Casi todos los vinos hacen un buen maridaje ¿la razón? Es muy sencilla: son con todo.
Las pastas por sí no tienen mucho sabor, son neutras; están hechas con harina (que seamos honestos, no es un sabor), un poco de aceite y sal. Y sólo la sal es un sabor… pero al combinarlo ¿a qué sabe la pasta?
En verdad, al prepararla, hervirla, ponerle un poco de sal y algo de cebolla, ajo, aceite, tal vez achiote… sigue realmente sin saber a algo en específico.
¿Por qué las pastas van con vino?
Por todas las combinaciones posibles que de ello podemos lograr.
Ejemplo: tienes un espagueti, un vino tinto y no sabes qué hacer: combinas un poco de carne con jitomate y agregas tu pasta. ¡Tarán!
En caso de que tengas un vino blanco, puede que sólo agregues un poco de mantequilla y orégano; listo, no se necesita más.
¿Se dan cuenta por qué los vinos son esa combinación perfecta con “las pastas”?
Siempre puede ser una idea, la opción es ver las salsas o la preparación de estas y ver como va a quedar con nuestro vino.