Consumir más vino; pero con moderación.

Esta semana les vamos a hablar de un tema muy importante: el valor de no excederse y poder disfrutar más de una copa de vino –o lo que más les guste-.

Suena contradictorio hablar de tomar más vino y a la vez no hacerlo en exceso, tener la moderación a la hora de tomar.

La realidad es que mucha gente –al menos en México-, no toma por el placer sino por el efecto: la capacidad de quedar incapacitado –de pensar, de caminar, de hablar, de moverse-.
Sí, en muchos lados del mundo lo hacen, toman por tomar, por embrutecerse, para no sentir, para olvidar (aunque hay estudios que demuestran lo contrario, que el alcohol reaviva experiencias y eso explica las llamadas a la ex pareja o como terminas enojado con tu jefe o amando a tu mejor amigo); la realidad es que no deberíamos caer en eso.

¿Hay una necesidad de terminar sin sentido por alcohol? La realidad es que no, pues si es por:

a) Problemas: ellos van a seguir después de tus desfiguros; e incluso peor con la cruda que te vas a cargar.

b) Bailar mejor: puedes tomar un par de copas para el valor, pero mejor toma clases de baile para hacerlo bien y no termines con la corbata en la cabeza y bailando sobre una mesa.

c) Para tomar valor: cuando dejes la copa no sólo te darás cuenta que el valor fue mucho, excesivo y en lugar de declarar amor a la persona correcta, lo hiciste a alguien más o peor… a algo más. Ridículo.

¿Ven? No hay una realidad donde valga la pena terminar tirados en alcohol.
Sí, la copa del día se puede convertir en dos o tres.

En serio no hay problema: a veces hasta nos ayuda a hablar mejor; pero de que la copa de la tarde se vuelve la copa 8 en menos de 2 horas: no.

La recomendación para beber una copa de vino –o lo que gusten-:
Planeado bien todo sale bonito. Siempre.
En lugar de tomar todo el vino –o bebida- en sólo un día, distribúyelo en la semana.

¡Oye, pero es que el vino se hace feo si lo guardo!

Hay tapones especiales para evitar el aire en tu vino y durará más: si bien, no serán semanas, al menos un par de días.

Así podrás, junto con planear la comida de la semana, los vinos que acompañarás. Una o dos copas a la hora de la comida todos los días serán suficiente para 3 botellas a la semana.
Y eso hablando de que comas solo… Porque si vas acompañado, pues no tendrás problema en tomar hasta 5 botellas sin problema, sin resaca, desfiguros o mal momento.


 

Para otras bebidas y las calorías.
Si lo que temes son las calorías, toma agua. No hay mas.

Si estás cuidando tu peso, el vino tinto, la cerveza obscura y algunos destilados te podrán ayudar al respecto.

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Agua en vino en 15 minutos.

Dos jóvenes de San Francisco aseguran poder «convertir el agua en vino en 15 minutos»

Han desarrollado un vino sintético con resultados, por el momento, dudosos.

El milagro de las bodas de Caná ha llegado a Silicon Valley. Ava Winery, una start up de San Francisco, asegura que es capaz de «convertir el agua en vino en 15 minutos». Sus fundadores son Alec Lee y Mardonn Chua, dos emprendedores veinteañeros convencidos de que cualquier vino, incluso los más raros y complejos, se pueden recrear en un laboratorio. Es cuestión de química.

«Todos los vinos comparten los mismos compuestos básicos», explican en su perfil en Angel.co, una plataforma que conecta a start ups con inversores. «Recreamos vinos desde cero, sabor a sabor, combinando esos compuestos en su nivel preciso. Sin levadura, sin fermentación, con control infinito del sabor y del aroma».

La idea surgió cuando Lee y Chua visitaron una bodega de Napa Valley, la región vinícola al Norte de la bahía de San Francisco, el año pasado. Allí les mostraron una botella de Chateau Montelena, un vino histórico, el primer Chardonnay de California que se impuso a sus competidores franceses en la célebre cata organizada en París em 1976 entre bodegas galas y californianas. Para estos dos jóvenes, una botella inalcanzable, fuera de sus posibilidades.

Sabor «monstruoso»


 

El uso cada vez más extendido de corcho sintético en las botellas ha provocado debates interminables entre los amantes del vino. El uso de aditivos artificiales ha hecho correr ríos de tinta. ¿Qué pasará ahora que con este vino tan natural como la Coca-Cola? De momento, no hay mucho que temer, porque el vino sintético deja bastante que desear. En las primeras pruebas, el sabor de la bebida era «monstruoso», reconoció Chua. Seis meses después, ya tienen una versión más afinada de un Moscato d’Asti, un blanco espumoso italiano con denominación de origen protegida. Pero los resultados no son del todo satisfactorios. ‘New Science’ realizó una cata a este vino sintético -comparándolo con un original- y determinó que su olor era como de «alcohol de limpiar» o «plástico». Uno de los redactores que lo probó lo definió como el olor «de uno de esos tiburones hinchables que llevas a la piscina». El vino no tenía lágrima, el color era mucho más claro y el sabor, aunque no tan malo como el olor, tenía un regusto a «aroma floral artificial, como un jabón de lavanda». La conclusión era que sería difícil beberse una copa entera del brebaje.

Información completa en ABC España.

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Porque existe el vino y el amor:

Un poema para leer con una copa de vino.
Mario Benedetti fue un escritor y poeta de Uruguay, reconocido a nivel mundial con múltiples preseas y parte de la Generación del 45.
Gran escritor, narrador y ensayista, pero sobre todo es recordado por su poesía y de quien traemos para ustedes el siguiente poema para acompañar con una buena copa de vino:

No te rindas. 

Por: Mario Benedetti.

No te rindas, aún estás a tiempo

De alcanzar y comenzar de nuevo,

Aceptar tus sombras,

Enterrar tus miedos,

Liberar el lastre,

Retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

Continuar el viaje,

Perseguir tus sueños,

Destrabar el tiempo,

Correr los escombros,

Y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se esconda,

Y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma

Aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

Porque lo has querido y porque te quiero

Porque existe el vino y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,

Quitar los cerrojos,

Abandonar las murallas que te protegieron,

Vivir la vida y aceptar el reto,

Recuperar la risa,

Ensayar un canto,

Bajar la guardia y extender las manos

Desplegar las alas

E intentar de nuevo,

Celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,

Aunque el miedo muerda,

Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

Aún hay fuego en tu alma,

Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo,

Porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero.

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¿Y si mi vino no tiene medalla?

Ya el tema de los vinos y las medallas sigue en boca de todos: el otro día un sommelier nos comentaba que “al parecer si no tiene medalla, no cuenta”. ¿En qué momento desvirtuamos tanto este mundo de vino? “Nosotros buscamos vino para la gente, no por medallas; mandamos nuestros vinos a competencia, los ganan, pero es más por los compradores que se basan en ello y esperamos ser de su agrado, que es lo importante, el gusto personal”.

Por lo que podemos comentarles, nos damos cuenta que cada vez más, si el vino no tiene una etiqueta o algo que lo marque como único e inigualable, es malo: y la verdad es que no.

Hay vinos buenos en el mercado sin medallas ni especificaciones a nivel mundial por su calidad. No debemos dejar a un lado las opciones del mercado que no lo tienen.

Hace poco un productor también nos comentaba eso: que sus vinos son buenos, son de buen precio, pero a partir de que empezaron a ganar medallas y en competencias, pudieron darles una mayor difusión.

¿El vino mejoró a partir de las medallas?
Puede que sí; pero dudamos que su calidad haya sido mala antes de que eso ocurriera.
Entre miles de marcas a nivel mundial y una producción de millones de litros ¿se imaginan cuántos sí son catados, revisados o puntuados?
No podemos dejar que ese sea el único parámetro para comprar o pensar en el vino, como por desgracia, ahora se está haciendo.
Que bien que Robert Parker le dio una buena calificación, no lo negamos, puede darnos un indicativo; pero comprar un producto sólo porque alguien dice que es bueno… Uhmm ¿están seguros de ello?

Los invitamos a probar de todos los vinos: premiados o no, calificados o no; con buena puntuación o no.
Es más, incluso puede que sea un mal vino, un pésimo vino pero cabe la posibilidad de que ese vino, tan malo, tan mal puntuado sea de su agrado y en muchos casos, lo que importa es que ustedes –quienes lo van a beber- les agrade. ¿O no?

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Maneras de evitar la resaca.

Algunos tips que si los combinas serán la mejor forma que podrás hacer para evitar un mal despertar.

Tomando mucho agua.


 

La resaca es deshidratación. Si cuando estás tomando alcohol lo haces despacio y entre bebida tomas agua, no tendrás tanto problema con la resaca y al día siguiente no te sentirás peor que una desvelada.

No excederse.


 

Es la regla de oro: si no te excedes no tendrás resaca. Trata de tomar de manera proporcional. Evita tomar mucho: dos a tres copas en caso de ser mujer y no más de cinco si eres hombre. Y ya es mucho (lo propio son dos en mujeres y tres en hombres); trata de ser mesurado. No necesitas estar atascado para pasarla bien.

No mezcles.


 

Si ya saben que una noche de vodka, tequila, mezcal y cerveza hace que les duela la cabeza ¿cuál es la necesidad? Traten de irse por un solo trago: cerveza o tequila o vodka o ron. La clave está en que sea uno y no todos.

Mejor calidad.


 

Si tomas una bebida de buena calidad no debe darte resaca: si es un tequila muy aguardientoso –casi alcohol de farmacia-, no lo tomes: compra cosas de buena calidad y no anforitas que lamentarás más de un día: desde la resaca que te quedará toda la semana hasta quedarte ciego. Si sabes que la bebida está adulterada ¡No lo tomes!

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Razones ridículamente buenas para una copa de vino.

Las necesitemos o no, estas son unas buenas razones para tomar una copa de vino en esta tarde con todos los amigos, en el momento de la intimidad del hogar o simplemente en pareja. ¿Cuál les agrada más?
Es saludable.
Tiene bastantes propiedades que lo hacen bueno para un consumo constante.

Es lunes.
¿Qué otra cosa se puede hacer el lunes por la tarde?
Un mal día.
 Algo que te relaje y nada mejor que una buena copa de merlot o malbec.

Porque te gusta el tinto.
¿Qué más y mejor razón?

 
Entre semana se vale.
Si iniciaste el lunes ¿maldición gitana, no?

 

Para aumentar el consumo de vino.

Para que al aumentar el consumo de vino, también aumente la producción de vino… ¿no aplica así?
Para dormir mejor.

 
En las películas se ve muy padre.
¿Cuál es la mejor razón? Que tú también puedes hacer esa pose.

 

Es viernes.
Y el viernes es de tinto… o de blanco.

Los nervios: de lo que sean, como tu boda.

 
Te regalaron una botella.
¿Y qué más vas a hacer? Tomarla y compartirla.

 
Tus amigos fueron a casa y llevaron una botella de vino.
Necesitas una copa para tu canción.
Para entender más de la ironía de la que habla Alanis Morriset.

 
Hay de todos los precios: desde los 30 pesos hasta los $1,000.00 y más (mucho más).

 
Por que te ves “pro” dándole aire al vino.

Porque vas a ver una película.

 
Tienes queso en el refrigerador, ¿ni modo qué no acompañes con vino?

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Cómo ordenar vino.

Si estás en un centro de consumo –Restaurante, por poner un nombre- y vas a pedir algo de vino, estas son las recomendaciones que te damos.

  1. Revisa la carta: ¿Qué vas a comer y con qué se te antoja?
  2. Si no sabes de vino, pide al mesero, chef o sommelier que te ayuden (Si tienen carta con vino, deben tener la noción básica del maridaje de su carta).
  3. Si no tienen la noción básica de su carta, puedes intentar el básico:

Carnes con tintos, mientras más condimentados, que tengan una mayor guarda –mayor barrica, mayor tiempo en botella-.

Blancas con pescados y ensaladas; algunos mariscos.

El rosado no tiene pierde: va con todo menos cortes de carnes.

  1. Los vinos adquieren mayor complejidad al tener más uvas y más barrica.

Para hacer la prueba del vino, pide que te sirvan un poco en la copa: No vas a revisar que te guste el vino, vas a ver que esté en buen estado.

¿La temperatura es correcta? Si sientes muy “amargo” el vino, puedes pedir que refresquen el vino.

En caso de que prefieras, pide a alguien más que lo pruebe: Chef, cocina, etc.

¿Ves sedimentos?

No te espantes, los puedes tomar sin problemas.

A menos que sea un vino fortificado, no debe llegar a colores naranja.

El vino “dulcesito” no existe a menos que así lo marque (cosechas tardías, esiwein o ice wine, fortificados como algunos de jerez o Pedro Ximenez, o en la etiqueta digan que son más dulces; algunos lambrusco y Asti); como se darán cuenta, son pocos los vinos dulces; de seguro con el que se confunden era frutal, no tenía un mayor grado de azúcar residual.

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Preguntas casuales de vino.

¿Puedo hacer vino rosado en casa?

Si se refieren a hacer mezclas de tintos con blancos en su hogar, claro que se puede. De que se deba, es no, van a desperdiciar dos vinos al hacer eso.

¿Verdad qué es naco hacer calimochos y esas cosas?

Depende de si quieres verlo como alguien naco; si alguien que toma vino y esa es su forma de hacerlo se te hace naco, pues sí. Si lo ves como alguien que quiere tomar vino y es su manera de aprender de él, para nada.

¿Comprar vino de cartón es malo?

Al contrario, por donde lo quieras ver no lo es:
Ecológico, porque es más fácil de reciclar.
Práctico: Aunque es muy complicado que las botellas se rompan, hay la posibilidad de que eso pase. El de Tetrapack se rompería si lo tiras de un piso a otro.
Aumenta la producción: No somos un país muy consumidor; pero de gota en gota se llena la bota. Cualquier consumo de vino mexicano, sea de cartón o no, es mejor (y en este caso es económico y tiene más).
Ese es otro punto: es mucho más barato que otros vinos.

Ojo: No estamos diciendo que por ello sea de calidad –que luego se confunden y empiezan a reclamar que si no es bueno porque les decimos que sí-.
Así que comprar vino de cartón no es malo. No lo es.

Si el vino es líquido ¿por qué dice seco?

Seco es el término referente a la cantidad de azúcar que tiene el vino, no a que si está más espeso.

¿A qué edad puedo iniciar a tomar vino?

A la mayoría de edad de manera legal.

¿Voy a ser más sano si tomo vino?

Sí y no.
Sí si lo haces con moderación y te conviertes en alguien que lo disfruta.
Y no si eres un alcohólico que se la pasa tomando vino a diestra y siniestra y disfrutarlo para ti significa no recordar nada al día siguiente.

¿Me va a dar resaca?

Depende de tres cosas:
Tu cuerpo y como reacciona al vino.
La cantidad que ingieras.
La calidad del vino.

¿Le puedo quitar lo tánico con agua?

Le puedes quitar todo con agua. No lo hagas (todavía con fruta, dices que es coctel).

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En México se consumen 700 mililitros de vino por persona al año.

En entrevista para Quadratín, Alejandro Marcel Corvo, master wine sommelier, señaló que México es difícil ubicarlo en un ranking de vino, en el de cantidad de producción, es muy poco lo que se produce, y en ranking de consumo, pasa lo mismo, es muy poco lo que se consume, “un ejemplo, en el país que más se consume vino, Italia, en El Vaticano, se consumen 70 litros por persona por año, mientras que en México se toman 700 mililitros por persona por año, no se llega ni al litro”, indicó, pero aseguró que el país donde el vino está dando mucho qué hablar es México,

“es impresionante cómo cada vez se toma más vino en México y cómo cada vez se toma menos vino en Europa, por ejemplo”.

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En la presentación del vino mexicano Altotinto, el especialista en vinos clasificó de manera general a los vinos en los del nuevo mundo y los del viejo mundo, porque, dijo, son historias muy diferentes, “esta gente del viejo mundo hace vino desde antes de Cristo, y nosotros hacemos vino mil 500 años después de Cristo, lo que supone una diferencia de técnicas y de cultura muy grande. Más allá de que sea un alimento, porque lo es, el vino definitivamente es una situación cultural, el vino se consume donde hay cultura”.

El sommelier expuso que el viejo mundo, liderado por Italia, Francia y España, que son los tres primeros países en cuanto a la cantidad de consumo, nos dominan, “pero no quiere decir que los países emergentes como Chile Argentina, México, y Estados Unidos no cumplan con calidad”. Explicó que el caso de los Estados Unidos, es excepcional, nadie pensaba en él y se colocó en cuarto lugar mundial haciendo vinos de alta calidad, algunos incluso mejores que los europeos. Aseguró que cada vino responde a su terroir, a su lugar, a su casa y a su autor.

Las bondades del consumo de vinos.

Alejandro Marcel fue claro: la primera bondad de todas es que el vino da felicidad, “es la más importante”. Explicó que la segunda, es el contenido de resveratrol en el vino, “se conserva en los taninos de la piel de la uva y ayuda muchísimo a cuestiones cardiovasculares y al colesterol; dos copas por día, es salud, es como ese famoso dicho de que con una manzana por día no vas a doctor, pues es lo mismo, con dos copas al día yo no voy al doctor.”

Vino en México.

El especialista dijo que Baja California está en el borde de la franja del vino, por eso es donde más se produce, “hay una franja del vino en el hemisferio norte y hay otra franja de vino en el hemisferio sur, que se encuentra entre los 30 grados latitud norte y los 50, y lo mismo para el sur. Baja California está apenitas, en realidad la franja del vino empieza desde Baja California para arriba hasta Washington”.

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Alejandro explicó que las variedades que se desarrollan bien por clima y demás características en la región mexicana de Baja California son el nebbiolo, el cabernet, el Tempranillo y el syrah, “estos funcionan bien, sólo que responden mucho a su terroir, a su tierra; un syrah mexicano no es lo mismo que un syrah sudamericano” el vino mexicano bien trabajado logra muy buena estructura, “pero bien trabajado, porque a veces es lo que nos cuesta acá en Baja California”.

En México se hace vino en Querétaro, Coahuila, Zacatecas, Aguascalientes, pero el 90 por ciento están en Baja California, “aproximadamente deben haber registradas unas 150 bodegas, mientras que en Mendoza, Argentina, hay mil 500, nada más en esa región” dijo el sommelier y agregó que esto habla de lo mucho que hay qué hacer por la cultura del vino en México.


 

Finalmente Alejandro habló sobre Altotinto, Vinos de Autor, el vino que ahora elaboran, “comenzamos de a poquito y terminamos haciendo 30 mil botellas por año. Es un proyecto México-uruguayo, el vino está elaborado en Baja California, con la materia prima de Baja California, con la mano de obra uruguaya, con un perfil de vinos de una enóloga uruguaya llamada Laura Chapela, egresada de la Escuela de Enología de Uruguay”.

Vía Quadratin.

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En México ven el vino más solemne de lo que es.

Al salir, conocer más y otros puntos de vista nos damos cuenta de que en México, el vino es un mérito, algo solemne de momentos y espacios.

No decimos que no tenga su lado amable, romántico.

Pero en otros lugares del mundo donde sí toman vino de manera constante, no limitan su consumo.

En México tomamos algo cercano a medio litro per cápita. Somos uno de los países que menos consumimos vino. Y lo limitamos a fechas importantes, eventos especiales o que “no se combina” y que “un experto en vino no lo toma así”.

Pues bien, señores, lamentamos decirles que en México tenemos pocos, muy pocos nombres que puedan sonar a nivel mundial en el ámbito vitivinícola:

No tenemos muchos Pedro Poncelis, Jesús Diez, René Rentería y más (por hablar de expertos, de conocedores; por comenzar con gente mexicana en México, no extranjeros que han venido a ayudarnos en dicho ámbito).

Y a los pocos que quieren entrar al vino, ya sea por coctelería o por vinos baratos y dulces los despreciamos… ¡Pues bien, nos quedaremos siendo poco consumidores de vino, poco conocedores de vino!

El otro día comentando con una compañera de España hablaba sin reparo de que en su natal País Vasco, la copa de vino cuesta 1 o 2 euros (entre 17 y 34 pesos mexicanos); en algunos restaurantes en México podemos encontrar copas entre 50 y 80 pesos (sobre todo en la Delegación Cuauhtémoc, por dar un ejemplo). La copa de sangría o de calimoxo en máximo $50.00 (dependiendo el lugar).

Imagina que andas corto de efectivo, quieres una copa y te alcanza bien para un clericot. Pues te compras un clericot.

Algunos dirán que no, que mejor se quede con las ganas, que no lo tome.

Y volvemos a: ¿Qué parte de 500 mililitros per cápita no ven, qué cada copa cuenta? ¿Por qué negarnos a salir de esa soberbia?

Estás son las estadísticas:

La Santa Sede bebió un promedio de 74 litros de vino en el año 2012.

Ese mismo año Francia consumió 28,0 mil hectolitros; Italia 22,6; Estados Unidos 29,2. Esto de acuerdo a cifras del Organismo Internacional del Vino y la Uva (El OIV)… ¿Sabían qué México ni siquiera figura en este organismo, en estas listas –ni como productores, ni como consumidores-?

-La mayoría de los cocteles con vino no fueron inventados en México, se crearon en países que realmente consumen vino, que sí toman “la copa diaria”.

Y no, no vamos a la excusa de precio: El costo de una botella promedio, ya sea de producción nacional o importada es de $200.00; Encontramos más caras pero podemos bien comprar en ese rango de ese precio –incluso menos- y ver algunos vinos de muy buena calidad de nivel nacional o internacional en nuestras tiendas que están entre los $100.00 y $200.00.

Que rinde menos que el tequila u otros destilados, sí, por lo mismo: Se suele mezclar.

Y he ahí otro ejemplo de la falsa solemnidad que hemos creado alrededor del vino:

Mientras otras bebidas igualmente complejas las mezclamos y no hacemos gran alarde de ello, satanizamos a quien lo hace con vino.

¡Ah, pero el vino es diferente! ¿Por? Es que es de calidad.

-¿Están diciendo que tequilas, mezcales, vodka, Whisky,  brandy, cognacs y más, no lo son?

Volviendo a la calidad:
No vamos a mencionar marcas, pero algunas –como la que inicia con “padre…”- nos queda perfecta para hacer algunas combinaciones experimentales de vino con algo más: fruta, refresco, algún destilado.

Y poco a poco esos consumidores del llamado “mal vino” se verán avanzados por sus propios conocimientos hasta encontrar un “buen vino”; estos neófitos pasarán a aumentar esa cifra de 700 mililitros per cápita.

Y es que esto es como todo en la vida: Si no cree en el matrimonio gay, no lo haga; si no le gusta como piensa alguien más, no lo siga en Twitter; si no le gusta el vino mezclado o barato o dulce, no lo tome.

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