Te convencemos de…

 
1. Es una experiencia única.
No importa si fuiste el año pasado, si van tres seguidos que no puedes ir. Cada que tengas la oportunidad de ir a una fiesta de la Vendimia, no lo pierdas. Vale la pena, es divertido y te la pasaras increíble.

2. Pisar las uvas.
Muchos dicen que “guácala pisar donde ya pisaron”. Y no. Es una sensación increíble: sentir el mosto en tus pies, como cuando caminas te “resbalas”, pero vas agarrado de las cuerdas, como se tintan los pies de manera natural. Sí, lo vale.

3. El viñedo.
Ir, conocerlo, dar el recorrido, ver la tierra de donde viene el vino, las cepas, las uvas ya listas. ¡Eso, eso es la naturaleza, la vida de tu vino!

 
4. El viaje.
Seamos honestos, a la mayoría nos encanta viajar. Y si lo pensamos bien, de la parte centro hacia arriba, todos tenemos viñedos cerca (de 3 a 4 horas de camino). Sí, es un viaje express de buena calidad.

 
5. Comida y bebida.
La oportunidad de probar nuevas cosas, de nuevos maridajes y sugerencias directas del viñedo.

 
6. La vista.
Ese momento donde va a anochecer y volteas, ves las hojas con un halo de luz. Ex-Pe-Rien-Cia.