Los de Burdeos

Si sabemos algo de vino, por poco que sea, es que los de Francia son ganadores. Y va en serio: de las grandes expresiones de vino llega a nuestra mente las Denominaciones de origen como Champagne, Borgoña y Burdeos.

Los grandes vinos de Burdeos.
Bordeaux (que se pronuncia Burdó), es una de las regiones vinícolas más prolíferas de Francia,; en ella encontramos otras Denominaciones (Denominancepcion): Médoc, Haut-Medoc, Paulliac, Saint Julien, Margaux, Saint Emilion, Pomerol, Pessac-Léognan por poner algunos ejemplos

Vinos de Burdeos: Sus vinos son de los más conocidos en el mundo; tienen su “clásica mezcla”, la bordelesa, una combinación de cabernet Sauvignon, merlot, cabernet franc y algunas veces toques de petit verdot y/o malbec. Crus Grand Crus se encuentran aquí, en esta zona se encuentran algunos de los vinos más caros y finos del mundo, aunque eso lo veremos aparte; ahora, sólo veremos estas maravillas que tuvimos la suerte de catar.

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Vino 1: Cháteau Phélan Ségur.
Color intenso, rojo con toques violetas. Tenemos una potencia cromática que en la primera parte nos habla de la juventud de este vino en particular.
En aromas hay fresas, grosellas, rosas, lilas, muchas flores y frutos –en especial rojos y negros-; al final, algo balsámico que da una mayor elegancia al vino.
En boca, vamos a encontrar más balsámico, taninos un poco verdes y robustos.
Es un vino que bien podemos guardar unos 3 o 5 años más sin problemas; también si quieres beber al momento.

Hablar de carnes suena redundante, por lo cual recomendaremos con algún postre de frutos rojos que vayan con los aromas (en verdad, sería una bomba al olfato y al paladar que daría muy buena acidez).
Si se trata de carnes, no vayan a lo más pesado o fuerte, un corte ligero, unas velas y la compañía de alguna persona (amigos, pareja, padres, familia) son ideales para este vino.

Vino 2: Cháteau Brane Cantenac, de Margaux.
Este vino de Henri Lurton proviene de Margó (así se pronuncia).
Con poco porcentaje de merlot pero de deliciosos toques que aportan a la combinación de cabernet Sauvignon (84%) y el 2% de cabernet franc.
Podemos encontrar algo de lo mejor del merlot de la zona: es un vino rojo violáceo, con toques cereza.
Poca evolución, vemos un vino joven.

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En nariz, es balsámico, fresas, rosas, casis al por mayor; en boca es de gran estructura.
Tiene una buena acidez, buenos taninos que faltan redondear en esta añada, cosa que nos permite guardar más tiempo en nuestra cava para encontrar un vino excelente a mayor tiempo.
¿Te has casado? Este vino será buenísimo para el aniversario.
Si entraste a la carrera, opciones para una cena de graduación es esta (claro, a menos que pienses cambiar de carrera; no más de 6 años para este vino).

Vino 3: Cháteau Pedesclaux.
Del 2011, un joven con toques de la apelación en su mayor esplendor.
Tiene complejos taninos finos, que van evolucionando en la copa a cada sorbo.
Cerezas, violetas, buena y espesa caída en la copa.
Encuentras casis, especias, pimienta en nariz. La acidez es ligera en su entrada y da toques de chocolate y frutos rojos.

Piensa en una carne a la pimienta, res y cortes de res o puerco en salsas; chocolates y fresas para un regalo especial (si no quieres caer en burbujas).
¿Cuándo beberlo?
katamaniacosburdeospanLa recomendación es tener dos botellas, una para probarla ahorita y la otra en unos 5 años: saliendo de la maestría, del diplomado que no has hecho, cambies tu trabajo o conozcas al amor de tu vida (unos 10 años a lo mucho).

Vino 4: Château de Camensac.
Vino coqueto y gracioso, hermoso color violeta, vino limpio, caída lenta, buena; lleno de frutos rojos, balsámico, cuero, pasto y violetas.
Rica acidez que llena la boca con una suave entrada, buena permanencia en la boca, sin ser pretencioso, logra quedar bien en la boca.
Muestra de lo que es un francés: su propietario, Jean Pierre Foubert lo dice, es un vino que siempre intenta lo mejor.
¿Recomendación? Para no caer en la “típica” carne, piensa en ostiones o simplemente un atardecer en una silla.
Este es un vino para beber con amigos, en casa; desde ahorita hasta cada año para recordar una buena época de primer vino.

Vino 5: Château Beychevelle de Saint Julien.
Es un 4to Grand Cru Classé. Rojo rubí oscuro, se empieza a ver la evolución; caída lenta y suave; con aromas a frutos rojos, balsámicos, zarzamora y grosella.
Tiene una alta acidez que hace salivar al entrar; es redondo, de cuerpo medio a potente. Nos permite ver que se permite un envejecimiento sin problemas.
¿Se te antoja un pato? Esta podría ser una opción; quesos, pastas, platillos macados para este vino que darán la potencial al mismo.
Este es un clásico bordeaux (cabernet Sauvignon, merlot, cabernet franc y petit verdot).

Vino 6: Château Léoville Barton.
Cabernet y merlot nos dan este vino de gran historia, viñas de antigüedad donde las más jóvenes tienen entre 35 y 40 años. Tienen una producción pequeña dedicada a una de las reservas. Este es un 2do Grand Cru Classé.
Cereza con violetas, de alta calidad que se ve desde la copa; algo de sedimento que no es necesario quitar.
¿Falta evolución? Puedes dejarlo más tiempo en cava, al menos unos 3 años hasta unos 10 o 12. Y logras algo bueno.

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Vino 7, Château La Fleur Pétrus / Château Belair Monage.

De Pomerol y Saint Emilion.
Color rubí brillante, ribete morado; sotobosque, hierbas, cerezas, casis, buena acidez; vino carnoso y con elegancia.

Por otro lado, Belair Monage, es más frutal, con compotados y de buena cidez.
Con este vino logras un envejecimiento a largo –laaargo- plazo.

Por cierto, para este desayuno (donde re comprobamos que el vino va en cualquier horario –con moderación, como les hemos dicho-) tuvimos un menú exquisito en Cedrón.

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Pujol queda en el 4 y el 20

Como cada año, salió la lista de los 50 mejores restaurantes, del mundo y Latinoamérica y nos complace saber que siguen grandes restaurantes mexicanos, así como la suma de otros que no se encontraban en la lista.

Un claro ejemplo, es Pujol, quien se mantiene en el 4to lugar de Latinoamérica y el 20 del mundo; Cosme (en Nueva York), se encuentra en el 40 a nivel mundial.

También felizmente tenemos la noticia de que Quintonil está en el sexto de Latinoamérica y el 22 del mundo.

Sud 777 en el decimo primero de LA y en el 75 a nivel global.

Los siguientes restaurantes se encuentran en la lista a nivel Latinoamericano; no alcanzaron aún lugar en los mundiales:

Pangea (Monterrey) en el 25; Nicos en el 29; Biko en el 31; Amaranta (Toluca) en el 32; Corazón de Tierra (Valle de Guadalupe) en el 34, Rosetta 35, Alcalde (Guadalajara) 36, Máximo Bistrot 39, Laja (valle de Guadalupe) en el 42, La docena (Guadalajara ) en el 43.

Para la lista completa de latinoamericanos, aquí.

Para la lista global, aquí.

¡Muchas felicidades a todos!

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Crean vinos inspirados en temas “Cachito”, “Angelitos negros” y “Quizás”

* Los mexicanos prefieren los vinos frutales y de mayor estructura, consideran

Inspirada en los afamados temas “Cachito”, “Angelitos negros” y “Quizás, Quizás, quizás”, La Casa del Vino creó bebidas a base de la uva Tempranillo, típica de España.

“En Toro, municipio español de Zamora, a la uva se le conoce como Tinta de Toro; incluso, los zamorenses se enojan si les digo que se llama tempranillo. Lo importante es que según la llamen o le llamemos, el vino se elabora con una variedad de uvas que provienen de viñas antiguas de aproximadamente 70 años”, comentó Antonio Calvillo a Notimex.

El representante de La Casa del Vino explicó que “Cachito mío”, que toma su nombre del afamado bolero de la compositora mexicana Consuelito Velázquez, fue concebido como un vino de espíritu audaz e innovador dentro de la denominación de origen (D.O.) Toro, a partir de viñas de más de 60 años.

“Expresa toda la potencia frutal de la uva Tinta de Toro, a la vez que resulta muy agradable de beber, con un fácil y al mismo tiempo complejo paso de boca. Posee intensos y persistentes aromas frutales como mora, fresa, arándanos y plátano, con matices de violeta”, precisó en ocasión de la primera Muestra de Productos Gastronómicos de la Junta de Castilla y León.

Calvillo señaló que los vinos tienen nombres de canciones “porque a nuestro enólogo y propietario de la bodega, Jesús Peña, le encanta la música y a su esposa también. Juntos crearon la bodega desde hace 10 años”.

Un vino tinto de la D.O. Toro es “Angelitos Negros”, basado en el tema del mismo nombre de Manuel Álvarez Rentería, a su vez inspirado en el poema “Píntame angelitos negros” del venezolano Andrés Eloy Blanco.

También se elabora con la uva Tinta de Toro que proviene de viñedos de 20 a 40 años de cultivo en la forma tradicional en vaso (80 por ciento) y espaldera (20 por ciento); el suelo donde están plantados es de predominio arenoso-calizo.

“Se dice que todos los hijos son diferentes. Hay uno que sale más rebelde, otro más intelectual y otro más audaz. ‘Angelitos Negros’ es un vino joven y su sabor es más ligero”, destacó.

Mientras que “Quizás” proviene de las uvas de 70 años, “pero tiene 18 meses de envejecimiento en roble francés, que es el tiempo que permanece en la barrica y que le da más aporte al vino, mayor redondez”, indicó el experto.

“Quizás” está inspirado en el afamado tema del cubano Osvaldo Farrés. En inglés fue popularizado por Nat King Cole, mientras que en español lo han interpretado infinidad de artistas como Sara Montiel, Los Panchos, Rigo Tovar y Jennifer López, entre otros.

“Es un vino balsámico tanto en nariz como en boca, con aromas de fruta madura y un gusto equilibrado, sabroso y largo. Somos una empresa que nos encargamos de vender felicidad, no vendemos vinos, vendemos momentos de felicidad”, subrayó.

Antonio Calvillo mencionó que la tienda posee vinos de varias denominaciones: Ribera del Duero, de Arlanza, Tierra del Vino de Zamora y los de Toro. El consumo de vinos españoles en México, dijo, tiene mucho éxito porque suelen ser una extensión del paladar.

“Además la sangre llama sangre y los mexicanos saben lo que tiene calidad y es especial. No les gustan los vinos tan secos, pero sí los frutales y fáciles de beber. Prefieren aquellos que tienen cuerpo y una mayor estructura. Además, le hacen caso al cardiólogo y a diario consumen una copita de vino, aunque hay quienes exageran y se toman la copa de 800 mililitros”, externó el representante.

Informó que el próximo mes estará presente en el Wine Market-Outlet que se llevará a cabo en el Club Naval de la Secretaría de Marina, con ofertas de vinos de mesa, para cocinar, para charlar con los amigos, en cena romántica o para cerrar un negocio.
Vía Notimex.

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Viña de San Pedro, ante el desafío de ofrecer el mejor vino de Chile

La enóloga Viviana Magnere Grosse, quien trabaja en la Viña San Pedro, en Chile, aseguró que este lugar, que se fundó en 1865 por los hermanos Correa Albano, siempre busca estar a la vanguardia, para seguir siendo una de las exportadoras más relevantes de ese país.

Esta viña tiene presencia en más de 80 mercados en los cinco continentes, a través de sus diversas marcas, una de ellas es Gato Negro: 9 lives, que fue creado en homenaje al mítico gato que deambulaba por estos viñedos y que fue presentado la noche de este martes. “Siempre estamos tratando de ir a la vanguardia, de tomar herramientas tecnológicas, visitamos lugares, tratamos de estar en la máxima tecnología para poder avanzar en los procesos y ser más eficientes en la producción”, dijo en entrevista con Notimex.
Agregó que la citada nación sudamericana es conocida por tener una gran cultura vitivinícola, y aunque el consumidor no ha aumentado ahí, sí ha mejorado el nivel de vino que se adquiere.

“No es fácil mantener homogéneo el producto año con año, teniendo en cuenta que el clima es distinto, las condiciones anuales son distintas, ese es el desafío para nosotros, quienes exportamos bastante”, comentó. Magnere estudió agronomía y se especializó en enología, una pasión que desempeña desde hace 11 años. Ha trabajado en el área comercial en otra viña, además, señaló, siempre quiso trabajar en la parte más productiva.

“Me gusta hacer los vinos, desde ir a ver los campos, hasta hacer las mezclas, es súper entretenido, es un trabajo dinámico, que cambia, no todos los días son iguales, además puedes innovar e investigar”, puntualizó.

De igual manera, subrayó, que el mexicano es muy inquieto, que desea aprender bastante respecto a estos temas. “Vine en 2015 y tuve la impresión de que hay ganas de trabajar, de conocer variedades”.

Recalcó que el vino con un consumo moderado es saludable y no es necesario cuestionar tanto cuándo se va a tomar, sólo aconsejó saber cuál bebida es la que más agrada y tomarlo en cualquier ocasión, incluso con pizzas, tacos, leyendo un libro o viendo la televisión.

Por último, Magnere, quien trabaja en la viña ubicada a 200 kilómetros hacia el sur de la ciudad de Santiago, dijo que tomar vino “ocasiona diferentes placeres, aumenta la circulación sanguínea y el metabolismo, siempre y cuando sea de manera moderada”.

Vía Notimex.

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¿Por qué discriminamos los “vinos malos”?

¿Por qué discriminamos los “vinos malos”?

Pensamos que un vino es malo y descalificamos a quien los toma. ¿En qué basamos esas opiniones?
Con el tiempo, beber vino se ha convertido en parte de la rutina de muchos sibaritas (una, dos veces a la semana, cada comida, siempre; todo depende de cada uno) y este hábito se va haciendo snob.

Alguna persona dice “vamos a hacer clericot con ese vino” y es un momento incómodo ¡Cómo clericot! Grita alguien.
Y la respuesta es ligada a una marca comercial: Es que es un (ponga la marca que recuerda).

Y todos asienten; es verdad, no es buen vino, es malo y merece ser bebido como clericot, como calimotxo, como lo que sea menos como un vino.

O el escenario dos, vamos a un restaurante y pedimos ese vino, de esa marca (que suele ser un chileno o un español) y la expresión del sommelier, mesero, o acompañante es la misma que cuando te hablan de tu ex.

¿Por qué sometemos al vino a dicha tortura? Pareciera que tomar vino debe ser trabajo de los buenos vinos. Y nada más.
Y que un buen vino es el que decimos lo es. Y nada más.

¿Se dan cuenta que este fenómeno pasa más en las bebidas que en los alimentos?
La elitización –falsa- de las bebidas tiene que ver con un status: si tomas cerveza significa algo y esto definirá tu comportamiento y tu pensamiento.
Para ejemplo piensa en un hipster y si cerveza –e inmediatamente irás a artesanales-; piensa en un obrero –y pensarás en caguamas-; un godín se traduce cerveza de botella… ¿o no?

Lo mismo y peor va con el vino: Si tomas mexicano, si tomas una marca, si tomas un estilo o un tipo:
Los más aventados irán por denominaciones poco conocidas (sin importar el precio, que en algunos casos es más económico); otros se moverán por el precio, por la nacionalidad o por lo viejo del viñedo ¿cuántos se van por la calidad?

Y siendo consumidores, ¿qué sabemos de calidad? Las cifras que nos dan en concursos, las capacidades de un vino o lo viejo que son. ¿Todo esto nos sirve realmente como medida?

El punto de comer, de beber y de vivir en general es disfrutar… ¿y si lo aplicamos en el vino?

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Dos estrellas Michelin participan en Festival Cervantino Gastronómico

Dos estrellas Michelin participan en Festival Cervantino Gastronómico

El Festival Cervantino Gastronómico (GastroFIC) presentó a dos Estrellas Michelin de Francia, Mourad Haddouche y Olivier Legentil, así como al chef Gabriel Jiménez Ortega, del Estado de México. El chef Mourad Haddouche, con Estrella Michelin, del Restaurante Loiseau des Vignes, Lyon, Francia, se presentó en Bixa, Irapuato, y el Restaurante Villa María Cristina, Guanajuato, el 20 y 21 de octubre, se informó en un comunicado.

El menú que ofreció a los comensales fue en un primer tiempo, Salmón marinado con granos de anis y pop de amaranto, rábano encurtido y mostaza dulce; el segundo tiempo deleitó con Huevo de Gallina “parfait”, escalfado sobre una crema de brócoli y chía con jamón serrano.

El tercer tiempo ofreció a los comensales camarón al vapor, vinagre con cúrcuma sobre couscous de uva pasa, y hiervas con emulsión de pepino para llegar a un cuarto tiempo con Rabioles de rabo de toro en salsa de su misma cocción, láminas de queso parmesano, chips de jalapeño y epazote, finalmente el menú cerró con un postre denominado “Recorrido de fresa”. Olivier Legentil, chef con Estrella Michelin del Hotel Napoleón en París, Francia, se presentó en La Trattoria Terraza, Guanajuato y en Takum, León el 20 y 21 de octubre. Su menú a cuatro tiempos con Tiradito de atún y mil hojas Napoleón, Bouillabaisse de miso y escargots, Langostinos rostizados, Trilogie de fromages (Mimolette/camembert/ tomme de brebis). Gabriel Jiménez Ortega, del Restaurante Norte Sur en Toluca de Lerdo, Estado de México, se presentó en La Casona del Arco, León y en Anabella Resto, Guanajuato el 20 y 21 de octubre. Jiménez Ortega ofreció una Cena Maridaje, en un primer tiempo deleitó con Pulpo en escabeche de cerveza, maridado con Cerveza clara artesanal María Porfiria, el segundo tiempo ofreció Aguachile negro de tasajo y manitas de cerdo, maridado con mezcal penca y piedra joven 100% agave.


El tercer tiempo ofreció Mollejas de ternera caramelizadas al jerez, maridado con vino tinto Murviedro Reserva, y para concluir el cuartor tiempo cerró el menú con una tartaleta de chocolate de metate maridado con Oporto Tawny (Royal Oporto 10 años). El “III Festival Cervantino Gastronómico” se realiza a través del Programa Gastronómico ‘Guanajuato ¡Sí Sabe!’ del 13 al 28 de octubre como parte de las acciones que enaltecen el arte culinario, poniendo en valor los ingredientes endémicos de la región, diversificando la oferta gastronómica de Guanajuato donde se fusiona la Cocina locales, nacional e internacional.

En total participan 14 restaurantes de cinco destinos del estado; León, Guanajuato, Irapuato, Salamanca y Celaya. En León los restaurantes participantes son: La Casona del Arco, Eskarlata, Takum, Ma Come No y Shine del Hotel Crowne Plaza. La visita de los Chefs de Francia, Mourad Haddouche y Olivier Legentil con Estrella Michelin concluyó con la degustación de platillos al Restaurante Rivera 1886, en Guanajuato Capital, en donde el chef residente los deleitó con un delicioso menú.

El menú incluyó Cebiche de medallón de atún (con mango, piña, ajonjolí tostado, acompañado de tostadas) Carnitas de medallón de atún (capeado acompañado de guacamole, pico de gallo y tortillas de maíz, toritos rellenos (chile caribe relleno de cebiche de camarón, cebiche de medallón de atún guisado en salsas negras del chef).

Así como Tiritas de pescado (con cebolla morada, chile habanero sazonado con sal de cilantro), Aguachile de camarón (camarón cocido y curtido en limón con cebolla morada y pepino, bañado en salsa aguachile de la Casa Rivera), Aguachile de callo de acha (bañado con limón, cebolla morada, pepino y chile de la Casa Rivera).

Aguachile de rib-eye (corte norteño sellado a la parrilla, acompañado de cebolla fileteada y aguacate en cubos, bañado en salsa de aguachile de la Casa Rivera), Cazuelita de camarón (camarón cocido en salsa coctelera estilo Sinaloa de la Casa Rivera), Guacamole de pulpo (delicioso pulpo sazonado en láminas supremas de naranja, aguacate en cubos y cebolla fileteada) acompañado de ensaladas de la casa.

Como plato fuerte el menú incluyó Taco de la Casa Rivera (filete de pescado capeado en receta secreta del chef, aderezo de chipotle y lechuga, acompañado de cebolla curtida) Taco de Arrachera (tortilla de maíz y harina de trigo, acompañado de pico de gallo y guacamole) Quesadilla de camarón (camarón guisado con pimiento rojo sazonado y queso manchego) camellos (pan árabe, arrachera, tocino y cebolla blanca, acompañado de jocoque fresco y salsa cítrica de chile de árbol).

Torta de cochinita pibil (virote con cama de frijoles acompañado de cebolla morada curtida y salsa especial de habanero con piña tatemada), Fajitas de pollo (cocinadas con pimientos acompañadas de ensalada y guacamole).

Como último tiempo, los chefs deleitaron su paladar con pastel de trufa (chocolate amargo, bañado en ganache de chocolate obscuro con una bola de nieve de vainilla) y plátano macho estilo Chiapas, una nueva propuesta de maridaje fuera de lo común.

Vía Notimex

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Para comer rico no hay que gastar mucho.

Hablamos de la comida como algo fácil o sencillo; en algunos casos, barato.

La idea de que la gastronomía o la cocina debe ser cara y complicada es cuestionable.
¿En qué momento hacer enchiladas fue sencillo?
El comprar las verduras –que quienes gozamos de comer y de preparar sabemos lo que implica encontrar un buen tomate, un buen vendedor, una buena balanza (para que pesen bien, como predican), hacerse del marchante entre otras situaciones que van de lo cómico a lo trágico en menos de un puesto a otro-, limpiar, desinfectar, lavar, tatemar, asar o hervir de acuerdo al caso, moler, colar, revisar la acidez, la sal o lo caldoso para al final te digan “algo sencillo como unas enchiladas”.

Y ante el comentario posible de un “pues compra, no lo hagas”, no quita lo complicado: es independiente si se compran ya hechas en alguna fondita a que si se hacen en casa, el trabajo de la comida es el mismo.

Pensamos que “algo sencillo” es sencillo. Pero piénsenlo un momento.

La experiencia necesaria para hacer tortillas a mano; los huaraches y que tengan forma de… ¡pues huarache! Y no un costalito de frijoles.
La capacidad de hacer hasta un té: a veces nos burlamos de alguien que “se le quema el agua”. Y sí, si hay quien olvida el pocillo y se evapora el agua.

La cocina no es fácil; no es algo sencillo ni tiene que serlo: es lo que metemos a nuestro cuerpo. Si cuidamos lo que nos ponemos, con más razón lo que vamos a comer.

Ir a comer –en general, sea en casa o a algún restaurante- implica mucho y se convierte en algo caro por todo lo que es.
Encontrar un buen lugar: un restaurante, una fonda, un puesto de tacos, los elotes en una cocción propia.
Que sea limpio: ¿En verdad no da pavor comer entre cucarachas, ratones y alguna que otra enfermedad estomacal?

El comer implica todo: la salud, el cuerpo, el gusto, todos los sentidos puestos en un plato para lograr una armonía que va a platos “baratos” en una fonda, donde podemos encontrar platillos desde $50 pesos, hasta los grandes menús en restaurantes en México que puede ser por $1,950.00.

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Bebidas mexicanas

Mes patrio, antojos de comida mexicana… mentira; siempre hay antojo de comida mexicana. Y la bebida, no se queda atrás. Por eso les traemos esta pequeña lista de bebidas para todos (con alcohol y sin alcohol) para acompañar y probar.

Tejate
Maiz y granos de cacao fermentados se unen en esta bebida ceremonial que existe desde la época prehispánica. Sigue siendo popular en la zona mixteca y zapoteca (y en todos lados, es delicioso); en San Andrés Huayapam se celebra la Feria del Tejate, que también es conocida como “la bebida de los dioses”.

Acachul
Poblano; bebida de la sierra norte hecha con semillas o frutas silvestres (y se llama acachul, fruta parecida al capulín y que se da en esta zona).

Pozol
Una versión de tabasco y Chiapas: maíz cocido con cacao y granos de pochotl. Hay versiones con azúcar y / o chile. Se sirve en jícaras, que lo permiten conservar fresco.
Una versión parecida se llama Chacuá, en Yucatán.

Pox
Destilado chiapaneco hecho con maíces de la zona, azúcar y trigo.
En la zona, es muy barato; puedes encontrar en San Cristobal de las Casas una botella en $15.00, por lo artesanal y casero de la producción (se hace en casa, la mayoría de las veces). Hay natural y algunos aromatizados con flores, frutas u otros.

Raicilla
Jalisco nos tiene este destilado artesanal que se hace con el amaguey lechuguilla (y algunas de sus variedades). Es similar al tequila y al mezcal. No, no cuenta con Denominación de Origen (aún).

Charanda
El único ron con Denominación de Origen (de mundo, por cierto). Se hace un destilado con azúcar de caña en la zona de Michoacán.

Sotol
Destilado de sotol que se produce en Coahuila, Durango y chihuahua; es de la zona tarahumara y lleva más de 800 años de historia.

Bacanora
Se produce en el estado de Sonora; es un destilado hecho con agave vivípara. Se puede decir que es un tipo de mezcal de esta zona.

Xtabentun
Licor maya del estado de Yucatán hecho con miel. Se bebe frío y algunas vece acompañando al café. Es de sabor fuerte y era un licor ceremonial en la época maya y significa significa “lianas que crecen en la piedra”.

Tejuino
O tesgüino, de Nayarit y es preparado con piloncillo fermentado y masa; se sirve con chile, limón o nieve de limón. Es de fermentación baja, por lo que es ligero y se sirve en jarritos o vaso de plástico.

Tascalate
Chiapas se presenta con el tascalate: maíz, cacao, achiote, azúcar, canela y agua. Se acostumbra servir frío y es muy común encontrarla al sur de México.

Tuba
Bebida fermentada de la palma de coco, se agrega nuez y cacahuate, así como frutas como manzana y Jamaica o pepino. Es una bebida similar en producción al pulque y con un sabor ligero, poco alcohol y sin la baba –que tiene el pulque, por ejemplo.

Espuma de cacao/Bupu
Es una bebida hecha con cacao, no tiene alcohol y es de la zona de Juchitán, en Oaxaca. Atole blanco con flor de güiechachi; realmente es la espuma lo que se consume. De origen zapoteco.

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Beer Yoga, la disciplina que debes practicar

En el mundo existen dos tipos de personas con diferentes métodos para relajarse después de un largo día de trabajo. Por un lado, se encuentran quienes llevan una vida saludable y deciden practicar actividades como el yoga para liberar el estrés que traen consigo y por el otro, están quienes deciden abrir una botella de cerveza, respirar profundamente y dejar ir eso que les causó un mal trago durante su día laboral.

Sin embargo, ahora existe una nueva modalidad, la cual conjunta ambas actividades y es conocida como Beer Yoga. Esta forma de practicar la disciplina, surgió hace dos años en Berlín, Alemania y de acuerdo con sus creadoras Jhula y Emily, ambas profesoras de yoga, la combinación pretende ser una terapia para el cuerpo, mente y alma. Si bien nació con el nombre de Bieryoga, es reconocido mundialmente como Beer Yoga y esta especialidad, busca convertirse en la moda para alejarte del estrés.

Desde el saludo al sol hasta las posiciones básicas de respiración y estiramiento, los alumnos pasan un tiempo más ameno sin dejar de tomar una de las bebidas preferidas en el mundo. El innovador concepto incorpora los tragos de cerveza con cada movimiento. Sus creadoras destacan que todo esto podría tomarse como una broma, sin embargo, afirman el objetivo principal es crear una mayor conciencia sobre esto.

La forma en la que se practica es la siguiente: el estudiante utiliza la botella de cerveza para ciertas posturas de equilibrio y mientras realiza otras, puede darle pequeños sorbos, todo esto sin perder la concentración durante la clase. Fue en el marco del festival Burning Man, en Estados Unidos, cuando estas profesoras decidieron improvisar una lección para los presentes y a partir de ahí, comenzaron su proyecto, el cual se convertiría en una manera diferente de ejercitarse. De acuerdo con la Fondazione di Ricerca e Cura, las personas que beben moderadamente, tienen un 31% menos riego de ser susceptible a enfermedades cardíacas en comparación a quienes no toman.

Hasta el momento, Australia, Estados Unidos y Tailandia son algunos países que han decidido impartir estas clases de la mano con personal enfocado en la práctica de esta nueva disciplina. Sin embargo, debido a su creciente popularidad, se espera que en un par de años más, miles de personas decidan utilizar Beer Yoga como su disciplina predilecta para descansar tras un largo día del trabajo. Ya sea yoga con gatitos, cabras bebés o cerveza, siempre es bueno buscar diferentes actividades para tener una vida feliz.

Vía My Press Zone.

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