Una de las opciones del vino blanco es el Chardonnay y la verdad, tenemos muy buenas razones para probarlo.
Su maridaje es sencillo o menos complicado, siempre va bien, sobre todo a su temperatura ideal.
Puede ser uno joven o que tenga su crianza en barrica para darle más fuerza, mayor cuerpo.
Hay de todos los precios, desde algunos muy finos o más caros hasta versiones económicas.
Lo encuentras en todos lados, no es difícil encontrar un Chardonnay y por increíble que parezca, es raro encontrar uno mal: siempre es delicioso.
Sirve para la época de calor o para el frío; de joven a más viejo te dará buen resultado.
Sea como aperitivo, previo a la comida, solo, con maridaje, para platicar, mientras ves una película: no es un vino exigente pero si da mucho de si.
Sin pedir mucho, nos da todo lo que queremos en un vino blanco.
La razón más básica para comprar un Chardonnay: se te antoja.