¿Por qué el mejor vino es qué me gusta pero eso no lo hace bueno?

Tenemos la idea de que el mejor vino es que el que nos gusta; y así lo gritamos a los 4 vientos al ser contradecidos sobre nuestros gustos: ¡A mi me gusta y lo demás no me importa, y si me gusta, por ende es buen vino!

Es una controversia aceptable. Lo que busca todo mundo es un mayor consumo de vino correspondiente a la salud: sin exceso y sin caer en provocación, dar una buena copa de vino de vez en cuando, una vez al día es una opción bastante viable para muchos.

Sin embargo, caer en la provocación que por ello es un buen vino… No.

Los buenos vinos deben tener características por los cuales medirlos. ¿Qué cuáles son?
El cumplimiento de la dichosa “Ficha de cata”.

La ficha de cata es el “sermón” que dan los sommeliers al hablar de un vino y se divide en tres partes, la visual, la olfativa y la gustativa. Después se dan las conclusiones del vino: si cumple o no.
De esta forma vamos a saber si un vino es bueno.
Es verdad que el mejor para ti es el que te gusta, sin importar más: si tiene premios, si un sommelier lo dice, si te lo recomiendan o todo mundo te dice que es bueno o malo no tiene que ver con que consumas un vino.

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