Empezamos así: La cerveza es una deliciosa bebida fermentada de agua con levadura y cereales.
Es de sabor amargo en sus diferentes presentaciones o estilos.
Gracias a sus diferentes formas de elaboración y posibles ingredientes, se puede hacer, conocer, preparar y beber una gran gama de estilos de cerveza.
Otros nombres con los que podemos conocerla: Chela, birra, pinta (este realmente se refiere al tipo de vaso en el que se sirve, sin embargo algunas personas ya relacionan “pinta” con cerveza).
El volumen alcohólico promedio es de los 3 a los 9% de volumen. Aunque algunas incluso alcanzan los 30% (pero es lo menos común).
Los ingredientes principales con los que se prepara es cereal, lúpulos, agua, levadura y en algunas ocasiones frutas, especias y plantas.
Actualmente se ha incrementado la creación de cerveza artesanal: son cervezas que en algunos casos son “caseras”, en otros, de mayor industrialización sin perder la parte artesanal.
En estos casos, la gama crece aún más y permite conocer más de cada tipo, estilo y manera de cerveza: un pequeño cambio durante su proceso nos da la opción de otra cerveza: la corona, las levaduras, el color, sabor y aromas van a variar de acuerdo a cada característica.
Uno de los factores más importantes es el agua, que nos dará mayor cantidad de características en la birra, dependiendo de lo alcalina o no que sea el líquido; la razón de esto es que la cerveza es 90% agua.
La malta serán los granos que vamos a usar, a la cual se le aplica un proceso de “maltado”, de aquí vendrá el alcohol, es producido al fermentar los azúcares extraídos de la malta. Va a aportar el amargor característico de la cerveza y va a ayudar a balancear el dulzor.