La lista que siempre es necesario. Sí, nos referimos a ese momento incómodo donde lo mejor es dar un vistazo a esa copa de vino y poder tomar un poco para liberar la tensión… propia o ajena.
1. Pedidas de mano.
Seas el novio, el padre, la suegra, la novia o quien sea, lo mejor es tomar una copa. Digamos que son muchas emociones y estas ayudan. Ya sea que la familia te quiera mucho…
O no seas el favorito.
Una copa nunca está de más: para brindar, para aliviar la tensión, para sonreír o que las palabras fluyan mejor en todos. Obviamente, con el cuidado de no dar más que el brindis o el aperitivo…
2. Discusiones.
No las vuelvas incómodas, pero coloca una copa de vino de manera discreta frente a los objetos enojados y retírate poco a poco. Esto no aplica si es contigo con quien se está peleando, sólo si eres ajeno. Esto recomiéndalo a tus amigos, para ayudas futuras.
Así, sin darse cuenta, una copa aligerará la discusión.
Y que no sea tinto, sólo por si acaso:
3. Brindis.
Todo brindis va con vino, y dependiendo lo formal o increíble del evento, espumoso: una boda, una buena noticia, una graduación (de licenciatura para adelante, por favor); una festividad como el año nuevo entra en esta opción.
4. Tu tesis.
Si ya te la aprobaron, si ya pasaste el examen: vino.
También seguir el consejo de Maitena: siempre.