades eventos esperados en el mundo de la enología en Canadá en donde los visitantes pueden recorrer los viñedos de la zona, así como poder probar los vinos que tienen junto con otros eventos como conciertos y catas.

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Por qué olemos lo que olemos.

De acuerdo a la experiencia, a lo que vivimos, vamos a encontrar más aromas.


Cuando llega alguien y nos da una cata, puede que no coincidamos. “A mi me huele a sandia”. Y si la persona que da la cata nunca la ha olido, es muy complicado que esa persona pueda conocer esos aromas.

Es entonces cuando entiendes: el olfato no sólo es generacional, también es de ubicación.

¿A qué nos referimos con que es de ubicación? A que de acuerdo a la zona nos vamos a ir experimentando diferentes sabores. Si has viajado a otros lados del mundo, tus aromas van a ser diferentes, más variados. Vas a tener conocimiento de qué es una compota o como huelen frutos que no son comunes en tu país.

¿A qué nos referimos con generacional?

A que va variando de acuerdo a la edad que tengamos y los productos que vayamos disfrutando. Si en tu infancia tuviste ciertos dulces, puede que más grande relaciones los aromas a ese dulce. Lo mismo si has viajado. Por ejemplo, si comías pirulí o algodón de dulce pero tus hijos no los han probado, esos aromas no los van a percibir, como puede que tú si lo hagas.

Es por eso que el aroma también se vuelve un recuerdo: la sopa que la abuela hacía cuando éramos niños, los dulces que compartíamos, la tierra donde jugamos. Se va haciendo parte de la memoria.

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Cuando tomar un cabernet.

Es una tarde de fresco; algo de lluvia afuera y es momento de sacar un vino. Observas tu cava y decides: quieres algo que potencialice el día que le de cuerpo a la tarde y que ayude a equilibrar el clima.
Te decides por ese cabernet sauvignon. Tiene barrica y un buen paladar. Es tu momento.
Decides hacer algo ligero: sacas un poco de queso que tienes en el refrigerador y lo sirves.
Para este cabernet la recomendación: aquí les dejamos esta deliciosa receta que encontramos (y muy sencilla) para preparar algo rico y acompañar ese cabernet.


Si es sólo queso, la recomendación es gruyere y un poco de pan ya listo para disfrutar como tapas.
Y ¡provecho!

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Mejor que el vino.

Por José Emilio Pacheco

¿Quién es José Emilio Pacheco?

Es un escritor, narrador y cuentista mexicano. Su novela más conocida es Las batallas en el desierto. En su colección de cuentos encontramos El principio del placer (muy buena opción para leer con un buen vino) y realizó la traducción de Un tranvía llamado deseo de T.S. Elliot, entre otros más.

Les dejamos aquí el poema Mejor que el vino.

Porque mejor que el vino son tus amores.
Salomón
Quinto y Vatinio dicen que mis versos
son fríos.
Quinto divulga en estrofas yámbicas
los encantos de Flavia.
Vatinio canta
conyugales y dulces placeres.
Pero, yo Claudia,
no he arrastrado tu nombre
por las calles y plazas de Roma.
El pudor y la astucia me obligan
a guardar tales ansias
para sólo tu lecho nocturno.

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6 Errores comunes al tomar vino.

  1. Servir la copa muy llena.

Hay que servir la cantidad correcta: ni tan alto ni tan poco. Si es mucho, calentamos el vino y si es muy poco, se puede oxidar muy rápido. Recuerden que cada vino tiene su servicio y no es agua para llenar la copa.

  1. Agarrar la copa del cáliz.

Alguien que dice conocer de vino sabe que lo último que debe hacer es tomar la copa del cuerpo y no de la parte inferior: por algo tienen la “varilla” larga, para poder tomarlo de ahí.

  1. Solo la etiqueta.

No hay que juzgar un libro por su portada ni un vino por su etiqueta, así de sencillo.

  1. Siempre el mismo vino.

Por no aventurarnos, tomamos siempre el mismo vino; sin embargo, puede ser que un día decidan cambiar la cepa. Es por eso que recomendamos tener uno, dos, cinco, veinte que nos gusten.

  1. No experimentan

Por estar en las reglas tradicionales no se atreven a probar algo diferente: que el vino no va con chocolate, que el tinto con carnes rojas; que el blanco con pescados. Y de ahí no salen sin disfrutar de la comida de otra forma, como se ha venido innovando.

  1. Beber muy rápido.

Abrir la botella, servir, tomar, acabar. Mejor abrir la botella, disfrutar, tirar la plática, seguir con el vino; hay que dejar que el vino se exprese de acuerdo a su edad, cepa y maridaje.

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El vino depende de la persona que lo toma.

Que las críticas del vino se resbalen… ¡Lo que importa es lo que quieres!


Casual, vas con un amigo a comprar un vino, le compartes o te acuerdas de una botella que tienes en casa. Le dices qué vino es. Y una mueca lo dice todo, piensas en como corregir el momento… ¡Tienes mal gusto en vinos!

Entonces tu amigo comenta de un vino que a él si le gusta, y que debes probar y conocer. Y haces caso. Lo compran y van a degustarlo.
Al momento de catarlo ¡Casi lo escupes! Es muy tánico o muy suave; muy astringente o muy dulce para ti. En cambio él tiene cara de satisfacción, como si te hubiera salvado de un mal vino.

¿Está mal eso?

No, es común discernir de vinos; a algunos les gustarán de ciertas características o premios. A otros sólo verán la varietal. Algunos más se irán por la región. El vino no depende de una persona: de qué dicen, de qué les gusta o que la recomendación sea necesariamente buena.
En este caso la recomendación es para quienes recomiendan: no digan que un vino es malo porque a otra persona les guste y a ustedes no. No discriminen un vino sin conocerlo o aún cuando hayan tenido la oportunidad de probarlo, dejemos que si a alguien le guste, que lo pruebe y lo aproveche. En pocas palabras: Eviten la cara de fuchi.

El mundo del vino es tan extenso como los gustos de las personas.

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