Coherencia en el vino.

Hablemos no sólo del equilibrio que debe tener un vino, también ver qué más debe ser para que tenga lo que aquí llamaremos coherencia.


Nos vamos a referir a si es consiente todo lo que hay atrás del vino para llegar a un costo, a una buena calidad o si tienen una relación interesante entre el precio y el equilibrio que tiene él.

En esto no hablamos de que sea bueno o malo el vino: que sea, como insistimos, coherente.

Sin importar el vino, debe estar bien hecho, cumplir las reglas de ser vino, por ejemplo.

Que si cuesta $100.00 no digamos “guácala” porque es de 100.00; pero estar consientes que tendrá el sabor de un vino de $100.00, independientemente de si nos agrada o no: Que el resultado del vino que tenemos, sea equitativo a la intención del mismo: que puedas entenderlo, conocedor o no, desde el primer sorbo.

Seamos honestos: un vino barato va a saber a vino barato y un vino caro, debe saber a vino caro. No hablamos de calidad: no hay que confundir la calidad con el precio y no hablar de vinos baratos como malos.


 

Pero no podemos esperar que sea un Gran Vino (así, con mayúsculas) si sólo es un vino de 150.00, por poner un ejemplo: Lo bueno, lo excelente cuesta.

Ese equilibrio lo va a encontrar el cliente o consumidor: si al probarlo no le duele la cabeza (que suelen ser aditamentos que no deberían estar en el vino –o alergia a algún ingrediente natural del vino que es menos común, pero pasa y es independiente de la calidad del mismo-), si sabe bien, si tiene buena calidad y hace valer lo que se paga por el vino, entonces sí, podemos decir que hay coherencia con esa botella.


 

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El gusto cambia.

No te sorprendas cuando el vino que tomas de siempre ya no te es suficiente.

Sin darte cuenta, los gustos de las personas van cambiando: somos constantes. No sólo en la vida emocional sino en cualquier situación pasa.
El hecho de que hoy tomes un tipo no significa que te quedarás en ese gusto para siempre.
El punto de conocer más es algo que nos ayuda a entendernos: no somos estáticos.

La gran mayoría de las personas que inician en el mundo del vino toman vinos malos: no vamos a cambiar las palabras. El presupuesto es bajo, no conocemos y algunas ocasiones iniciamos con el peor vino, la peor cerveza, el peor vodka y el más fuerte aguardiente.

La primer borrachera va a ser el rompimiento amoroso que no debíamos pasar y empezamos a conocer más gracias a los amigos: cerveza, vino, mezcal y tequila se hacen común en nuestro vocabulario.

Llega una edad, no muy grande, no muy chico donde empiezas a probar más y te das cuenta que ese tequila que tomabas sabía a las resacas que sufrirías más adelante.

Y poco a poco vas afinando el paladar: esa hamburguesa que comías afuera de la escuela y volviste a probar ya no te sabe tan increíble a lo que recordabas.

Ese vino que pensabas exquisito, te das cuenta que es dulce e incluso te duele la cabeza al beberlo.
Y que el sabor del vodka con naranja que no aguantas realmente es el recuerdo de una cruda anterior.

Poco a poco vas mejorando y ese vino que ahora tienes en la mano mientras lees esto tiene el sabor a las buenas pláticas, a la buena comida, a los recuerdos.
Y así, irás cambiando no sólo a las personas que tienes alrededor y ya no tienen nada mejor que aportarte: también de las bebidas.

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Cosme en Nueva York, un restaurante de alta cocina mexicana

El restaurante Cosme en Nueva York, dirigido por el chef Enrique Olvera, es el establecimiento mexicano con mayor prestigio en Estados Unido, a tal grado que el jefe de la Casa Blanca, Barack Obama, cenó en él durante su última visita a la ONU. Obama y su esposa Michelle cenaron el pasado 19 de septiembre en Cosme, restaurante abierto en 2014, durante la visita del mandatario estadunidenses a Nueva York para participar en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Su estancia en Cosme, en medio de una discusión internacional sobre refugiados y desplazados en la ONU, así como en el contexto de un negativo discurso contra la migración impulsado por el candidato presidencial republicano Donald Trump, representó un gesto favorable para México.


 

Amén del simbolismo político a favor de México, la visita de los Obama a Cosme significó la legitimación de la alta cocina mexicana como un legado que pertenece no sólo ya a ese país, sino al mundo y, en especial, a Estados Unidos, donde radican más de 34 millones de mexicanos. Miles de restaurantes mexicanos en Estados Unidos han servido a clientes estadunidenses, y popularizado una cocina que se caracteriza por su compleja gama de sabores.

No obstante, hasta la apertura en el año 2000 del restaurante Pujol en la Ciudad de México, creado también por Enrique Olvera, es que la cocina mexicana entró a las grandes ligas culinarias en el mundo, más allá de la exquisitez de sus platillos populares.

Cosme es el primer establecimiento de alta cocina mexicana en Estados Unidos que se coloca en la lista de los Mejores Restaurantes del Mundo, publicada en junio pasado por la revista británica Restaurant Magazine.

Otros restaurante mexicanos en Estados Unidos, como Casa Enrique en Nueva York, con alimentos preparado por el chef mexicano Cosme Aguilar, han obtenido ya estrellas Michelin por su cocina. No obstante, Casa Enrique recrea moles y platillos típicos.

Los intentos de Olvera y sus restaurantes apelan en cambio a la llamada cocina de autor, donde los ingredientes mexicanos son combinados con productos locales de maneras creativas e inesperadas.

En abril pasado, la revista The Atlantic publicó un extenso reportaje en que declaraba que la comida mexicana había entrado ya a las experiencias culinarias de alto nivel en Estados Unidos con restaurantes como Cosme y Cala, de la chef Gabriela Cámara, ubicado en San Francisco, California.

“La cocina es la razón por la que las reservaciones son tan difíciles de obtener: sutil, sensible y inteligentemente presentadas exploraciones de los sabores y las tradiciones mexicanas”, escribió Wells. De acuerdo con el crítico, Cosme representa el abandono de la idea que tienen los neoyorquinos de la comida mexicana de restaurante, basada en un tazón de guacamole con totopos.

No es casual, entonces, que los Obama acudieran a Cosme por la comida y no sólo por la política. De acuerdo con medios de prensa, Cosme ha atraído en los meses recientes a la actriz Jennifer Lawrence y a la cantante británica Adele, entre muchas otras celebridades. En una entrevista concedida a Notimex semanas después de la apertura de Cosme, Olvera manifestó: “Considero que es un momento en que la cocina mexicana goza de una gran fama y reconocimiento, por lo que creí que era oportuno abrir un restaurante en Nueva York”.

Asimismo, en el artículo de The Atlantic, Olvera aseguró sobre la labor de chefs como él o como Cámara: “Creo que hemos abierto la puerta para otros chefs mexicanos”.

Vía Notimex.

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Con la comida ¿no se juega?

Cuando somos niños es lo primero que nos dicen: no juegues con la comida.
Mientras más creces decides hacer caso de eso y comer las verduras no te cuesta tanto que cuando niño.
Con el paso de los años vuelves a pensarlo ¿no jugar con la comida? Puede ser una buena manera recreativa… en pareja.

Comida que se puede usar:
Helados, paletas de hielo, chocolate líquido (en algunas tiendas encuentras chocolate especial para esos momentos de intimidad), miel, merengue (dicen –diiicen- que es mejor usar el cero grasa, queda la piel menos pegajosa; de lo contrario se recomienda la ducha después de usar el merengue o la crema batida) y algunas frutillas como fresas o cerezas.

Cuidado con lo que se consume. Nada muy pegajoso: recuerda que las sábanas serán evidencia y realmente terminar con un trozo de ella pegado en la espalda puede ser peligroso. También cuida las cantidades, no necesitas enterrar a tu acompañante en helado.

El lugar:
Que no sea la cocina y ten cuidado de un lugar para moverse con libertad.

No al picante. Jamás nada que tenga chile, nunca. En serio, no lo hagan por muchos juegos S&M que tengan.

Respeto: al derecho ajeno, es la paz. Acuerden en todos los términos y condiciones.

Y tras estos consejos ¿jugarían con comida?

Nota:
Si planeas sorprender a tu crush, no lo hagas así.

Puede que salte el aceite, te caiga algo caliente y la quemada va a enfriar el momento.

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El descorche libre.

¿Qué es y porqué lo amamos?

Imagina que lo que más te gusta de un restaurante es la comida y sin embargo, no encuentras el vino que más te gusta en su carta, es muy corta o de plano el presupuesto que tienes no alcanza con el costo que te da el lugar.
Es verdad que la ganancia en los restaurantes es la bebida y muchas ocasiones alejan a los posibles consumidores con el precio que en estos lugares a veces se encuentran ¿Cómo qué una botella de $150.00 la encuentran en $900.00 en un bar o restaurante?
Debemos tomar en cuenta todo lo que hay alrededor: el servicio, los meseros, limpieza, renta y más para llevar el costo de una botella (sí, hay quienes realmente se ensartan con el abusan del comensal, como el ejemplo que les ponemos).

Tu cara cuando ves el vino que compras en casa cuesta cuatro veces lo que pagas por él.

Entonces hay una segunda opción: El descorche.

Algunos restaurantes ofrecen la posibilidad de que lleves tu alcohol y te cobran una cantidad o porcentaje sobre la botella para poder abrirla en el lugar: la razón del cobro es para cubrir el servicio, uso de copas, hielo, limpieza del lugar y de los instrumentos usados (la cava, la hielera, el hielo que se usará, etc).

Este precio va variando de acuerdo a los establecimientos: Algunos cobran sobre precio de la botella un porcentaje; otros tienen precios establecidos de acuerdo a la nacionalidad de la bebida y algunos más con precio parejo.
Es una opción bastante buena para poder llevar vinos a más lugares a un costo, que puede ser menor al que podemos ver en la carta.

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¿Comida mexicana?

Cuando ni en México sabemos de nuestra propia gastronomía ¿Cómo esperamos que en otros países sepan al respecto?

Realmente son preguntas bastante sencillas; sin embargo muchos de nosotros no estamos familiarizados con la gastronomía local, zonal o del país: Tlayudas, menudo, pancita, cabrito y platillos que no son de nuestra proveniencia se quedan en la lejanía de nuestras mesas.
¿Es necesario hacer más viajes gastronómicos y culinarios?

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Mercado de San Juan, el paraíso gourmet de la capital mexicana

Con más de 60 años, el Mercado de San Juan, en la capital mexicana, es un paraíso gastronómico para aficionados y profesionales de la cocina, ya que se pueden encontrar desde carnes exóticas de animales como venado, jabalí, cocodrilo y león, hasta todo tipo de verduras, frutas, embutidos, insectos y pescados.

El establecimiento cuenta con más de 300 locales, como las carnicerías que ofrecen desde un simple corte de res, hasta uno de avestruz, búfalo, pato, cordero, iguana, armadillo, entre otros, con licencia de las secretarías de Salud y de Economía.

El dueño del local 51 llamado “La orquídea”, Telésforo Velázquez, recordó que comenzó a trabajar en este mercado como “morrongo” (ayudante), al año de que fue inaugurado, y aprendió bastante bien como hacían los cortes.

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“Los días que se vende más son de jueves a domingo, además contamos con servicio a domicilio. Esto nos ha ayudado a mantenernos ya que muchos prefieren que se les lleve a su casa”, afirmó.

Otros lugares para conseguir cortes exóticos son “La Casa de la Ternera Héctor”, “Teresita”, “El Gran Cazador”, “El Pastorcito” y “Los Coyotes”, este último también se ofrecen gusanos de maguey, hormigas chicatanas, escamoles, alacranes y chinicuiles.

“Tenemos aquí 40 años y vendemos todo tipo de insectos y carnes exóticas como el venado y jabalí. La mayoría viene de criaderos mexicanos y alguna otra de Nueva Zelanda”, detalló la dueña de “Los Coyotes”, Marisela Bernal Jiménez.

De insectos, dijo, “podemos vender a partir de 100 gramos. Por ejemplo, el escamol cuesta 700 pesos, el kilo de pierna de venado sale en 600, el de jabalí en 400 pesos”.

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En otra sección, junto al pollo, que aquí se ve más común que en cualquier otro mercado, se venden anguilas, mantarrayas, tenazas de cangrejo moro, atún, salmón frescos y variedades de pescado.

“El producto más barato aquí es un kilo de angula española, que cuesta 20 mil pesos”, detalló el trabajador de la pescadería Piscis, José Antonio Flores.

En otros pasillos se pueden localizar embutidos, conservas y la más grande selección de quesos, tanto a nivel mundial como nacional.

El locatario de “Quesos San Juan”, José Ramón Juárez señaló que su negocio familiar lleva 60 años en el mercado, ofrece diversos tipos, pero sin dejar de lado la artesanía mexicana que incluye quesos de cabra del Bajío, de Guanajuato, de Puebla, de Veracruz, de Durango, entre otros.

“Tenemos quesos cremosos artesanales con una maduración mínima de 90 días para que el producto tenga buen sabor y fuerza para los buenos conocedores de lácteos. También tenemos queso manchego con la receta de más de 100 años, así como el típico queso oaxaca y sierra. Contamos una variedad de carnes frías, más de 50 tipos de baguetes y vino para acompañar”, describió.

En otra sección del mercado se pueden encontrar verduras bien acomodadas, frescas y de colores muy llamativos como tomate de milpa, pepino europeo, ejote francés, zanahoria, elote baby, delgado y pequeño, y lechugas coreana e italiana.

Además de yuca, malanga, ñame, echalot, ajo, chinchayote, azafrán de raíz, naranja agria y algunas verduras orientales como pa (rábano blanco), shi shuan (pimienta china) y tofu, el queso de soya.

En una vitrina se exponen productos orientales envasados como vinagre de arroz, pasta de ajonjolí, fideo transparente, alga para sopa, acelga china, lirio o el mochigome, una especie de arroz dulce.

Frente al café “Triana”, el cual es muy conocido por su sabor veracruzano, se encuentra el puesto de chiles secos mejor surtido del mercado, ya que provee pepitas, chipotles mecos, cascabel, morita, piquín, de árbol, guajillo, ancho, chipotle, chilcostle, catarina, mulato, pasilla y puya.


 

Ahí mismo se pueden adquirir diferentes especias como cardamomo, vainilla, pimienta blanca o nuez moscada entera y orégano yucateco, entre otros.

Pero al exterior del mercado también se ofrece una amplia gama de comida gourmet, desde hamburguesas y mixiotes de diversos cortes de león, cordero, jabalí y cocodrilo, entre otros, hasta postres como crepas de chicatana o chapulines.

En general, la visita el mercado de San Juan, ubicado en la calle Ernesto Pugibet 21, colonia Centro, es una experiencia sensorial que no se puede dejar pasar, pues a pesar de tener una fachada humilde, por dentro existen los platillos y alimentos más exquisitos y sorprendentes de la Ciudad de México.

Vía Notimex por Vanessa Dávalos Rojas

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Que vinos tener siempre en tu cava.

Vas a comprar vino y quieres algo universal: que te sirva para la plática de la semana o la comida que tienes mañana; que Netflix sea un buen ingrediente y que las palomitas sirvan de maridaje.
Pues bien, esta es la lista de recomendaciones para tomar una copa de vez en cuando.

 
¿Qué debes tener sí o sí en tu cava?
1. Vinos blancos.
Siempre es bueno contar con un par de vinos blancos en tu cava: ya sea para las personas que te acompañan o por lo ligero que suelen hacer la tarde de verano.
Opciones:
Chardonnay y chenin blanc.
Hay vinos a costos muy bajos y de diferentes nacionalidades para que puedas ver cual es el que prefieres.
2. Espumosos.
Las celebraciones en varias ocasiones llegan sin avisar y para estar preparado puedes tener un par de botellas espumosas. Tal vez un champagne y un par de cavas te sean más que suficientes por cualquier situación.
3. Tintos.
Ve por lo clásico y algo de diario: merlot, malbec y cabernet sauvignon serán buen complemento constante y de fácil rotación por la cantidad de maridajes que de ellos podrás aprovechar.

 

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Vino para camarones.

En México y en general los países donde se habla español, todo es con albur: incluyendo el camarón.
Pero en este caso no vamos a ser soeces; vamos a hablar del posible maridaje que podemos tener con camarones.
Este caso es específico: como hacer que los maricos resalen con el vino.

Vino blanco.

Verdejo, Gewürsztraminer.
Si son fritos o capeados, intenta con este vino y verás la gran opción que pueden aportar.
Si están solos con limón (lima), aplica esta opción.

Rías Baixas, torrontés, chenin blanc
Al coco. Si se te antoja unos camarones al coco, esta opción puede ser ideal.

Chardonnay o sauvignon blanc
Con aguacate o un aguachile va con estos vinos.
También si los camarones se encuentran solos.

Riesling.
Si los guisas con quesos picantes (como el azul), acompaña algo de riesling.

Vino tinto.

Garnacha o Pinot Noir
Cocteles de camarón, este es su momento.

Gamay
A la piña o al coco serán buena idea acompañadas de un gamay.

Champagne.

Siempre va con mariscos, es deliciosa la manera de combinarlos.

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Hiper/decantemos.

¿Te imaginas decantar rápido y bien? ¿Se puede?

La respuesta es ambigua: los más ortodoxos pueden hablar del vino con cuidado y pasión; otros que esa misma pasión logra experimentar con él.

La hiperdecantación es un proceso realmente nuevo: licuar unos segundos el vino para acelerar el proceso de oxigenación en el mismo.

¿Se vale?

De acuerdo con el chef (Maestro, mixologo y más) Iván Santoscoy, catedrático en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, comenta en su tesis que este proceso es viable.


 

¿Qué procede?

Se pone el vino a decantar en una licuadora (sí, leyeron bien) y se pone unos segundos, entre 30 y 60, en los cuales se crea una espuma, que momentos después disminuye y el vino se encuentra listo para servir.

Este proceso está concebido y experiemntado por Nathan Myhrvold Chris Young y Maxime Bilet en “Modernist Cuisine”.

El vino logra el objetivo, aunque puede ser rudo para algunos.

¿Y en servicio?

Si apenas lo estamos viendo como un experimento en casa, la recomendación es limitarlo: no hay que proponerlo al cliente como una opción ante eso.

Tomemos en cuenta lo siguiente:

Sommeliers piensan que es mejor dejar abierta la botella un par de horas el vino (en casos necesarios), pues toman muy “rudo” el hecho de hacerlo en decantador para “despertar el vino”.

¿Se imaginan proponer ponerlo en la licuadora?

¿Hacerlo o no?

Les proponemos en alguna ocasión probarlo y catar una comparación de 1 botella: Mitad en decantación y mitad en hiperdecantación para probar las diferencias.

Licuadora limpia y pocos segundos (no llegar al minuto).

Para muestra un ejemplo… en video:

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