Sulfitos.

Los sulfitos se encuentran presentes en el vino: son partículas de sulfuro y se encuentra en cantidades muy pequeñas por lo cual no causan problema al organismo, aunque en algunos casos, las alergias pueden provocar dolores de cabeza.

Sin embargo, son parte del vino y vienen especificados en la etiqueta pues sirven como conservador.

sulfitos

No te espantes, es normal que los vinos lo tengan; en caso de que tengas dolor de cabeza, lo que puedes hacer es cambiar de vino y probar si la nueva opción te sirve mejor.

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¿Cuántas calorías tiene una bebida?

El miedo de una bebida se suele dividir en dos partes:
El costo que tiene la botella que estás pensando (dividida en el rendimiento, gusto de personas y lo que vas a querer hacer al respecto con ella) y lo que va a costar en tu cuerpo el tomar tanta cantidad de alcohol, aparte de la cruda.
Problemas de peso y como bajarlo es en parte, dejar de beber alcohol, como hemos visto en algunas personas.
Y al entender eso llega la duda ¿cuánto estoy subiendo?
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La copa diaria.

Hace poco leí que todos los vinos deben ser bebidos. Entendí que es verdad, que poco a poco y mientras más nos acercamos a él, podemos ver trasfondos y razones.

Algunos vinos deberían ser bebidos hasta el fondo y compartidos en cada uno de los sentidos: las pláticas, los comentarios, los momentos y las experiencias que en ellos van pegados.

Cada una de las botellas de estos vinos deben ser consumidas –obviamente y está de más aclarar, pero lo decimos, no por la misma persona en el mismo espacio de tiempo, terminar los anaqueles que implican el trabajo, la cosecha, el poder de la naturaleza embotellado en manos de artesanos que logran esos vinos.

Merecen el tiempo, la botella, el enfriarse, el comprar algo especial para ellos. Compartir las historias que serán vertidas en cada gota.
La paciencia de las pláticas.
El cariño vertido al regalo.
El amor de la comida, de la bebida, del espacio.
El no excedernos, porque no queremos un accidente cuando por vacío puede ser el vómito y por marcado el olvido de esa copa de vino.

O el simplemente la copa diaria, que siempre completa, convive, crea.

Sin protocolo, sin excesos, sin copas especiales, ni temperaturas cuidadas.

Otros vinos, no. Sólo deben ser probados, conocidos, acercados y de ahí, olvidados de cómo no debemos tomar vino, como las personas que conoces que te enseñan a no ser como ellas.
Esos vinos que compras ante la duda, que pides ante el exceso, que te regalan ante el desconocimiento.

Así, el vino día a día debe ser más un momento que un sorbo, más una convivencia que una copa.

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Alemania, sus vinos y una copa.

El gusto de una buena copa tiene que ver con lo bien hecho que esta ese vino: ¿aceptas vinos que sean malos, de mala calidad? Es válido pero siempre va cambiando el gusto -y para un ejemplo son los recuerdos de Facebook, donde desconoces a la persona que escribía “k” en lugar de “que” hace 5 años-.

Y para eso está el vino de Alemania: vinos buenos, de calidad presente y que no tienen un gran costo, podemos encontrarlos espumosos, tranquilos, muchos blancos y algunos más tintos.

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Vino redondo.

Término que parece ambiguo si no conocemos de nuestros sentidos y de paso, del vino.

Cuando nos hablan de la “redondez” de un vino, se refieren a que cumplen las características organolépticas que lo hacen completo y complejo.
Organoléptico: Es lo que percibimos con los sentidos, la untuosidad, la aspereza, el sabor, el brillo, la impresión sensorial).
Si cumple correctamente con todas las impresiones que nos puede dar, es un vino redondo.

 
Si el sabor llena en boca, la acidez es buena, el color y el brillo corresponden a la edad y calidad, los aromas nos dan una buena perspectiva, hablamos de un vino redondo.
Y no, no tiene que ver con el costo para lograr vinos así: hay algunos de bajo presupuesto que logran esta calidad y algunos de gran precio que sólo logran decepcionarnos.
Pero para saberlo, probar.

 

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Un cine lleno de vino.

Las películas que día a día encontramos en cartelera (ya sea Netflix, en casa, comprando la película o tal vez en alguna proyección privada) que incluyen vino son bastantes; a veces, por desgracia, no son tan conocidas.


¿Cuáles de estás ya has visto?

Entre copas.
Es la película más clásica de vino de los últimos tiempos: hablar de un viaje de redescubrimiento y vino.

Un buen año.
El protagonista se queda por accidente con un viñedo, que en un principio decide vender hasta que se da cuenta del buen año que implica conservarlo.

Un paseo entre las nubes
Otro clásico que habla del vino de California a finales de 1800 en conjunto a una historia de amor.

Las uvas de la ira.
Película de los 40, sobre la crisis que permaneció en algunos tras la caída de la bolsa del 29 y la búsqueda de oportunidades, que se dieron en California por la época de la vendimia.

Bottle Shock.
Una comedia dramática con Alan Rickman como protagonista. Habla del concurso de vino entre Francia y California.

El viñedo.
De Uruguay y con suspenso, sobre un asesinato dentro de un viñedo y la investigación que se hace en el lugar.

Sangre y vino.
Dos nombre para esta película: Jack Nicholson y Michael Caine. Ya decidirán si la ven o no.

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¿Necesitamos razones para beber vino?

Cada día, ante cualquier excusa, sacar de manera consiente un vino no tiene que ver con un posible problema de alcoholismo si sabemos controlarnos.
¿Necesitamos más razones para beber vino qué relajarnos, pasar una buena tarde, estar con amigos?
Pues bien, si duermes con alcohol, es un problema de salud que es necesario atender.
Pero si no, si es la copa casual, si es estar con los amigos, solo, tomar una copa, disfrutarla, comer algo, ver una película, intentar maridajes, tal vez esta opción es para ti.

 
No necesitas razones para una buena copa de vino, sólo la disposición para completar: pizza, hamburguesas, comida rápida y chatarra, palomitas (naturales, mantequilla, gourmet, lo que sea); pedir la comida más exquisita, orgánica –y sin popote- que quieras. Intentar con cualquier menú y aún así, una copa de vino.
Organizar una salida al aire libre y aún así seguir con una copa de vino que te acompañe con los amigos, con la plática, con lo que quieras: y como siempre, mejor si es nacional.

 
Para cocinar o que te acompañe cuando cocinas; cuando comes, al salir, al regresar. Para tomar valor antes de un beso, olvidar un amor, recordar buenos tiempos.
Por música, por baile, por inspiración, por lo que sea. ¿Es acaso que necesitas una excusa para una copa?

 

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Las 7 importantes visuales.

Tener el vino en la copa y tomarlo es la cosa más sencilla: lo sirves, lo bebes y disfrutas.

Pero los seres humanos que somos complicados y nos complicamos las vida, revisamos la manera de hacerlo con el vino y por eso tenemos los 7 aspectos necesarios al momento de ver el vino y lograr una buena cata visual.

Que sea limpio y transparente.
Si al momento de servir el vino tiene sedimentos, hay que decantar –sobre todo si es servicio-. Si es para consumo en casa, los sedimentos no tienen nada de malo y los puedes tomar sin problema.
La parte “transparente” es en vinos blancos, que puedas ver a través de él sin problema.

La vivacidad y el brillo.
Mientras más brillante, el vino es más joven. Si está apagado y no tiene esa luminosidad, el vino debe encontrarse más evolucionado. La falta de brillo puede implicar falta de acidez y por tanto, el sabor será plano.

El tono o matiz.
Los matices son los colores que podemos ver al poner la copa de manera horizontal. Esto nos da indicación del nivel de evolución del vino: mientras más morado o más verde, más joven. Más naranja es mayor la evolución.

El alcohol.
Agitando un poco la copa, podemos ver la formación de piernas o lágrimas en la copa, lo que nos indica la cantidad de alcohol y glicerina que tiene un vino, aunque esto debe aclarar, no es la calidad de vino.

Sedimentos.
¿Tiene o no tiene? Aunque realmente no hacen un cambio en el vino, por estética no se ve bien.
Hay sedimentos que son “critales” epqueños y esto es un error al momento de enfriar el vino durante su proceso.

Burbujas.
No todos los vinos deben tener burbujas, en algunos casos es defecto del vino, pues si son vinos “tranquilos”, deben tener un error en su proceso. Si son frizzantes, de aguja o espumosos, podemos ver como es y la manera en que sube (entre más pequeña y más delgada la línea por la cual suben, es mejor el proceso realizado).

Color.
¿Qué tan fuerte o claro es el color? Es una capa alta, baja o media: nos advierte esto, de la variedad de uva (no tiñe igual un merlot a un gamay), así como la madurez del vino.

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El costo de tomar vino día a día.

Sin ser una comida especial ¿cuál es el problema de tomar todos los días una copa de vino?

Cuando tu amiga se va a Italia y te llama comentando que toma todas las noches vino y no entiendes como, a ti que te gusta tanto, no tomas esa cantidad de vino.
Es una copa en l anoche para la cena, más las pláticas casuales que tienes con la gente que quieres.

¿Será tan complicado?

Algunos se van al precio del vino en México, que si es muy caro y por es no lo consumimos.
Hagamos un resumen de lo que podemos encontrar en el mercado.
Ejemplos:
El costo de un vino mexicano barato es de 59.00 por botella. Ojo aquí, no decimos que el vino sea bueno, decimos que es barato.

¿Pero los han probado para saber si para el día a día sirven bien?

Digamos que, ante la comida de todos los días pedimos consomé, arroz y algún guiso (sea en casa, fonda, o donde se nos antoje la idea y tomemos de partida ese punto), ante ello, por muy rico que sea, no indica un gran presupuesto y tampoco un esfuerzo excesivo, ¿o no?

Pues bien, lo mismo el vino que lo puede acompañar: no debe ser caro o excesivo para una comida diaria. Y en el trabajo, tememos que nos tachen de borrachos o peor aún de mamones snobs.

Aunque en algunos lados ya es normal ver a quienes suelen comprar una lata de cerveza para acompañar la comida ¿por qué no hacerlo con un poco de vino?

Las opciones no se limitan a la cartera, si tomamos en cuenta que una botella alcanza sin problemas para 6 o 7 personas, una copa que tendría el costo de 15 pesos a 50, dependiendo el costo de la botella y la calidad del vino que se tenga la intención invertir: hablamos, de tomar en casa, con amigos, en la oficina, para acompañar la comida, no cuenta como opción un restaurante a menos que tengamos el presupuesto para eso.

Vinos españoles, franceses, italianos o alemanes que van desde los 150 pesos –o hasta menos en algunos casos- están a nuestro alcance para cada uno de los momentos que esto implica.

¿Cuestionamos realmente que sea el precio y no la visión que podemos generar de nosotros ante los demás?

Las críticas sociales que implica tomar vino en una sociedad chelera, parecen ser contraproducentes ante el consumidor de vino constante.

“Ya te sientes sommelier”. “Ya eres crítico, ¿no?”. “¿No te da pena que te vean con nosotros los mortales?”. “¡Si yo me acuerdo que tomabas pura cerveza!”, entre otros comentarios sobrantes ante pedir una copa de vino con los amigos.

Dejemos de poner el dedo en “el vino es caro”… ¿De todo lo que toman, qué precio tiene? Una copa de vino tiene en promedio el mismo costo que una cerveza y más para los que sólo toman artesanales.

¿Cuál es, como mexicanos la razón para no tomar vino más seguido?
¿Qué no nos gusta el sabor, qué no conocemos, qué la variedad es muy extensa?

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¿Qué es el vino a granel?

Hablar de vino a granel es tan riesgoso como el mencionar el vino de cartón: Que es malo, que es barato, de mala calidad y no es una buena opción.
La realidad es que el vino puede ser bueno, lo que no tiene, es una bdoega o una denominación que lo cuide o esté tras de él.
Si tienes un evento grande y quieres personalizar las botellas de regalo te conviene más comprar de esta manera: un barril, tonel o la cantidad que necesites.

 
¿Es malo?
No tiene porque ser de mala calidad, aunque no podemos pedir de este el nivel de alguno embotellado en gran nivel.
¿Compararlo?
No, si las personas son únicas e inigualables, los vinos también. Cada uno es diferente y no debemos juzgar a nadie por el prosecco o vino dulce que prefieran.

 
¿Vale la pena?
Depende de la marca y la manera de hacerlo; existen incluso concursos de vinos a granel para encontrar los mejores. Vinos de Sudáfrica, Chile, Francia, Argentina, Israel, Georgia o Australia ha encontrado buena aceptación en uno de los más conocidos: el concurso de Vinos a Granel (World Bulk Wine Exhibition).

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