La diferencia entre un espumoso y los Champagnes que parece sacrilegio ponerlos en un mismo costal.
Y sí, la verdad es que es sacrílego: en Francia las leyes son tan estrictas que ante cualquier cambio de zona, de vides o dentro del proceso se puede tener una gran penalización, al contrario de Chile, Argentina, USA u otros que tienden a hacer espumantes de gran calidad pero que no tienen todo el régimen que otros encuentran.
La realidad es que el método tradicional se usa en casi todos lados: España tiene el Cava, Alemania el Sekt y en otras partes del mundo se usa para poder tener vinos espumantes de gran calidad, pero sin el costo que implica un Champagne.
Sí, en comparación es caro: Cualquier casa de Champagne no está bajo los $500.00. Y en comparación a vinos Cava que podemos encontrar en $150.00 si podemos ver la diferencia.
La precisión de la legislación francesa no es para menos: producción, cantidad de mosto que debe salir, prensados, cuidados y más logran que se limite la producción, se eleve la calidad y el costo sea mayor.
Ante los gustos, las opciones de otros vinos son alternativas ante el presupuesto; la recomendación es la compra de vinos espumantes para días de sol y lluvia, así como champagne para ocasiones especiales.
Ante la duda de hacer vino en casa ¿se puede? La referencia es que en otros países lo hacen o que si ya se tienen los ingredientes ¿por qué no hacerlo?
Pues bien, por que cada vino tiene sus características diferentes: las vides no se dan en casa, al menos las que se usan en el vino, por todas las características que son necesarias para una buena calidad.
Las uvas de vino saben a todo lo que hay alrededor de ellas: el clima, el agua, la calidad de la misma, del suelo, las horas de sol dan un parámetro para ser consumido en forma de vino.
Ahora bien, si la cerveza cuenta con una forma de poder ser realizado en casa, el vino no: no contamos en el hogar con toda la infraestructura necesaria para poder hacer una barrica de vino.
Nota: una barrica contiene 225 litros ¿Tiene usted espacio para dicho tamaño en casa? Y de ello salen 300 botellas de 750 ML.
Hacer vino en casa, por el control en temperaturas, del manejo de las uvas y los diferentes procesos no es sencillo; sobre todo si vivimos en lugares como la Ciudad de México o Guadalajara.
La altura, la calidad del aire y las horas de sol, así como la humedad no permiten que se pueda plantar.
Ahora bien, si la idea es hacer tu propio vino, Ensenada cuenta con La Escuelita, donde aprendes todo el proceso para tener tu propio vino y al final del mismo, la barrica será para ti.
Uno de los mitos en el vino es que la fecha en la botella es el momento en que se embotella. Esto viene a raíz que la mayoría de los alimentos en el mundo se manejan así: de acuerdo al embotellado o manejo tendrán la fecha en su etiqueta; muchos incluso vienen así señalados, “fecha de envasado” o “fecha de embotellado”.
En el caso del vino es diferente, la fecha que viene en las botellas se refiere al año en que la uva se cosechó.
Cada vino pasa por procesos diferentes: primera fermentación, segunda, chaptalización, años o meses en barrica que hacen a cada uno diferente: todo esto influye que el vino sea de una u otra forma.
Es por ello, que lo que se pone es la fecha de vendimia y no de embotellado: sería como no reconocer todo el proceso detrás del vino.
Por las mismas características, ningún vino tiene anotada la fecha de consumo preferente o de caducidad.
Nota: no todos los vinos tienen la fecha de la vendimia, algunos por ser mezclas de añadas, no tienen especificación.
Casual que te vas de copas y decides pasar una buena noche: seamos honestos, a todos se nos ha ido la mano y nos clasifican como “los peores para beber” o “esto se pone divertido con él”. Es por eso que hemos hecho este “termómetro” para hablar de los mejores y peores tipos de borrachos (y borracheras).
Los que se duermen.
Estos son los mejores y más divertidos: donde sea, como sea se duermen. Llega un punto donde el alcohol en su cuerpo dice “no más” y deciden reposar el cuerpo en cualquier silla, banca, mesa, suelo o espacio donde puedan adentrarse: no importa si hay música o si hay una pelea frente a ellos: duermen.
¿Por qué no nos molestan?
Porque están quietos, no hacen algo malo, sólo hay que tener cuidado de no pisarlos o moverlos mucho.
El que desaparece.
No sabes como o donde, de repente estaba con risas y diversión cuando ya no lo ves: no entienden nadie en qué momento: “si estaba aquí”. Lo buscan y no lo encuentran, suele aparecer al día siguiente fresco como una lechuga. ¿Debajo de la mesa, a un lado del florero? ¡Hay veces que no salen y aún así nadie los encuentra!
¿Por qué no molestan?
Si es tu primer fiesta con este tipo de borracho, te sacará bastante de onda no encontrarlo; si ya tienes costumbre, será común que cuando no lo encuentres sepas que “va a aparecer, como siempre”.
Los que sólo bailan.
De repente lo ves sobre la barra, sacando a todo mundo a la pista o simplemente él solo: hay dos versiones de este borracho, en la cual uno baila muy bien y mejora el baile y otra donde el mejor entretenimiento es verlo bailar de un lado al otro mientras alguien más lo graba para al día siguiente seguir riendo de su nula capacidad de movimiento.
¿Por qué no molestan?
Porque es divertido, sólo bailan, en verdad la pasan bien y sólo se quejan al día siguiente de bailar tanto por el incansable dolor de pies que tienen.
El que “canta” todas.
No tiene que ser dolido –aunque es lo más común-, esta persona canta todas las canciones: No sabes como puede tener un repertorio mental que contiene todos los géneros: salsa, merengue, rock, rock pesado, punk, 80s, 90s, lo mejor de los Beatles, La Arrolladora Banda de algo, Pink Floyd y esa música hipster que sólo conocen en el garaje de su casa… ¡No hay canción que no cante!
Puede que lo haga con muy buena entonación; y lo más seguro es que lo haga de la peor manera. El resultado es una persona que cantará en el momento del límite alcohólico hasta después de recuperar la sobriedad.
¿Por qué no molesta?
Al igual que el que baila, sólo se la pasa bien: de paso pueden aprender algunas canciones que no conocías. Claro que habrá a quien no le guste, pero realmente están peores las siguientes opciones.
El que vomita.
Siempre vomita. Con suerte dentro de una taza de baño con el cabello amarrado en caso de tenerlo largo. En el peor… Ya todos lo hemos vivido
¿Por qué es lo peor en borrachos?
Si lo has vivido en carne ajena, sabrás que hay que cuidar a la persona en cuestión: limpiar, que no se ahogue con su propio vómito, que no le caiga en el cabello, que no lo tenga sobre toda la cara o ropa. La verdad es de las cosas más desagradables que pueden pasarles.
El que se pelea.
Siempre tiene que sacar su peor lado: con la pareja, con la ex pareja, con los amigos, con un extraño, el dueño de la casa, el perro, los amigos, los enemigos, las llamadas imaginarias: siempre tiene que pelear algo aunque todo esté bien. En algunos casos, con suerte será gracioso; en otros será lastimero.
¿Por qué es lo peor en borrachos?
Hay que aguantarlo, hay que verlo, cuidarlo o ver que no lo maten al menos; aún empeora cuando eres quien tiene que lidiar con alguien así, donde toman todo personal y pelean sin razón aparente.
El que a fuerza quiere conducir.
Podemos clasificar a este como el peor de todos: dos botellas después, mucha charla y algunas cervezas nos traen a este discapacitado mental que insiste en que si puede conducir y ni siquiera sabe donde se encuentra o donde dejó las llaves de su casa.
¿Por qué es de lo peor en borrachos?
Porque es la vida: en verdad no arriesguen la vida ajena: si hay a alguien que le importan, no les permitirá hacer las tonterías de ir de un lado a otro conduciendo.
Quien busca quien se la paga.
Aquí el detalle no es quien le debe, sino quien le paga: desde un agarrón de nalga hasta acoso. Espantoso momento donde esta persona busca tener más intimidad con otro individuo de igual proporción alcohólica y mientras se encuentran… Ya sabemos lo incómodo que puede ser.
¿Por qué es de lo peor en borrachos?
Si sobrio no es interesante ver a quien besas, ebrio menos. Y no es que importe lo que digan los demás, es que se convierte en incómodo cuando llega una persona ebria a querer “conquistarte”.
El que hace llamadas.
Este es uno de los peores… para quienes no asisten a la fiesta. Suelen llamar a las 2 o 3 de la mañana a las personas para explicar cualquier cosa: al jefe con el regaño del otro día, a la novia para cantarle una serenata, al ex para reclamarle sobre como prometió que se mataría si se iba –y como no lo cumplió-, a los amigos para invitarlos a lo que queda de la velada, a la chica que conocieron y se fue horas antes; en fin, este mundo infinito de llamadas se queda corto y es bastante cansado.
¿Por qué es molesto?
Porque duermes pacíficamente en tu casa y a las 2 o 3 de la mañana, en el clímax de tu noche alguien con alcohol decide que es el mejor momento para hablar contigo de la razón que sea. ¿la solución? Poner en modo avión el celular.
Al parecer para comprar un vino debes saber de vino, ser un casi sommelier o andar buscando la manera de explicarle al mundo porque el Cabernet Sauvignon es el mejor vino y los Rioja están “sobrevalorados” como las películas de Tarantino o de DC.
Pues bien, amigos, lamentamos decirles que justo como la pelea del feminismo donde ser mujer no significa que son competencias entre hombres y mujeres sino definir que las diferencias son lo que unen, el vino tiene que encontrar ese camino donde podamos quitar la soberbia de abrir una copa de vino.
“Guácala ese vino” y “¿Cómo puedes tomar eso? Es un jugo de uva con alcohol” son frases comunes para identificar a uno de estos nuevos amantes de vino.
Son neófitos que buscan informar que el vino es bueno y que en la lista de Robert Parker salió una botella, aunque no ha logrado ganar medallas. ¿Es realmente importante en el mundo del vino o sólo logra dar una mayor plusvalía a un viticultor?
El poder de un vino debe encontrarse en el sabor que este tiene, en la capacidad de asombro que da a nuestro paladar: si es bueno, si tiene equilibrio y principalmente si es algo que nos gusta.
No es que el vino sea realmente malo, es que nos debe gustar y la inversión que hemos decidido meter en esa botella debe ser proporcional a los recuerdos que podemos compartir con ella: no se equivoquen, el vino no es para presumir.
Si ustedes son los que siguen esa tendencia de que el vino debe ser de una sola forma y limitan a su alrededor para “que aprendan bien a tomar un vino”, lo que realmente está logrando es alejar a otros de ese mundo vinícola en lugar de acercarlos.
Bien puede hacer que cada persona se acerque como pueda y guste a cada copa, vaso o botella: con el tiempo y si quieren o pueden, aprenderán a beberlo de la llamada “manera correcta”; no es necesario forzar desde un principio.
Ustedes, de bebés, comían con las manos y poco a poco fueron aprendiendo a comer fideos con los cubiertos: lo mismo pasará con el vino y aquello que poco a poco y en su tiempo se darán cuenta de cual es la mejor forma de ellos para disfrutarlo. Para esos, para los que ya pasaron sus “pasos de bebés”, para esas personas debemos estar listas y compartir ahora sí, la copa de vino limpia de prejuicios.
Sería imposible poner todas las bebidas del cine en un video; sin embargo en un buen intento para el viernes, tenemos la opción:
Desde los clásicos de bares, hasta las grandes fiestas, un recorrido cinéfilo por los shots que podrías estar disfrutando (en lugar de ver el video).
Coctel, Coyote Ugly, Las novias de mis amigos, Los Cazanovias, IronMan, El Gran Gatsby, Ted, Las Reglas de la atracción, Guardianes de la Galaxia, Gremlins, E.T., El Resplandor y más se encuentran en este conteo.
¿Sigues sin saber qué hacer esta noche? Tal vez algunas de estas películas te puedan dar una buena referencia de una noche de shots (o lo que no debes hacer).
La difícil combinación entre el dulce y el vino es un tema muy discutido entre algunos expertos del vino ¿Cómo hacerlo de manera correcta?
Vayamos al ejemplo más sencillo ¿Qué es un maridaje de contraste?
El maridaje de contraste es donde dos sabores contrarios logran crear una armonía; es decir, se complementan. Estos son los que tenemos más costumbre en nuestro paladar. Una vez nos explicaban que por eso el dulce de un pastel combina tan bien con el amargo del café e incluso podríamos decir que un pastel de chocolate hace perfecta armonía para los amantes de combinaciones.
¿Qué debemos hacer?
Si tenemos alimentos grasos, vamos a buscar vinos que tengan mayor acidez: por eso la recomendación a los blancos son quesos de mediana maduración, pastas en salsas blancas; al igual que algunos tintos jóvenes.
Mientras más sea la carga tánica tendremos que buscar sabores que tengan más sal: embutidos y carnes como opciones.
¿Picante? Otra combinación difícil. Vamos por vinos con poco nivel de alcohol, poca acidez, que tengan buena frutalidad y un poco más dulces.
El amargo y el dulce.
El vino no es amargo: es muy poca la sensación amarga que en algunos vinos podemos encontrar, lo que hace complicado ir por algo dulce.
Si vas a probar algo dulce (el chocolate es amargo, entonces intenta con algunos destilados o espumantes), evita los taninos cargados, un vino que sea menos dulce que los alimentos, sin ser ácido.
algunos autores sugieren que dulce va con dulce: intenta los vinos licorosos o dulces para probar con este sabor.
Chardonnay Go es una aplicación que te permite buscar copas de este caldo blanco por la ciudad.
O lo haría si existiera. One Funny Mother se encarga de mostrarnos como sería tener una nueva aplicación en nuestro teléfono donde podamos viajar por la ciudad en búsqueda de copas de chardonnay.
Hablemos de los aspectos técnicos necesarios con el vino. Mientras todos estos aspectos sean cuidados, podremos hablar de un buen vino.
El terroir.
Todo el entorno del vino tendrá que ver con el producto final. Las características principales de ese vino vendrán de aquí: la frutalidad, la riqueza alcohólica, la astringencia y más vendrán desde este punto.
El proceso.
Si tiene azúcar agregado, si no lo necesitó: el tipo de fermentación o el proceso que va a llevar nos dará características diferentes.
El cuidado previo.
Desde el embotellado hasta que se encuentra en la tienda: si no tiene un correcto manejo, el vino bajará su nivel: mucha luz, exceso de manipulación y movimiento, demasiado tiempo de manera vertical –en caso de que sea un vino con corcho-, son factores que darán problemas al vino.
El cuidado en casa.
Desde que tenemos el vino en casa, tenerlo en buen nivel es lo que va a permitir que valga la pena: sin luz, que se encuentre el líquido en contacto con el corcho, con un nivel aceptable de humedad.
Todo esto va a permitir que tu vino tenga una buena calidad y puedas guardarlo el tiempo necesario para consumirlo: ya sea que te permita una guarda de 6 meses o los 10 o 15 años que se permitan.
Como podemos ver, un buen vino no depende de las uvas que se usan de manera directa: no es que sea mejor un cabernet sauvignon por ser esa cepa: es todo lo anterior lo que influye a que el vino sea uno mejor.
Ante la inminente discriminación que el vino rosa sufre, vamos a hablar de él: para entenderlo mejor y no alejarnos de él, poder incluirlo en las pláticas, en las comidas familiares, darnos cuenta que es tan buen vino como lo disfrutemos y que perfectamente nos puede acompañar a todos los eventos que queremos o necesitamos.
Si para perderle el miedo al rosado hay que hablar de él, pues que así sea.
Obertura:
El vino rosado suele realizarse de uvas tintas: se hace un proceso de vino blanco y poco tiempo de contacto con las pieles, se logra el color y las características de aromas y sabor que de él queremos.
Algunos pocos son vinos que se combina (Coupage o cuvée) de tipos de uvas: entre blanca y tinta.
No son mejores o peores: son estilos diferentes y lo mejor es probar ambos para definir la opción que más vaya de acuerdo a ustedes.
El rosado no tiene complejo de blanco, no es un tinto que se quedó a medias.
Maridajes.
Las opciones son todas las que ustedes gustan: la realidad es que estos vinos permiten gran cantidad de cambios en sí. Desde pescados a mariscos, de quesos a ensaladas; carnes muy grasosas o muy condimentadas las vamos a evitar.
Pero si quieren ir por diferentes tipos de quesos, el vino lo permite y lo celebra.
Paellas que contienen de todo un poco son opciones ideales.
Platos de quesos, carnes frías, dulces, postres serán un acompañante en la mesa.
Temperatura de servicio.
Revisa las etiquetas, en algunos casos dice lo recomendable.
En caso de que no, 8 o 10 º C.
Época para beberlo.
Es un vino que suele servirse fresco: celebraciones, festejos, incluso brindis; para el calor o picnics.