Si algo nos han enseñado es que vinos blancos con pescado y carnes grasas con tintos. De cierta manera es correcto, aunque puede haber variaciones (como un atún con un tinto o un cordero con un blanco que tenga una barrica); las opciones siguen creciendo y lo vemos cada día más.
Sin embargo ¿han pensando que en vinos rosados es más difícil encontrar una norma?
Por ello les podemos dar estas recomendaciones de acuerdo al vino rosado que vayan a tomar. Son generales y podemos encontrar que un rosado nos va a acompañar perfectamente como aperitivo: antes de la comida, iniciar con un buen rosado nos acompañará al hambre y a disfrutar más nuestros platos.
Una opción que al momento no nos ha fallado ha sido la paella. Una delicia para probar algo diferente y que nos va a dejar con un buen sabor de boca.
Otra opción es un salmón: un buen corte de salmón a la parrilla será la opción para un plato fuerte.
Intentemos con algo de mar: cangrejo, calamares fritos; la opción de un rollo de sushi nos va dar un buen equilibrio en boca entre el platillo y el vino.
Postres: prueba con postres que nos ayuden en el maridaje que van desde el olfato: si encuentras notas a fresas, Sandía, melón, prueba postres que los tengan: una tarta de frutos rojos, melón con chocolate, fresas con crema, tartas de blueberries.
Si tienes un reunión puedes probar un punto intermedio: melón con jamón serrano o una bruschetta.
Nota: recuerda que un vino rosado va mejor a una temperatura de 7º a 10º (aunque leyendo la etiqueta muchas veces te dicen qué temperatura es mejor para él).