Un queso con aguante.

 La reunión del jueves fue aburrida en un principio. Era incómoda en otro. Estaban las parejas y algunos ex botados por la sala. Sí, fue complicado sobrevivir la primer impresión de ver al novio de tu amiga, tu amiga y su ex en una misma habitación… ¿Qué diablos pasaba?

Así que cobardemente huí a la cocina. Me reí pensando en quienes decían que la cocina era un lugar para las mujeres… ¿Qué no han entendido que ahí hay comida y todos pertenecemos ahí?

Total que andaba revisando el refrigerador; casual que ni es tu casa, pero que rico sabe comer y no pagar hasta que ¡el horror! ¿Qué es eso? Encuentras un queso. Algo anda raro con el.

Y lo sacas para revisarlo. ¿Esa nata qué es? ¡Se ve pegajoso! Y le quieres preguntar a alguien ¿Dónde está el dueño de la casa, del refrigerador, del quesocidio?

Y sólo lo contemplas, agarras una galleta y no te atreves. Pasa alguien, una amiga, Miri, quejándose, que te estaba buscando, agarra tu galleta, no lo piensa y corta un trozo de queso ¿Se lo va comer? ¡No! Ni siquiera alcanzas a reaccionar de la impresión y te dice lo bueno que está.

Casi vomitas. Le dices que eso no se ve muy fresco. La etiqueta dice que aún no caduca, pero no sabes cuanto tiene abierto. En lo que explicas llega alguien más. Lo revisa. Dice lo mismo con cara de asco. Miri sigue picando con cara de falsa sorpresa. Sigue alabando el queso. Alguien más oye los gritos de ¡Asco! Y se acercan todos.

Que si el queso estaba bueno, que si ya estaba feo, que lo tiraran. Algunos valientes lo probaron. Otros tuvieron miedo.

Y por fin, media hora después, con hielos en mano, el dueño del refrigerador, de la casa, del queso.

¿No a todos los quesos se les hace hongos y son gourmet?

Nos comentó que dejaba muchas veces enlamar los quesos para darles un toque especial. Un grito: ¡Los del refri no son hongos buenos!

Sobra decir que Miri y los valientes no sobrevivieron esa noche de pie y dos tardes después, con suficiente medicina por fin pudieron volver a trabajar.