¿A los del vino por qué sí?
Si tomamos en cuenta las similitudes del vino, el café y la cerveza, la realidad es que no tenemos tanto problema si encontramos algo flotando en ellos –claro, siempre y cuando sea de lo mismo, no “moronas” del ambiente.
Digamos que si nuestro café no quedó disuelto al 100% por cualquier razón posible, no tenemos ningún problema e igual lo tomamos (¿o lo regresan y le dicen a quien sea que se los haya dado –incluyendo la cafetera- que no lo van a beber?).
Lo mismo pasa con el vino: si encontramos posos o sedimentos en el vino, no pasa nada.
Nos los podemos tomar sin ningún problema.
Algunas personas desperdician o desprecian los vinos porque tienen residuos. ¿Sabrán que de hecho, son benéficos para la salud?
Así es, la formación de sedimentos está compuesta e taninos y material sólido que quedó en el vino: de la barrica o de la uva.
Estos logran dar mayor complejidad al vino; sin embargo, si no los quieren tomar, no pasa nada, pueden dejarlos a un lado en la botella o decantarla.
Lo que sí no es válido, es que a menos que sea defecto, regresar la botella. Los sedimentos no son razón para devolver una botella.