Este país tiene grandes recetas de vinos; esto es algo de su poderío en el mundo vinícola.
Francia y vino son sinónimos. Muchas personas no coinciden la gastronomía sin los vinos franceses no existe (y otros, claro está, pero como es un artículo de vinos franceses, los que se vayan a quejar de Rioja o Italia, les prometemos dar más información de estos caldos).
Este país se rige por El Institute Nacional del Origen et de la Qualité (INAO), la cual tiene las reglas que regulan las diferentes denominaciones de origen y los estándares de calidad que son requeridos para la producción. Hay diferentes niveles de calidad que se van designando para que los productores, dependiendo del cumplimento de los estándares, puedan ir tomando un lugar:
Vin the table: son los vinos de mesa.
IGP viene en la indicación geográfica protegida.
AOP: Son aquellos vinos con denominación de Origen. En este grupo vamos a meter a la champagne.
Mientras más vaya subiendo en la escala de producción, son mayores las reglas y limitaciones que se deben seguir para poder pertenecer y estar dentro de una denominación. Cada año tienen una revisión para poder dar la calidad prometida en las botellas.
La variedad de suelos y clima que da el país, permite la producción de vinos tan amplia que en su gama se puede encontrar: champagnes, beaujolais, vinos robustos como los de Burdeos se encuentran dentro de los favoritos a nivel internacional.