Los rosales en el viñedo.

¿Se han dado cuenta qué en algunos viñedos ponen rosas?

Esto es algo más que un ornato; algunos viñedos plantan rosas rojas o blancas para fines prácticos de la salud de la vid.

Resulta que las rosas también son susceptibles a contraer enfermedades como las vides: mohos, polvoriento o velloso pueden verse de manera temprana en las rosas y muestran primero los síntomas, por lo cual, a los viticultores les sirven como indicadores de plagas.

Es por ello que en algunos lugares ponen rosas.

En otros lugares, usas higos: los árboles de higo también adquieren enfermedades similares a las vides y se pueden detectar de manera temprana.

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Si vemos el vino como algo más.

El fin de semana nos fuimos a un viñedo. Mi amiga, que no toma de vino y yo salimos con una certeza: ello no toma vino.

Para ella, aprender de vino no es un reto pues no tiene gran interés en el vino. Tampoco es que sea importante y sólo era parte de la aventura.

Me comentó que a su familia si le gustaba y que quería llevarles algo.

¿Qué quiere llevarles?

Un vino tinto.

Para mi, fue una respuesta muy vaga.

¿Qué tipo de tinto?


 

Se me quedó viendo y que no entendía a qué me refería.

Y cambiamos el significado.

Es como si el vino no fuera vino, sino algo más.

Ejemplo:

Si un vino fuera un labial.

¿Qué marca, qué color, qué temporada, mate o brillante?

Si un vino fuera un automóvil.

¿Coche o camioneta? ¿Automático o estándar? ¿Deportivo o familiar?

Es así como nos damos cuenta.

Preguntas básicas para definir un gusto por el vino.

Vino:

Tinto, blanco o rosado

¿Barrica o sin barrica?

Frutal, floral o maderas.

¿Para hacer maridaje o solo?

Esta es una opción para saber que vino nos gusta más.

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¿Qué no tiene qué ver con el vino pero lo cambia?

Son factores que no dependen del vino, son factores subjetivos que cuando tomamos el vino, nos puede cambiar factores a tomar el vino.

El momento.

Si es de día, de noche, si hace frío o calor va a afectar nuestro olfato de alguna manera. ¿La razón? No olemos igual en invierno con frío que en verano o la primavera con polen en el ambiente. Todo esto influye de alguna manera.

Aromas del lugar.

Si estás en un restaurante o en tu casa; si hay desodorante de ambiente o es al aire libre. Son cuestiones que afectan al vino. No es lo mismo estar en un restaurante cerrado con un horno de piedra y aromas a pizza, que estar en un día de campo con aire fresco.


 

Estado de ánimo.

Imagina que andas de buenas y percibes de una manera diferente el vino a como estas de un mal humor; o enamorado; o con amigos en la fiesta. O ya llevas varias copas antes. Todas las acciones antes y durante van a influir en tu toma de vino.


 

Estado de salud.

Si tienes gastritis, si hay alguna alergia o gripa, tos; si andas mal de la presión influye en como tu cuerpo va a recolectar los aromas del ambiente.

También si tu gastritis es muy marcada, puedes tener un sabor a metal en la boca que cuando tomes vino, va a afectarlo.


 

La compañía.

No es lo mismo tomar un vino con tu gran amor que en una cita de negocios o una cata. Todo esto provoca cambios a la hora de tomar un vino. Desde los aromas (si usan perfume o no) hasta al momento de tomarlo.


 

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Cuando se rompe el corcho.

Cuando tenemos una botella y por alguna razón se rompe el corcho ¿qué hacemos?

No hay nada peor que estar sacando el corcho y de repente… ¡se rompe (el maldito)!

Hay que tratar de sacar el corcho cuanto antes, de ser posible.

No hay que empujarlo hacia dentro de la botella. Además de ser algo antiestético pues estarán todas las “moronas” nadando en el vino, puede ser incómodo al momento de tomarlo.

Una cosa son los sedimentos que se crean por el vino y otra aparte es lo que se crea con el corcho.

Puede que nos indique el vino está degradado o que no fue guardado de manera correcta… pero esto sólo lo sabremos al probar el vino.

Si tiramos el corcho dentro de la botella, puede que este se deshaga dentro.

Lo que podemos hacer es tratar de decantarlo o usar un pequeño colador al momento de servirlo.

Sí, se verá poco estético hacer esto, pero al menos no caerán las moronas.

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¿Cómo tomar vino?

Imagina que quieres ser autodidacta (lo cual aprobamos); ¿cómo sería?
Esta es la mejor manera de llevar la cata (o en general, de disfrutar un vino. blancos dulces espumosos frios jovenes ligeros menor posyre

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El mundo del tequila.

En la región que rodea al pueblo de Tequila, Jalisco, se expanden campos azul-verdes de agave, kilómetro tras kilómetro, a lo largo de colinas y terrenos escarpados. Todo el tequila del mundo, unos 200 millones de litros al año, se produce en esta región, la cual incluye partes de los estados de Guanajuato, Nayarit, Michoacán y Tamaulipas. En 1978 se instituyó la “Denominación de Origen Tequila”, un decreto que establece que cualquier bebida de agave que se produzca fuera de esta región no puede etiquetarse como tequila.

En tu visita a Tequila observarás la iglesia del siglo XVIII del pueblo, el Museo Nacional del Tequila y disfrutarás un tour por una o dos destilerías donde aprenderás todo sobre el proceso de fabricación del tequila, y además podrás probar diferentes variedades del licor. En La Rojeña, la destilería José Cuervo, un tour guiado explica paso a paso el proceso de transformación del agave en tequila.

Otra opción para explorar la región productora de la bebida mexicana más famosa en el mundo, es a bordo del tren turístico Tequila Express. Este tren parte de Guadalajara e incluye un tour guiado por la destilería Herradura, una comida en una hacienda mexicana, mariachis en vivo, bailes tradicionales, y por supuesto, muestras de tequila. En una parada en la Hacienda San José del Refugio, hogar del Tequila Herradura, observarás cómo la producción de tequila ha cambiado con el paso del tiempo, desde las pequeñas producciones artesanales, hasta las bebidas consumidas internacionalmente y producidas bajo estrictas normas.

Sin embargo, algunos aspectos permanecen prácticamente sin cambios, como la forma en que se cosecha el agave. Llamado “jima”, la cosecha aún se realiza manualmente con la misma herramienta que en el pasado; otras partes del proceso se han modernizado. Probablemente ya has probado el tequila, pero tomarlo en el pueblo de Tequila es una dimensión totalmente nueva. La mayoría de las personas regresan con un nuevo respeto por el licor nacional de México.

Vía VisitMéxico.

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Clericot.

Un clásico delicioso que vamos a acompañar en cualquier tarde.

Ingredientes: 

Manzana

Uvas

melón

frutos rojos frescos.

Durazno y piña en almíbar.

Jugo de limón (poco y natural).

Jarabe natural, o pueden usar el jugo del almíbar.

Vino tinto.

Preparación: 

Mezclar jugo de limón, la fruta y el jarabe.

Dejar macerar la fruta de 10 a 20 minutos.

Agregar el vino.

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El vino que es orgánico.

¿Qué es y dónde lo encuentro?

Los vinos orgánicos, como los productos, son aquellos que tienen un cuidado más cercano desde el momento en que se hacen: desde los fertilizantes hasta la manera en la que se van vinificando, el cuidado de la tierra y del ambiente van incluidos a la hora de hacer el vino.

Esto se hace con productos naturales que no maltraten el ambiente. La composta, en mayoría, está hecha con estiércol y se protege con coberturas naturales que ayuden al vino.

Para la producción de estos vinos queda prohibido el uso de productos tóxicos no naturales que dañen o no contribuyan en el ambiente. Es proceso que resulta más limpio y privilegia el cuidado del medioambiente.

Todas estas características dan características diferentes a los vinos al momento que lo consumimos, aunque realmente es un cambio muy ligero en el vino: no es percibido por todas las personas a menos que tengan un gran entrenamiento en nariz y boca.

Cuando buscamos un vino con estas características, normalmente lo tienen en la etiqueta. Muchas de las bodegas boutiques tienen estas características, pues tienen la baja producción para lograr el cuidado que un vino ecológico necesita y lo localizas en tiendas especializadas de vino.

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Un mezcal para todo mal.

¿Y para todo bien?

Resulta que cambiamos el ritual y nos convertimos en mezcaleros.

Hipsters nos dijeron porque dicen, se puso de moda.

La realidad es que siempre nos gustó pero queríamos hacer algo diferente.

Tenemos un amigo que salió de su maestría y para ello, decidimos hacer una “comida-sorpresa” donde se supone que sólo él no sabía. Obviamente entre tanta gente a alguien se le ocurrió preguntarle que qué debía llevar a la comida.

El punto no es ese; es que decidimos hacer algo muy mexicano. Como la entrega era en la mañana, para las 2 de la tarde ya estábamos en una terraza para celebrar. Un amigo prestó su departamento y estábamos bien en ese lugar.

Pusimos unas mesas y mezcales.

Tacos de canasta, cochinita pibil y algo más para un buen momento.

La familia, los amigos y demás la estaban pasando muy bien cuando una persona pasó a dejar vasitos (de los que usan en los supermercados para dar muestras) llenos de mezcal. Una rebanada de naranja escarchada con sal de gusano.

A todos les decía que no se lo tomaran. Algunas personas la veían con cierta molestia, otros más les daba risa. “¡Pero ya me lo tomé!” “¡Ahora te aguantas y no brindas!”.

Y fue cuando entendieron.

Dejamos que el silencio se hiciera y mi amigo pudo dar un pequeño agradecimiento por los tacos y el mezcal.

Y brindamos. Con mezcal.

Ahí supimos que los buenos momentos se pueden acompañar no sólo de burbujas, sino con algo nacional y tan nuestro como esta bebida deliciosa.

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El vino de las mujeres.

En un interesante giro del destino llamado “soltería” conocí a un individuo. Realmente parecía algo lindo y tras conocernos en un bar, decidimos ir a cenar la siguiente noche.

Todo parecía bien, nos llevamos bien y la plática era fluida. En un momento se me ocurrió pedir una copa de vino; la cena incluía de entrada unos calamares fritos y una pizza de peperoni y 4 quesos. ¿Qué puedo pedir? Quise un vino tinto, joven.

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