- Que sea equilibrado.
No que hagas maromas después de tomarlo, sino que tenga armonía entre el aroma, el sabor y el color (como lo vamos a explicar).
- El aspecto.
Guíate por su físico: el color y la limpidez son puntos a resaltar.
- Aromas.
Que sean limpios y agradables. Que no te lleguen aromas que no deben estar, como moho.
- Cuerpo.
Que tenga la sensación de volumen en la boca. Para esto la recomendación es dar el primer trago sin más, pasándolo por la boca. Vas a sentir sólo alcohol, en el segundo vas a poder apreciar realmente el vino.
5.Equilibrio.
Que puedas encontrarlo entre los sabores y los aromas en la boca.
- Referencia del vino.
De dónde es, año de la vendimia, como fue hecho.
- Proceso de elaboración.
Que sea el más adecuado para su calidad en relación con el precio y la uva. Si es un vino espumante, lo mejor es que sea una vendimia manual.
- Precio.
Que el precio tenga un equilibrio con la calidad. No el más caro es el mejor.
- La presentación.
¿Te gusta la botella? Revisa el color de la botella y que no se encuentre en mal estado, no tenga golpes o la etiqueta se vea pálida o descolorida.
- El que te gusta.
Revisa de dónde es el vino, muchas veces ya sabes como te gustan los vinos por región.