Vino para principiantes.

Todos cometemos errores y más si no tenemos un gran gusto por lo que nos enseñan. Nos pasó con las matemáticas o la ortografía. Tenemos algo que no nos gusta y no lo disfrutamos.

Sin embargo, en ocasiones no es la materia, sino el maestro. ¿O no recuerdas esas materias que odiabas tenía que ver principalmente con un profesor?

Pues muchas veces con el vino es lo mismo. La materia, sería el vino y el profesor esas personas que nos explican del vino y de cada una de sus partes. Si lo hacen aburrido o no saben qué darnos, es lógico que nos apartemos de ese mundo vinícola.

Es por eso que les dejamos una lista para ser un principiante con el vino sin los errores que llegamos a vivir.

  1. El vino tinto.

Por alguna razón, parece que si no es vino tinto, estamos mal. Desprecian el vino blanco o el rosado a menos que tenga algo (si no es verdejo, si no es rias baxias, etc). Y para colmo, nos mandan con un cabernet sauvignon con 12 meses en barrica o un tempranillo de Toro o Rioja y su guarda de uno a dos años. ¿En verdad qué piensa la gente qué recomienda eso a una persona qué inicia en el vino?

Vamos por partes.

Primero espumosos. Luego blancos a más obscuros. Rojos a marrones de generosos o fortificados.

Así. No sólo para la cata, sino en la vida diaria; si inicias en el mundo del vino, es la mejor forma que encuentres qué te agrade.

  1. No preguntar.

Gente que le da pena preguntar para evitar las miradas incómodas. Pues no; no es justo esas miradas, pero tampoco quedarse con la duda porque alguien no sabe hablar. En muchas tiendas tampoco saben responder; pero otras sí. No podemos generalizar con el miedo a “ni saben”, “me van a ver feo”, “es que no quiero que vean que soy ignorante” y más. A evitar eso; si tienen duda, sáquenlo de su ronco pecho.

  1. No invertir en vino.

Ya hemos dicho que se encuentran vinos baratos de muy buena calidad. Pero ojo, no lo son todos. Algunos incluso sólo saben a jugo de uvas para niños con alcohol. Y eso no está delicioso. Algo bueno, por barato va a ser más costoso. Hay que atenernos a la realidad y comprar con un presupuesto fijado.

  1. Volvemos al cabernet.

No decimos que es malo, decimos que es potente. Recuerden que el paladar es algo que vamos educando; igual que el ejemplo de las matemáticas no podemos llegar a los algoritmos si no sabemos ni sumar. Poco a poco se llega a Roma.

O todo es Rioja o Chilenos y los Argentinos. Como si no tuvieran más opciones; o mexicanos. Expandan sus horizontes, busquen otras ideas, opciones, más ideas que les ayuden a consumir el vino. No se queden en lo mismo (en el ejemplo de la escuela, es como repetir año una y otra, y otra y otra vez).

  1. Las temperaturas.

No se trata de comprar un refrigerador especial (a menos que lo crean muy necesario); pero si de tomar el vino cerca de la temperatura que se dice. ¿Por qué? Por que van a encontrar las cualidades de mejor forma).

¡Cosa que odiamos! El “los blancos son fríos y los tintos a temperatura ambiente”.

¡No! Así no va; es así:

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El vino como método reflexivo.

Es una buena tarde para tomar una copa de vino con la persona más importante para ti: Tú.

Vamos a darnos 5 minutos de espacio; donde sólo seas tú el importante.

Así, agarra esa botella que has reservado. Vas a tener una charla, una importante. La más importante de este año.

Mírate en el espejo: Sea uno real o el de tu corazón. En serio, por más cursi que eso se escuche.

Toma una copa y empieza con esas incisivas preguntas que sueles hacer a tus amigos (las digas en tu cabeza o sea en voz alta; o a gritos) y dilas a ti.

Siempre nos preguntamos por ellos, nos preocupamos por ellos, por los demás: Como les va en el amor, como puede estar enamorado de tal persona, como no te puede ir mejor (como esa amiga de gran trabajo y gran paga) o viceversa: como no les puede ir a ellos de otra manera (esa amiga que no puede encontrar trabajo desde hace 6 meses).

Ahora eres tú. “¿Qué estoy haciendo?”.

Toma una copa de vino. Reflexiona. Es tu momento.

Sobra decir que sea un día donde no tengas otra cosa que hacer más que pensar en ti. Ya sea en pijama o con la mejor de tus galas.

El punto es que tomes en cuenta que esa copa de vino es tuya; es para ti. Es todas las preguntas que quieres y no te atreves. Las respuestas que necesitas.

Toma una copa con la persona que más importa, que eres tú.

¡Y música, siempre ayuda algo de música!

Llora, si tienes que llorar. Ríe si el momento lo amerita. Escupe de ser necesario. Piensa, piensa en ti, tu vida, qué haces, a donde vas, si vas bien o no para lo que te es necesario e importante.

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¿Cuánto vino es bueno?

¿Cuál es el momento ideal para abrir un vino?

Seamos honestos, hemos visto tantos casos, tantas personas conocer y saber de vino, que tener un momento más con él o en circunstancias poco comunes, ya no lo vemos mal.

 

Pero vamos al día a día. ¿Cuáles son las opciones reales para tomar vino? Las ventajas, las conocemos… si no, aquí están:

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Y entonces hacemos un ajuste: ¿Me alcanza? ¿Qué debo preparar para poder cumplir con una copa al día?

Pues bien: piensa en lo que quieres, como lo quieres y hazlo. La recomendación tiene que ver con una dieta rica y variada. Verduras, frutas, legumbres a la orden del día. Completar con algo como un pedazo de carne (magra), no muy grande. Algo de pescado y ya tienes listo, a un lado tu copa de vino.

Esto hazlo de manera progresiva, poco a poco. Piensa en como estas y donde quieres ir con esa dieta y qué significado tiene.

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La cerveza Heineken dice: no.

Y no sólo la cerveza; sino en general. No sólo los hombres, también las mujeres. Es buen momento para saber tomar, con cuidado y sin excesos; es para pasarlo bien. ¿O realmente lo pasan bien sin recordar nada al día siguiente?

Ya son muchos que nos dicen que no, aquí se los dicen cantando:

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¿Qué es Slow Food?

Slow Food se dedica a proteger los alimentos de calidad y los métodos de cultivo y transformación tradicionales y sostenibles, así como a defender la biodiversidad de las variedades cultivadas y silvestres.

Cree que el único tipo de agricultura que ofrece perspectivas válidas de desarrollo, sobre todo en las regiones más pobres del planeta, es el basado en la sabiduría y los conocimientos de las comunidades locales que viven en armonía con el ecosistema que las rodea.

Slow Food defiende las diferencias culturales territoriales y regionales, íntimamente ligadas a nuestra herencia alimentaria, y revaloriza la historia y la cultura de cada grupo social, para que puedan existir redes de intercambio recíproco equilibradas. Comer es un acto agrícola, y los consumidores informados del impacto de sus decisiones en las lógicas de producción alimentaria y en las vidas de los productores se convierten en coproductores y para ellos los alimentos de calidad deben ser buenos, limpios y justos.

Información de Disfruta hoy Celaya.

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6 razones para tomar vino de caja.

¿Lo han pensado y no se deciden? Puede que no sea tan mala idea como nos han hecho creer.
Es barato.
Seamos honestos, el dinero si es importante; no estamos diciendo que siempre, pero para la copa diaria, para un coctel, no queda nada mal este vino. A menos claro, que no sea tu inconveniente el dinero…

 
Es cómodo.
Lo llevas de un lado a otro, lo puedes disfrutar de mil formas y maneras; es más sencillo de transportar, por ejemplo, que el vino en la botella.

 
Coctelería.
Como obviamente es barato y no suele tener gran calidad, nos sirve de lujo para preparar algo con este vino: un clericot, calimotxo o sangría.

Para los amigos que no saben de vino.
Típico, tenemos un amigo que no toma vino y se autonombra “naco” o “corriente”; pues bien, esta opción es para iniciar en el mundo del vino: algo dulce y que no tenga mayor complicación que servir y beber.

 
Ecología.
Es más fácil de reciclar el cartón que el corcho y el vidrio (y la parte metálica que tiene la cápsula). Si quieres volverte más ecológico con el día a día es la opción.

 
Cantidad
Los cartones suelen ser de 1 litro; en cambio la botella es de 750 ml. ¡Una copa más! (y volvemos al punto 1, menor precio).

 
Nota: Obviamente no son vinos para dar la cata, sólo para lo que sirven: disfrutar de un momento, acompañar una comida o simplemente para preparar algo.

 

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David Bowie: hasta en vino.

Este lunes iniciamos la semana con una triste noticia: el cantante de glam- Rock David Bowie falleció como consecuencia del cáncer que tenía.

Una pena que invade en el mundo de la música y el espectáculo.

Dentro de sus legados, se encuentra no sólo música, sino cine.


via GIPHY

Y no sólo cine, sino también en el mundo del vino (sí, la razón de este artículo).

No sólo era un gran (gran) consumidor de vino, sino también tenía uno a su nombre.

Una de sus frases célebres:

“Under Pressure” was written by David Bowie and Queen during a 24-hour wine and cocaine marathon

Este es un vino 100% Shiraz, que reproduce un diseño donado por David Bowie, de Whatever it takes. Es un vino español de Bodegas Gandía. Y no, no está en México.

La asociación que lo respalda dona 1 euro por cada botella comprada que lucha contra la pobreza infantil.

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Razones para iniciar la semana con un tinto.

¿No las sabían? Nosotros las recordamos.

  1. Siempre es bueno.

Es saludable, por lo cual te ayudará en ese momento de “el propósito de año nuevo que aún quiero hacer”.

  1. Buen maridaje.

Lo que comemos día a día bien puede ir con un vino tinto joven que vaya a un lado de nuestra comida.

  1. Es delicioso.

Este punto no es necesario explicarlo. Sabemos que es verdad.

  1. Es para iniciar de buenas la semana.

¿Qué más queremos para esta tarde?

Es algo que irá perfecto con la charla que merecemos: ya sea al teléfono o en vivo, hay que descorchar una botella.

  1. Si no la acabo

Tienes toda la semana para seguir con ella y disfrutar todas las tardes de una copa de vino tinto.

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¿Por qué una botella a la semana?

Lo sabemos y muchas veces vemos el beneficio: tomar de una a dos copas en la comida nos ayuda. No más, también por salud.
Si en algo podemos ver el equilibrio, es en el vino: si tomamos esa cantidad veremos los increíbles beneficios que cada estudio arroja. En caso de tomar una mayor cantidad de vino, hay la posibilidad (alta) de caer en problemas de salud.
Entonces, vayamos por partes:
Una a dos copas al día va a ser el total de una botella a la semana.

Cada botella nos alcanza para 6 a 8 copas de vino.

El costo de botella puede ser entre los 100 a los 150 pesos.
Si nos juntamos entre varias personas, una comida es una botella de vino, por lo cual no habrá necesidad de guardarla.

Esta es una opción saludable: dicen que una copa al día mantiene al doctor en alegría. Vamos a probar.

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