La fácil recomendación de un desayuno antojadizo tiene que ver con pan y algo de nutella (que si bien a muchos les gusta, también lo pueden sustituir por dulce de leche)
¿Cómo? Esta es la respuesta que esperaban para el antojo mañanero.
Chuletas a la mostaza.
Este maridaje no va a ser tan fácil: puede ser un vino blanco o un vino tinto joven. ¿Se les antoja?
Ingredientes:
4 chuletas de ternera
2 cebollas
4 cucharadas de crema de leche
Una cucharada de mostaza Dijon
2 ramas de tomillo
3 cucharadas de aceite vegetal
Sal y pimienta al gusto
Preparación:
Cortar la cebolla en tiras finas. Lavar y secar el tomillo.
Calentar el aceite y el tomillo en el sartén y agregar las chuletas y las freímos con lumbre alta, dorando por ambos lados.
Bajar a fuego medio, salpimentar y cocinar 10 minutos parox.
Las retiramos y las ponemos en un recipiente.
En el mismo sartén, sofreír la cebolla, verter la crema y esperar a que se reduzca un poco, incorporar la mostaza y mezclar.
Regresar las chuletas al sartén con la salsa y voltear un par de veces.
El jarabe natural.
Calientitas mexicanas.
Bebidas deliciosas que son calientitas, para el corazón y la mano.
Estas son de las más simbólicas que podemos encontrar; se acompañan al final de fiestas tradicionales como posadas, la Rosca de Reyes, el Pan de Muerto y más.
El vino con huevos.
¿Van a hacer un maridaje que incluya huevo?
Por ejemplo, una tortilla española (tortilla de patatas), huevos benedictinos, una hamburguesa que tenga un huevo estrellado y más opciones que pueden acomodarse.
¿Qué hacer? Es efectivamente uno de los ingredientes más complicados de poder maridar: por el sabor y la cantidad de grasa que este contiene.
Aparte sabemos bien que la parte blanca (clara) tiene un sabor muy diferente a la yema.
La opción con platillos más complicados son los espumantes: piensa en Champagne, cavas, seks y otras opciones que no necesariamente necesitan Denominación de Origen como estos.
Vinos rosados también pueden ser un acompañante para bocadillos de huevo o brunch.
Pechugas en salsa de champiñón.
Para acompañar con una copa de vino blanco en una tarde de amigos: algo rápido y sencillo para consentirnos un rato.
Ingredientes:
Un par de pechugas de pollo
Medio kilo de champiñones
Dientes de ajo, un par
Cebolla, una mediana
Mostaza, una cucharada (opcional)
Una copa de vino blanco
Pimienta
Sal
Perejil picado
Preparación.
Cortar las pechugas y dejarlas planas.
Salpimentar.
Picar el ajo y el perejil finamente. Agregar a las pechugas.
Se puede añadir la mostaza.
Meter las pechugas al refrigerador un par de horas.
Después freír un poco en sartén con aceite de oliva.
En otro sartén poner ajo y cebolla, agregar los champiñones y añadir el vino blanco y una cucharada de harina (para espesar).
Revolvemos hasta que se haga una salsa.
Se agrega al pollo y dejamos cocinar un par de minutos.
Pizza y vino SIEMPRE.
Imagina saber siempre que pizza y que vino vas a querer: no tener complicación a la hora de elegir un vino.
Pues bien esta es la mejor manera que podemos ofrecerles para lograrlo.
Les dejamos este tabulador de pizzas: de acuerdo a los ingredientes podrán saber que vino pueden beber.
Las instrucciones vienen abajo. Son vinos aproximados que en pruebas si quedan. ¿Se animan?
Los no del maridaje.
En el afán de buscar expresar nuestro vino, olvidamos que algunas cosas no son, como estos maridajes que tienen su razón lógica para no existir por mucho que nos neguemos a aceptarlo.
Alcachofas.
El mundo entero nos dice que no: la misma alcachofa no quiere ser comida y somos necios: seguimos haciéndola, la preparamos y nos la comemos “gustosos” hablando de lo bueno que sabe –aunque realmente lo que nos gusta es la salsa o vinagreta que le acompaña-. La cinarina (un compuesto que tiene la alcachofa) va a “matar” nuestro vino. Sin importar que tan bueno, de gran calidad o corriente sea nuestro vino, el vino con la alcachofa no es una buena combinación. Nunca.
Espárragos.
Algo similar pasa con los espárragos. Podemos acompañarlo con otras bebidas y lo mejor es evitar que el vino sea una de ellas. Desde el agua hasta la cerveza pueden ser mejor complemento para platillos que tengas espárragos. O cambiar el sabor en boca con algo de carne o pasta antes de beber vino.
Menta.
Para postres, ensaladas y en comidas lo mejor es tener mucho cuidado y que no sea “fuerte”: el sabor de la menta tiene su poder y con el vino no va a ser buena idea. Piensa en lavarte los dientes y tomar jugo de naranja después: multiplícalo por 3 y eso es lo mal que sabrá con el vino.
Vinagre.
Otro anti maridaje. Por su gran contenido de ácido acético va a cambiar el sabor de todos los vinos: tintos, rosados, blancos, tranquilos o espumosos no son buena opción para el vinagre. Por lo mismo, mejor no las ensaladas.
Las alitas de los partidos.
Si eres fanático del americano y el vino, este es un buen momento de combinar los gustos:
(Nota, si preparas tus alitas, tenemos recetas aquí. Si eres vegtariano, tenemos una opción aquí).
Comer sano.
Contrario a lo que pensamos en muchas ocasiones sobre los regímenes cuidadosos y meticulosos, la ciencia dice realmente algunas de las formas que podemos tener para cuidarnos mejor.
1. disfruta de la comida.
Si lo que comes no te gusta, esa dieta o régimen están directos al fracaso: busca la comida que prefieres y que se adapte a tu plan alimentario.
2. Las porciones como la clave.
Sé consiente de las cantidades que comes: evita las grandes porciones. No se trata de limitar, sólo de no ir a la extra jumbo de la comida. Cualquier comida.
3. Porciones de casa.
Otra de las recomendaciones, es empacar la comida en casa y no en restaurante: comentan que las porciones en restaurantes americanos ha aumentado en los últimos 20 años. En casa sabrás que cantidad quieres de lo que estás poniendo: hay un mejor control de porciones como se comenta en el punto anterior.
4. fibra y proteínas.
Aumenta y acomoda fibra y proteínas a tu dieta. No es lo mismo una bolsa de papitas que una papa al horno rellena con algo de fibra.
Sentirás saciedad y podrás evitar en exceso y estimular la pérdida de peso.
5. La dieta mediterránea.
Suena delicioso: las pastas, el aceite, garbanzo, tomate, pepino y ensaladas con aceite de oliva. Etudios muestran que esta dieta reduce las enfermedades del corazón y proporciona beneficios potenciales relacionados con la memoria.
¿De dónde sacamos esto? De I F*cking Love Science.
Aquí la nota original.