Antojos y maridajes.

 
El vino y sus referencias gastronómicas parecen enormes y suficientes; a veces, la manera de guiarse es por las salsas o lo “pesado” que puede ser un platillo; este es un ejemplo de como manejar cada combinación de manera sencilla y rápida.
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La capacidad de un maridaje.

La combinación de un buen maridaje como la manera de impresionar a cada momento.
Y no, no nos referimos a impresionar a alguien más, sino a nosotros mismos, con el paladar, el sabor y el gusto ante la exploración de sabores.
¿Cuál es la mejor combinación de sabores?
Debemos tomar en cuenta que mientras más proteína, mayores taninos. La razón del vino blanco para pescados es el sabor “ferroso” que con los tintos y sus componentes tánicos se pueden crear en la boca.
Por ello, busca que los vinos tintos, con más barrica, con carnes más gruesas, más gruesos: solomillo, New York, Sirloin. Mientras menos barrica y más jóvenes, intenta arracheras, t bone y cortes más delgados.

 
Para carne de cerdo puedes intentar desde vinos blancos con barrica a tintos jóvenes, al igual que mariscos.
Los vinos blancos, espumosos y tintos jóvenes para pescados.

Un consejo importante a la hora del maridaje es encontrar el maridaje entre los vinos y las salsas o condimentos: dado que es lo que sobresale dentro del sabor, te va a dar una mejor idea para la creación de maridajes.
Y recuerda: el vino rosado va con casi todo, inténtalo. Y cuidado con los alimentos que de preferencia, no van con vino.

 
 

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El mar y el vino.

Platillos de mar que podemos combinar con una buena copa de vino: no siempre blanco y por supuesto, no todos los tintos.
Estas combinaciones son buenas para cualquier antojo que tengamos si hace algo de calor o estamos en un evento especial y queremos sorprender:

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Las bebidas para el sushi.

Vas a comer un deliciosos sushi: ya sea maki, Uramaki, temaki, nigiri u otras opciones que muchas veces no conocemos (el maki es el rollo conocido que normalmente conocemos).


En cualquiera de sus variaciones, decides que quieres acompañar con algo especial, ¿se te ocurre qué bebidas acompañar?

Es normal pensar en las bebidas de la región cuando hablamos de la comida: vinos o cervezas de la zona con la comida de una región. Con el sushi podemos hacer algo parecido, como las cervezas japonesas, sake, calpis o algún jugo de fruta que cada vez más encontramos en México.

Vinos.
Para cada caso de sushi, podemos intentar los espumantes secos (no hacer nada con vinos dulces, como el prosecco, asti o lambrusco), intenta cavas, champanes, vinos espumantes que no tengan un alto grado de dulzor.

Cocteles.
Gin y Pisco pueden ser buenos compañeros para la creación de coctelería.
Ahora bien, muchos restaurantes tienen sus coctelería especial y la recomendación es preguntar en barra que recomiendan para acompañar lo que vas a pedir e ir más a lo específico.
No te vayas por las “bebidas sugeridas” pues no siempre serán un buen maridaje, mejor pregunta directamente por lo que necesitas.

Cervezas.
La combinación puede ser una gran idea, si te vas con rollos como temakis, intenta la cerveza clara y tener una relajante tarde. Aunque claro, el gusto es más libre y puedes bien ir por una oscura para este maridaje.

Más vinos.
Vamos a intentar los vinos rosados, pues te darán un buen maridaje sin importar el pescado o topping que se usen.
Los vinos blancos serán buenos como los chardonnays y sauvignon blanc. El malbec para rollos con salmón o fritos.

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Destilando maridajes.

Si tienes a un amigo que no le gusta el vino (¿Quéeeeeee?) pero planeas hacer algo especial para esa persona, esta opción te va a dar buenas ideas sobre maridajes que puedes hacer con diferentes destilados.
¡Para disfrutar y consentir!

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¿Cómo hacer un buen maridaje?

El paraíso de la comida y la bebida tiene que ver con lograr un buen “lazo-puente”: la relación que van a tener y como logra que los sentidos se relaciones en armonía.

Si logramos ese punto y ese matrimonio entre lo que comemos y bebemos, tendremos un buen maridaje y aquí les tenemos algunas bases para lograrlo.

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El vino con huevos.

¿Van a hacer un maridaje que incluya huevo?

Por ejemplo, una tortilla española (tortilla de patatas), huevos benedictinos, una hamburguesa que tenga un huevo estrellado y más opciones que pueden acomodarse.

¿Qué hacer? Es efectivamente uno de los ingredientes más complicados de poder maridar: por el sabor y la cantidad de grasa que este contiene.

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Aparte sabemos bien que la parte blanca (clara) tiene un sabor muy diferente a la yema.

La opción con platillos más complicados son los espumantes: piensa en Champagne, cavas, seks y otras opciones que no necesariamente necesitan Denominación de Origen como estos.

Vinos rosados también pueden ser un acompañante para bocadillos de huevo o brunch.

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Los no del maridaje.

En el afán de buscar expresar nuestro vino, olvidamos que algunas cosas no son, como estos maridajes que tienen su razón lógica para no existir por mucho que nos neguemos a aceptarlo.


Alcachofas.

El mundo entero nos dice que no: la misma alcachofa no quiere ser comida y somos necios: seguimos haciéndola, la preparamos y nos la comemos “gustosos” hablando de lo bueno que sabe –aunque realmente lo que nos gusta es la salsa o vinagreta que le acompaña-. La cinarina (un compuesto que tiene la alcachofa) va a “matar” nuestro vino. Sin importar que tan bueno, de gran calidad o corriente sea nuestro vino, el vino con la alcachofa no es una buena combinación. Nunca.

Espárragos.

Algo similar pasa con los espárragos. Podemos acompañarlo con otras bebidas y lo mejor es evitar que el vino sea una de ellas. Desde el agua hasta la cerveza pueden ser mejor complemento para platillos que tengas espárragos. O cambiar el sabor en boca con algo de carne o pasta antes de beber vino.

Menta.

Para postres, ensaladas y en comidas lo mejor es tener mucho cuidado y que no sea “fuerte”: el sabor de la menta tiene su poder y con el vino no va a ser buena idea. Piensa en lavarte los dientes y tomar jugo de naranja después: multiplícalo por 3 y eso es lo mal que sabrá con el vino.

Vinagre.

Otro anti maridaje. Por su gran contenido de ácido acético va a cambiar el sabor de todos los vinos: tintos, rosados, blancos, tranquilos o espumosos no son buena opción para el vinagre. Por lo mismo, mejor no las ensaladas.

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