¿Y la cerveza, Apá?

El miedo al nuevo presidente de Estados Unidos se hace presente y mientras pensamos en nuestra salvación sin “dependencias” y comprar en mercados o tinaguis, así como productores locales, aunque salen dudas que atañen incluso a los foodies.
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El marco actual de México: los comercios de la comida en México se quedan de manera independiente y cada vez es mayor el consumo local de productos: se vuelven independientes y se mueven de acuerdo a zona o consumo aunque aún quedan algunos otros asuntos pendientes.
 
El vino.
La producción han mejorado y aumentado en los últimos años, tomemos en cuenta que la mayoría del material previo se compra en otros lados y se cotiza en dólares ¿qué pasara con los costos de las siguientes etiquetas? ¿Será necesario apurar a la posibilidad de bajar impuestos a los impuestos tasados al vino?
Más información aquí.
 
La cerveza.
Bien, aquí es donde va a caer el pánico.
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¿Se sienten alcohólicos por tomar cervezas los fines de semana y amanecer con cruda? Pues bien, los países que más cerveza beben llegan a más de 100 litros por persona al año (esto significaría que su gente toma al menos una lata de cerveza diaria). México no figura en las listas de países con mayor consumo de cerveza.
Y empieza el miedo: De acuerdo con cifras de Forbes, México exportó en el 2015 cerca de 19.5 millones de hectolitros.
En enero a agosto del 2016, se exportaron a Estados Unidos 17.98 millones de hectolitros –Estados Unidos sí figura como un gran consumidor de cerveza-: esto es un 82% de las exportaciones totales.
¡Estamos exportando 82% de nuestra cerveza!
Y la que tenemos –importada, hecha en casa, producción nacional o la que gusten- es apenas el abasto necesario. Aún si quisiéramos, no podríamos consumir de manera sana esa cantidad de alcohol.
Tomemos en cuenta esto: Estados Unidos está en los primeros lugares de consumo de cerveza y de vino.
 
Ahora va la segunda parte: todos los insumos que se hacen para la producción tienen que ver con importaciones: desde los cereales hasta el vidrio y maquinaria, lo cual puede implicar un aumento de precios en la cerveza –si le va a pasar a la comercial, imaginen la artesanal-.
Otros más.
De lo más exportado también a Estados Unidos está el aguacate -que entra directamente en el TLC- y el tequila. ¿Se dan cuenta por dónde va el asunto?
¿Entienden ahora el miedo?
Sin dejarnos guiar por los –posibles- malos escenarios, lo necesario es fortalecer al mercado desde dentro: comprar de manera local a productores de la zona y comprobar que en el puesto donde estamos comerciando, los productos sean mexicanos y de dueños mexicanos, pues de nada nos sirve comprar en tianguis si la fruta es de otros lados o de empresas que no son del país.
 
 

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