En copa o vaso.

Tomar vino… ¿por qué es necesario hacerlo en copa?
La razón es que el vino, tras todo el proceso que lleva, se “duerme” dentro de la botella y una de las maneras de despertarlo, como lo decimos de manera común, es ponerlo en la copa y que el aire nos permita darle esa oxigenación.


¿Se podría hacer en vaso?

La verdad es que si, pero no lo disfrutaríamos igual.
Les explicamos.
La copa permite apreciar todo el arte que es el vino: los colores, los aromas e incluso el sabor cambia.

Si lo servimos en vino, los aromas se van a volatilizar de manera que no los vamos a apreciar, al contrario de la copa.

En el vaso, no podremos ver bien el color ni el “ribete”, la cerveza no tendrá el mismo sabor, pues seguirá “dormida” la bebida.

¿Es mejor en copa?
Al 100%; pero si no tienen, no limiten el consumo de vino aunque sea en copa.
Y hagan el experimento, el mismo vino probarlo de las dos maneras.

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Que es el vino varietal.

Leer que es un vino “monovarietal” o de “varietal” es sencillo: son vinos hechos con una sola uva.
-A una sola uva nos referimos a que es el mismo tipo: Todo es cabernet, todo es syrah, etc. No tiene combinación (coupage).

Estos vinos son para conocer la uva tal cual y sus cualidades, sin importar la manera o proceso por el cual pasó.

Aunque en algunas zonas, se pide tener un porcentaje mínimo para ser llamado “monovarietal” (un mínimo de 85%), en otros deben ser elaborados 100% con la misma uva.

¿Son mejores?
Depende principalmente de la producción, más que el vino en sí.
Y también depende de gustos.

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Las muchas razones para tomar vino.

Tan en serio como broma, una vez que tomas vino se convierte en tu bebida favorita para acompañar. ¿Serán estas las opciones suficientes para beber una copa o hay más?

Sabe bien.

Nos gusta mucho.

La recomendación.

Nos dijeron que nos veíamos mejor tomando vino.

No da cruda.

Me gusta quedar bien con la familia de mi novio.

Conquistar a alguien que toma vino.

No puedo evitar coleccionar los corchos.

Me gusta como se ve cuando agarro la copa.

Quiero que mi novia se sienta orgullosa de mi.

Es mejor que la cerveza.

Se me hace muy sano.

No creo que haya otra bebida mejor.

Es preferible que el tequila.

Para acompañar mi comida.

Quiero ser sano por siempre.

Me gusta como huele.

El sabor es rico.

Queda bien con mi traje.

Me gusta cuando lo saboreo.

Me sorprende los aromas que en él hay.

Lo tomo para combinarlo con una sangría.

Es preferible para combinar con la comida.

Es para no subir de peso.

A mis amigas les gusta.

Mi novio lo prefiere.

Te ves bien con la copa.

Sale más barato.

Así me preguntan cual tomo.

Llamar la atención.

Sólo por ser vino.

Porque quiero sablear un champagne.

Nota: Les recordamos la frase de la poeta cubana Úrsula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso, (también conocida como Celia Cruz): La vida es un carnaval; lo aquí expresado no es más que un chascarrillo. Sabemos que hay más razones para tomar vino y algunas de estas no son reales.

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¿Por qué hay tantas listas de “mejores vinos”?

Si hacen una búsqueda rápida en google, poner “los mejores vinos” tendrá Cerca de 3,980,000 resultados (en 0.64 segundos), junto con propuestas de compras al respecto: los precios varían pero la idea es la misma: la variedad de vinos buenos que podemos tener.
¿Cómo se califican los vinos?
Normalmente, para cualquier concurso de vino es necesario hacer el registro: mandar un par de botellas y esperar la deliberación de los jurados.
En otros casos, catadores independientes (Como Robert Parker) deciden incluso que vinos meterán a su lista de acuerdo al criterio que tienen en su experiencia.

Cada una de estas metrías es diferente.

En primera porque los concursos –en algunos casos- son catas a ciegas donde revisan diferentes vinos que se han inscrito: de todo el mundo o sólo por zona, que son catados constantemente y calificados para decidir si el vino entra o no en dicha categoría.
Por otro lado, son los vinos que el catador decide o le llegan y de acuerdo a experiencia y paladar, califica.

 
De una experiencia comunitaria vamos al gusto personal (por muy cuidado, fino, acentuado que esté, sigue siendo la apreciación personal).
Ante todo esto, cada lista es diferente: ¿Se dan cuenta que algunas tienen puestos increíbles para vinos que en otros lados no aparecen?
La apreciación de los jueces cambia, los especialistas son diferentes y los gustos evolucionan. Puede, también, que este año estén de moda los vinos con más aromas y el siguiente más secos o más dulces, tal vez con especias o que no tengan notas malolácticas. Y así se van moviendo las listas.
Por eso son raros los vinos que repiten o que estas clasificaciones son tan diferentes entre sí.
¿Vale la pena seguir entonces los conteos?

 
Depende de la apreciación personal; algunos son de gusto variado y estas listas dan parámetros sobre el mercado y un gusto general.
También tomar en cuenta que los vinos tienen mucho que ver con el tiempo: no va a ser igual el vino del 2011 al del 2015: aunque sea la misma bodega, cepa, enólogo y proceso.
¿Qué se revisa en estos concursos?
Son catas que revisan el vino: a la vista, al olfato y en boca: cada uno de estos parámetros es revisado y confiado para lograr una calificación.

 

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Los vinos blancos para bebedores de tintos.

La falacia más grande: que el mejor vino blanco es un tinto y otras mentiras que tenemos alrededor del blanco ¿a qué viene ese miedo a tomar una copa de blanco?

De alguna forma, tomamos el vino blanco como una mala excusa para el vino y lo hacemos a un lado –y no se diga un vino rosado y con el despectivo de “es para mujeres (¿?) como si eso fuera malo-.

Y siendo honestos, ni tan buenos bebedores de vino tinto somos (generalizo, no me refiero a ninguna persona en particular): tomamos vinos tintos que son jóvenes y en la mayoría de las veces dulces e incluso malos (volvemos a “el mejor vino es el que me gusta, aunque sea malo”).

Vayamos a lo práctico: Me gusta el vino tinto y me adentro en vino blanco ¿Cómo?

Chardonnay.
Busca vinos de chardonnay que tengan añejamiento en barrica, con fermentación maloláctica: Notas tostadas que incluyen a la vainilla, opciones de California, Burdeos y Chile donde encuentras más aromas a limón, manzana y piña.

Uvas tintas.
Merlot, cabernet sauvignon y más han sido usadas para hacer vino blanco en los últimos tiempos. Recuerden que el color viene de las pieles, por lo cual, aunque es más complicado encontrar estos vinos, es posible hacerlo aún así.

Sauvignon blanc y semillón.
Una combinación que poco a poco a se ha hecho más conocida gracias a la zona de Burdeos. Si quieres aromas más herbales, prueba esta combinación.
¿De dónde? Pessac Leognan tiene su Chateau Haut-Brion Blanc.

Marsanne – Roussane.
Del Valle de Ródano, estas cepas que han logrado ser una buena combinación hecha en la costa de California o en Washington: vinos con aromas a limón, manzana cocida, mandarina con un gran cuerpo y una agradable consistencia tras su envejecimiento en barrica.

Riojanos blancos.
Los vinos de Rioja son de lo más famosos y conocidos en México y sus blancos no son nada despreciables.
Con crianza en barrica hasta 10 años nos permiten en nuestra vida.
Vinos hechos con viura, garnacha blanca y malvasía logran aromas y colores más evolucionados que a los amantes de los tintos les pueden agradar: cera de abeja y manzanilla estarán presente con un exuberante sabor.

Y entonces, ¿se animan a probar vinos blancos?

Con información de Wine Folly.

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¿Los errores del vino son imperdonables?

Hace poco encontramos una nota sobre los Errores “imperdonables” que cometes al tomar el vino y champán. Para ustedes ¿Existen?

En nuestro caso, no creemos que estos existan y en algunos casos, se encuentran rebasados.

Se dice que… El champán va en copas de champán.
Menciona que se debe hacer en copas largas para apreciar de mejor forma el vino y tener las burbujas más tiempo.

Nosotros pensamos que… Lo único que no se vale es tomar vinos espumantes de la botella: el efecto no es agradable.
Incluso se han hecho nuevas copas para el vino espumante y poder apreciar mejor el vino, donde las copas no son de flauta y son más “gordas” en la parte del cáliz y permiten una mejor apreciación de estos vinos.

La temperatura.

Se dice que… se tiene que servir a una temperatura específica.
Que todos los vinos tienen una temperatura de servicio que es obligatoria para cada uno: de 10 a 15 los blancos, los dulces a 8 y máximo 10. Los tintos ente 15 y 21.
Los que tienen burbujas entre los 4 y máximo 10.

Nosotros pensamos que…
Debate: aunque les hemos dicho las temperaturas (reales, los vinos, por tintos que sean, no deben pasar los 20 grados, ya es mucho y realmente no lo vamos a apreciar), si no tenemos un termómetro para el vino, podemos hacer “aproximaciones”, el frío relativo para nuestra botella: en caso de que al probarlo sea muy frío, dejar reposar un poco para que tome la temperatura necesaria: sólo eso y recordar que la “temperatura ambiente” es un término vago y ambiguo.

De donde tomar la copa.
Se dice que… Debes tomar la copa por el tallo: si no se calienta la copa, y dejas las yemas de los dedos, que se ve antiestético y el protocolo depende del tipo de vino: que si es tetrarik no hay tanto problema.

Nosotros pensamos que…
No importa de donde tomes la copa. Es verdad que por protocolo se debe tomar por el tallo, pero si estás con amigos en casa platicando y en pantuflas ¿importa de dónde tomas la copa?
Y hablando de calentar la copa… ¿cuánto tiempo lo vas a tener en la mano? A menos que lo sostengas mucho, no pasará. El riesgo sería, estar en ebriedad y con la fuerza, romper la copa en la mano.

Brindar mal.

Se dice que… si no chocas con cuidado las copas, puedes causar una accidente, lo mejor es hacerlo con suavidad y de la parte baja.
Nosotros pensamos que… Sí.
Tengan cuidado y mientras más calidad tengan las copas, más despacio lo deben hacer.

No usar decantador.
Se dice que…
Todo vino necesita airearse, incluso los más óvenes, por lo cual es bueno decantarlos.

Nosotros pensamos que… No siempre es necesario.
A veces con el simple movimiento de copa logramos “despertar el vino”; otros, con más barrica, más tiempo en cava si necesitan un buen momento en el decantador.

Llenar las copas.
Se dice que… No va el vino hasta arriba.

Nosotros pensamos que… Es verdad, el vino no tiene que estar a tope, pues ahí si se calentará, no encontraremos todos los aromas y sólo “desperdiciaremos” el vino.

Remover demasiado
Se dice que… No debes hacerlo mucho, más si son vinos de más edad –viejos-, pues pierden el bouquet con el aire.

Nosotros pensamos… Que si ya lo decantaste, no necesitas estarlo moviendo; pero si no pasó por ese proceso, muévelo en tu copa tanto como quieras; es más, haz pruebas de cómo va cambiando mientras más le mueves a la copa. Total, es tuyo y puedes disfrutarlo como más gustes.

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Maneras de no abrir el vino.

Lo que queremos al tener una botella es abrirla, ¿no? Y en algunas ocasiones no sabemos como hacerlo a falta de descorchador (e incluso cuando lo tenemos, puede fallar).

Es por eso que les damos estos sencillos consejos que no deben seguir –Insistimos, NO deben seguir- para abrir un vino.

Con soplete.

Para empezar, ¿cuántos de ustedes tienen soplete en su casa? Y todavía los pocos que lo tienen lo usan de experimento con el vino.
¿Por qué no hacer?
Se calienta el vino y lo más seguro es que pase una desgracia. Si no saben usar un soplete, tampoco hay que intentarlo con una botella.

Con cuchillo.
En el caso del champagne, muchas veces hemos visto que hay personas que hacen “show” abriendo la botella con un cuchillo
¿Por qué es mala idea?
Resulta que si no saben hacerlo bien (aquí les decimos como), pueden terminar con la mano cortada como resultado de explotarla:

En el mejor de los casos, sólo se caerá:

Con descorchador.
Los más sencillos o más complicados, el punto está en tener paciencia y poco a poco jalar; si en la desesperación, “jalas” rápido, este puede ser el resultado.

Con una taza… de baño.
Así es, el WC no debe ser un descorchador: para iniciar es asqueroso, en segundo, sólo se va a romper la botella y en el peor de los casos, la taza.

Con clavo.
Si no tenemos cuidado al hacerlo con un clavo y martillamos con cuidado, sólo vamos a terminar con una botella rota. Eviten esto por si acaso.

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Los propósitos.

¿Qué son los propósitos?

Son los pequeños deseos que planeamos hacer realidad para el 2017, que en el 2016 no los terminamos pensamos que el 2015 se harían y en el 2014 los planeamos porque el 2013 no fue un buen año.

Es por eso que tenemos algunos aquí que no queremos que olviden, claro, son para el vino pero pueden aplicar para toda la vida:

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Los #WineLovers y propósitos de año nuevo.

Si eres un winelover y piensas en ideas para cumplir este 2017, te dejamos algunos ejemplos.


Tomar más vino nacional.

Nada mejor que consumir lo que tiene tu campo y probar lo que tienen para darte: siempre hay buenas opciones –a menos que de plano no hagan nada de vino en donde vives).

Probar más denominaciones de origen.

Intenta vinos nuevos: cada vez traen más vinos de otros lados y denominaciones que no teníamos antes ¿no es momento de abrir horizontes?

No encasillar.

No todo el vino es igual: por mucho que odies el pinot noir, pruébalo para demostrar que estas equivocado –porque lo más seguro es que lo estés-.

Comer con vino.

Al menos una vez a la semana –o más de las que estás acostumbrado- intenta abrir una botella de vino –aunque no te la acabes- y tomar una o dos copas con tu comida.

Invitar a tus amigos.

Una copa, de vez en cuando: sin juzgar porque piden el que no te gusta, sólo disfruta con ellos de una plática con un buen vino.

No fastidiar a los demás.

Sabemos que amas el vino; es justo, es delicioso y siempre acompaña todo. Pero no por eso debes insistir de manera constante a todo el mundo al respecto: evita el momento incómodo a los demás de voltear los ojos.

No criticar el gusto ajeno.

Siempre te pasa: sales a comer o beber con alguien y lo que pide, no te parece. Tu cara describe lo que sientes y te desagrada lo que pide… ¡Es momento de dejar de juzgar! (O permitir ignorar el gusto ajeno).

Evitar el exceso.

No dejarte ir con el “un trago más” cuando sabes que no debes: ser responsable contigo, con tu cuerpo y con la cantidad de bebida que estás ingiriendo –y de paso evitar la terrible cruda-.

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Nuevo VS viejo mundo.

¿Hay diferencias al momento de hacer vino? Pues si y algunas de ellas son más notorias que otras.

Nuevo mundo.

Hay poca reglamentación; en algunos casos nula.
Las zonas de producción no suelen ser marcadas, por lo cual hay una mayor experimentación con el vino.
Mayor innovación sin la limitación en creación de vino: se combinan técnicas.
Es posible encontrar una mayor frutalidad en estos vinos.

Viejo mundo.
Las legislaciones: la mayoría de estos países productores tienen una legislación y gran cantidad de Denominaciones de Origen para su vino.
Las zonas: Limitaciones en las zonas de producción y creación de vino marcadas.
Se habla de una mayor calidad aunque es un mito que se ha ido rompiendo poco a poco, pues el Nuevo Mundo ha mostrado gran capacidad en sus nuevas creaciones.

¿Cuál es el mejor?
Aquí hay dos respuestas para los #Winelovers:

El mejor es el que más te gusta. Siempre.

Y por otro lado, toma en cuenta que un buen vino tiene que ver con la producción realmente, no tanto con la procedencia: de acuerdo a tu gusto en el vino, encontrarás en cada una de las denominaciones o zonas de producción algo cercano a tus gustos: En todo el mundo encontramos buenos vinos, excelentes vinos y… sólo vino.

Les recordamos eso sí, que es necesario una buena zona para plantación de vid.

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