Guardar un vino barato.

¿Cómo que vamos a guardarlo?

Ese día que vamos a la tienda y compramos un vino, pensamos en la calidad y la uva; después, como no sabemos mucho de vino, mejor compramos ese de 100 pesos aproximadamente (o unos 50 más o menos).

Llegamos a casa, seguimos las instrucciones: temperatura, descorche y servimos. ¡Está delicioso! Le atinamos. Y entonces regresamos a la tienda y tomamos otras dos o tres… total que no está caro.

Llegamos a casa y guardamos unas botellas; algunas las dejamos en nuestra bodega, para que se haga “mejor”, como otros que con el tiempo has ido abriendo y te dejan fascinado.

¡Error! Cuando abras esos vinos no van a ser de calidad, como lo esperas, incluso puede que se avinagren.

La razón es sencilla, son vinos baratos que no es igual a que sean malos; pero sirven para una copa diaria con cepas que no necesitan lo mismo que otras que pueden seguir creciendo con el tiempo; tampoco tienen barrica y son para un consumo próximo.

No tienen nada de malo, pero si hay que entender ese punto, que los vinos baratos no suelen ser para guardar, sino para aprovechar y disfrutar de manera próxima.

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